Morando bajo su sombra

Introducción

Este Salmo no tiene título, y no tenemos manera de averiguar el nombre de su autor o la fecha en que fue compuesto con exactitud. Los expertos judíos consideran que cuando no se menciona el nombre del autor, podemos asignar el Salmo al último autor mencionado; si fuera así, éste sería otro Salmo de Moisés, el hombre de Dios. Se usan aquí muchas expresiones similares a las que usa Moisés en el Deuteronomio, y la evidencia interna de las expresiones idiomáticas peculiares señalaría a Moisés como su autor. El salmo 91 también comparte algunos de los temas y frases de los Salmos 27 y 31,  por eso algunos piensan que el autor fue David. “Algo de su lenguaje, de fortalezas y escudos, nos recuerdan al Rey David.
Charles Spurgeon, comento:  “En toda la colección no hay un Salmo más alentador, su tono es elevado y sostenido a través de éste, la fe está en su más alto apogeo, y habla noblemente.” 

Un médico alemán, acostumbraba hablar de él como el mejor preservador en los tiempos de cólera, y en realidad es una medicina celestial contra la plaga y la peste.     

Vamos a comenzar considerando que el 91. Es un salmo de vida; es un salmo mesiánico que nos ofrece una imagen del Señor Jesucristo. Nos revela un maravilloso lugar de protección y seguridad para nosotros. Es un salmo muy popular entre el pueblo de Dios, apreciado por personas de todas las edades, jóvenes y mayores. Muchos han sido bendecidos por él.

Este Salmo 91 nos habla del Señor del cielo, y es, verdaderamente, un Salmo de vida. Por otra parte, este es un Salmo que ha sido citado por Satanás y un Salmo que él conoce muy bien, veremos esto en la meditación, dios mediante, del próximo viernes.

El Salmo 91, se nos dice:

1.-«El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.

Este un lenguaje muy hermoso. La persona que se nos describe, es el mismo hombre a quien se le llamó bienaventurado o dichoso en el Salmo 1. El Señor Jesucristo, el hombre perfecto, sin pecado y santo. Y Él siempre habita al abrigo del Altísimo….

En estos primeros versículos del Salmo 91 se utilizan cuatro maravillosos títulos o nombres de Dios:

·  Altísimo:        Elyon           

· Omnipotente:      Shadday      

· Jehová:       Yahvéh         

· Mi Dios:      Elohay          

 Las bendiciones que se prometen aquí no son para todos, sino para aquellos creyentes que viven en íntima comunión con Dios. C. Spurgeon nos dice que: “Todo hijo de Dios mira en dirección al santuario interior y al propiciatorio, pero no todos moran en el lugar santísimo; acuden a él a veces, y gozan al hacerlo, pero de modo habitual no residen allí.

Podemos preguntarnos: ¿Estamos nosotros allí?, ¿Qué diremos?, algunas veces sí, pero creo que no nos quedamos mucho tiempo.

  La afirmación “Morará bajo la sombra del Omnipotente”. No es posible imaginarse un refugio comparable a la protección de la propia sombra de Jehová. Allí donde está su sombra está el Omnipotente, y, por tanto, los que moran en su lugar secreto son resguardados por El.

La comunión con Dios es la seguridad. Cuanto más nos acerquemos a nuestro Padre Todopoderoso más confiados podremos estar

¡Qué sombra en el día del calor insoportable!

¡Qué refugio en la hora de la tormenta mortal!

La comunión con Dios es la seguridad. Cuanto más nos acerquemos a nuestro Padre Todopoderoso más confiados podremos estar. 

2.- Diré yo a Jehová: Esperanza mía y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré».

 Él es mi refugio y fortaleza. Es un consuelo decir: “El Señor es un refugio”, pero decir: ”es mi refugio”, es la esencia de las consolaciones. Algunos pensarían que decir: “Diré”, es una osada afirmación. Pero, es un deber para el verdadero creyente el hablar bien alto y testificar sobre su bien fundada confianza en su Dios.
Mi Dios, en quien confío.
Mi Dios” significa todas las cosas, y más que todas las cosas, que el corazón puede concebir a modo de seguridad. Hemos confiado en Dios; sigamos confiando en Él. Él nunca nos ha fallado; ¿por qué hemos de tener desconfianza en Él? Para los hombres el confiar en sí mismo, es natural; el confiar en Dios debe ser natural para los creyentes.

3.-«Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora.

Dios protege y cuida a Su pueblo, comenzando con el rescate de aquellos que atraparían al pueblo de Dios, así como el cazador pone lazo sobre las aves. El diablo y sus agentes a menudo obran como el cazador.

El cazador:    trabaja en lo secreto.

cambia métodos y sus trampas.

a menudo seduce con ganancia o placer.

a menudo utiliza una carnada, un mal ejemplo.

¿No son las riquezas de este mundo el lazo del diablo?

¡Cuán pocos hallamos que puedan gloriarse de estar libres de este lazo, o de cualquier otro lazo que aprisione nuestros deseos! cuántos hay  que no se preocupan mucho de estar entre las mallas de esta red y que aún siguen procurando con tesón enredarse más y más en ella!
“de la peste destructora”. Él que es Espíritu puede protegernos de los malos espíritus.     Él puede rescatamos de los peligros. Él que es inmortal puede redimirnos de las enfermedades mortales.

4.- Con sus plumas te cubrirá y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y protección es su verdad. No temerás al terror nocturno ni a la saeta que vuele de día»

¡Qué maravillosa expresión! ¿Habla de sus plumas como si se hiciera semejante a un ave? ¿Quién no ve aquí un amor incomparable, una ternura divina, que debería atraernos y ganar nuestra confianza? Tal como la gallina cubre sus polluelos, del mismo modo el Señor protege las almas que moran en Él.

5.- No temerás el terror nocturno. Ni saeta que vuele de día «

 Solo Dios nos da tranquilidad y Paz en la noche de temor. Como dice su palabra” En paz me acostare y así mismo dormiré; Porque sólo Tú oh Jehová me harás estar confiado. (Salmos 4:8)

“Ni saeta que vuele de día”. Cuando la aljaba de Satanás esté vacía, tú seguirás ileso a pesar de su astucia y crueldad; sí, sus dardos quedarán quebrados y serán trofeos para ti de la verdad y el poder del Señor tu Dios en tu vida.

6.-«Ni a la pestilencia que ande en la oscuridad, ni a mortandad que en medio del día destruya.

“Ni mortandad que en medio del día destruya.” El hambre puede ser causa de muerte, o podemos ser devorados por una guerra sangrienta, un terremoto puede cambiar nuestras vidas y una tempestad derribar nuestros anhelos.

El Salmista representó todos los tipos de destrucción que podían venir en todo tipo de circunstancias. Podría ser de noche o de día; en la oscuridad o en mediodía. Podría llegar como un terroro como una saeta, como pestilenciao como mortandad. De la manera o forma que llegue, recuerda que la voz que dijo: «No tendrás temor», es la del mismo Dios, y al decirlo empeña su palabra como garantía de la seguridad de todos los que habitan bajo su sombra. Dios es capaz de defender a Su pueblo

7.- “Caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegarán”.

Tenemos no sólo seguridad, sino también la serenidad. De que no seremos heridos, sino que ni aun tendremos temor de los males que nos rodean, puesto que el Señor nos protege. Algunos han recordado estas palabras en tiempos de guerra y creen haber encontrado protección en situaciones muy peligrosas. Lo cierto es que cada uno de nosotros debe creer que las promesas de nuestro Dios son reales y que se cumplirán.

Creo que estos versículos utilizados por el pueblo de Dios han sido una verdaderamente bendición para muchos de Sus hijos. Cubierto por Sus plumas y bajo Sus alas, el Hombre Perfecto en este mundo encontró Su refugio permanente… Aquellos que a lo largo de la historia han considerado estos versículos como suyos, tenían el derecho de hacerlo. Dios convirtió estas palabras en una experiencia real en sus vidas. El que. No importa si es rico o pobre, sabio o ignorante, patricio o plebeyo, joven o viejo, porque “Dios no hace acepción de persona” El creyente puede tener paz perfecta y seguridad, sabiendo que todo terminará bien.

Hermanos Dios quiere que confiemos en él, en el salmo 91 verso 7 dice: 

 “Caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegarán”.

Este versículo puede representar el punto culminante, debemos tener confianza y fe verdadera en Dios.  Oremos con fe a nuestro Dios, confiando en que él nos oirá desde los cielos y nos librará de todo mal.

A. I. Nelson Daniel Miranda Giles.


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