Amor en Acción – 13 mayo, 2020

Lectura
Juan 3: 4–8
Tema
La regeneración es un misterio

Enseñanza :

La regeneración es absolutamente necesaria para que una persona entre al reino de los cielos (Juan 3: 3). Nadie nace siendo hijo de Dios. Primero debe tener lugar un cambio de corazón efectuado por el Espíritu Santo.

Sin embargo, debemos admitir que la experiencia del nuevo nacimiento puede ser difícil de expresar con palabras. Hay una gran cantidad de misterio sobre la obra del Espíritu en nuestras vidas. Sabemos que Él trabaja, pero no siempre podemos explicar cómo trabaja. De hecho, el proceso real de regeneración tiene lugar dentro y no es visible para nuestros ojos. Esta es una de las realidades que Jesús señala en Juan 3.

Jesús continúa su discusión con Nicodemo quien, si bien; muestra interés en Jesús, todavía no es un discípulo de Cristo, como lo demuestra su incapacidad para comprender lo que Jesús está hablando: nacer desde «lo alto», no un segundo nacimiento físico (v. 4). Nuestro Señor continúa aclarando su punto, hablando de la necesidad de la obra del Espíritu en la regeneración (v. 5).

En su instrucción, Jesús señala la naturaleza misteriosa del Espíritu Santo al compararlo con el soplo del viento (v. 8). Curiosamente, la palabra para «espíritu» en el hebreo original, ruach, es también la palabra que traducimos como «viento». El término griego pneuma funciona de la misma manera. Sabiendo que la obra del Espíritu es invisible, como el viento, tiene mucho sentido que los autores bíblicos usen el mismo término para «viento» y «espíritu».

Todos sabemos que podemos sentir el viento y ver sus efectos cuando dobla las ramas de los árboles, etc. Sin embargo, no podemos ver el viento en sí. Del mismo modo, no vemos al Espíritu Santo mismo, pero su obra es evidente en el fruto que produce en la vida de todos los verdaderos creyentes (Gálatas 5: 22-23). Podemos saber que hemos nacido de nuevo si encontramos la evidencia de la obra del Espíritu en nuestros corazones: un deseo por las cosas de Dios y una vida de arrepentimiento.

Aplicación:

Ninguno de nosotros deseará las cosas de Dios perfectamente antes de ser glorificados. Ninguno de nosotros amará al Señor tanto como debería a este lado del cielo. Aún así, la presencia de un deseo por las cosas de Dios y una vida de arrepentimiento en nuestros corazones es prueba de regeneración. Ninguna persona no regenerada tendrá un deseo por estas cosas; en el mejor de los casos será indiferente. ¿Qué evidencia puedes encontrar de la obra del Espíritu en tu corazón hoy?