
Amor en Acción – 10 junio, 2020
Reflexión del miércoles 10 de junio, 2020 (por Anita Peña)
Lectura: Juan 14:1-14
Jesús, el camino al Padre
1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.
5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?
6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.
9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.
11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.
12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.
13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
Reflexión
Jesús es el camino al Padre y nos confirma que sólo Él es el camino, la verdad y la vida, que en absoluto solo a través de Él podemos ir al Padre, que si creemos en Él, creemos también en el Padre y que las obras que Él hace, las hace el Padre que mora en Él. Y que todo lo que pidamos en Su nombre al Padre, de acuerdo a Su voluntad lo hará para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Enseñanza
Sé que vivo en un mundo caído, lleno de pecado, que no es el mundo que Dios creó. Jesús nos dice en este texto que no se turbe nuestro corazón.
Debemos ser inteligentes y seguir a Cristo en la confianza y la seguridad de que Jesús siempre va delante de nosotros.