Bendito el varón que confía en Dios
Les comparto la meditación de esta mañana esta basada en el libro de Jeremías 17:7-8.
Cuando el ser humano, especialmente los creyentes en Cristo Jesús, tenemos conocimiento de Dios, cuando se nos presenta dificultades en nuestras vidas, muchas veces confiamos en Dios o muchas desconfiamos en Dios. Si decidimos confiar en Dios, pero de veras confiar en Él, entonces el resultado de esa confianza en Dios produce descanso en nuestra alma, regocijo en nuestro espíritu, paz en nuestra mente y salud en nuestro cuerpo.
Pero, si en medio de nuestros problemas, decidimos nosotros no confiar en el Señor, en su amor o en su poder o en su fidelidad, entonces el resultado es la desilusión, sin esperanza, todas nuestras expectativas estaremos decepcionados.
Creo que lo más terrible es vivir una vida sin fe, sin confianza en Dios.
El profeta Jeremías tuvo que tomar una decisión entre confiar y desconfiar. Toda su profecía giró alrededor de esta pregunta: ¿Confío verdaderamente en Dios?
Les invito mis amados hermanos y amigos que meditemos juntos en estos dos versículos y veamos los grandes beneficios que trae cuando confiamos en Dios.
LA SEGURIDAD EN DIOS PRODUCE FELICIDAD (17:7)
Nuestro texto biblico comienza de esta manera diciendo: “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová”.
El texto dice “bendito” que significa: Bendecido con abundancia, bienaventurado, dichoso, felices. Esto significa que la fuente de la felicidad es la confianza en Dios y no sólo eso, sino que Dios sea nuestra confianza.
Una de las cosas más maligno para el ser humano es la ansiedad, la angustia, la inquietud, la congoja. Eso trae preocupación y enfermedad.
En el libro de Marcos:
Los cristianos también tenemos temores, nos asaltan las preocupaciones, a veces nos aniquila la impotencia y nos consume la angustia; pero es en esas condiciones cuando hemos de confiar en nuestro Dios, porque sabemos que nuestro Padre está a cargo y ÉL sabrá sacarnos adelante de cualesquier circunstancia.
El sabio Salomón nos dice: “Fíate de Jehová de todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia” (Proverbios 3:5). Si vamos a confiar en Dios, debemos hacerlo, pero de todo nuestro corazón.
Vamos a depositarle a nuestro Dios todos los asuntos que tenemos, que nos preocupa, que nos atormenta, y confiemos en Él y Él hará. Esa situación que ahora mismo nos inquieta, traigamos a los pies del Señor y veamos como ÉL la resuelve.
Cuando confiamos en Dios tenemos bendición.
LA CONFIANZA EN DIOS PRODUCE SEGURIDAD (17:8).
Sigue diciendo profeta Jeremías: “Porque será como árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces…”.
Este texto nos recuerda el Salmo 1:3
Los recursos de Dios son abundantes. Por ejemplo observemos el texto que dice “las aguas” donde hay una planta y agua siempre da su fruto.
Lo mejor de todo es pensar y confiar en que Dios nos sacará adelante. Puede haber un clima adverso, calor, sequía, pero del río de Dios la corriente sigue fluyendo.
¿Cuál es el mejor lugar para un árbol? Junto a corrientes de aguas. ¿Cuál es el mejor lugar para una vida humana? Junto a la fuente de agua de vida que es Dios.
Amados, si estamos pasando por un momento de incertidumbre, tomémonos de la gracia de nuestro Señor. Su gracia siempre fluirá fielmente.
El profeta Jeremías nos dice que junto a la corriente debemos echar nuestras raíces, es decir, que nos profundicemos en la confianza en Dios. A veces nos parece que estamos como los discípulos en el Mar de Galilea, solos, luchando en medio de un mar de problemas, seriamente azotados por las olas y atemorizados porque no sabemos lo que puede pasar. Pero es maravilloso ver llegar al Maestro caminando sobre las aguas y decirnos: “Confía, Yo soy, No temas”.
El mundo entero estamos viviendo una situación muy difíciles, estamos preocupados que va a pasar en estos días. Lo que nos atormenta es la enfermedad pandemia, no sabemos qué hacer, lo único que tenemos que hacer en confiar en nuestro Dios.
¡Confíemos en Dios! En ese problema que tenemos.
El profeta Jeremías termina este versículo ocho diciendo: “… y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto”.
La vida que confía en Dios da respuestas vitales. Su hoja estará siempre verde y no dejará de dar su fruto.
Cuando viene la sequía, podemos interpretar la angustia, la escasez, este árbol no se fatigará, es decir, no se inquietará, no estará ansioso, mucho menos se secará, pues tiene la rica humedad que le provee la corriente de aguas.
El profeta Isaías dice:
¡Que el Señor encamine nuestro corazón a confiar en Dios siempre! ¡Después de todo, no solo es lo mejor, sino lo único que podemos hacer! ¡Así sea!
¡Amén!
Pbro. Pedro Arcos Sánchez. 30 de marzo de 2020
Gracias Dios porque me ha edificado y mucho , ahora estoy más confiada waoooo me siento super reverdecida y fresca junto a aguas de corrientes de agua junto a mí padre celestial amén
Realmente fue de gran bendición justamente estaba pasando una gran dificultad y Justo leí l confianza en Dios y leía leía fui restaurada inmediatamente me sentí sana gracias Señor por Usar tu Ministro de tu Palabra adelante siga cambiando vidas.
Dios le bendiga y le multiplique ricamente le colme de bendiciones
Gloria a Dios hermanos .bendiciones
Gracias me fue de mucha ayuda. Bendiciones
Hola me gusta
Hermosa Reflexion
Fue de aprendizaje,,, y fortaleza.
Gracias por su comentario. Le invitamos a compartir con otros y visitarnos diariamente. Dios le bendiga grandemente.
Hermosa palabra que ha edificado mí vida en esta palabra poderosa, estoy más confiada ,y DIOS hará siiiiiiiii aleluya