Bendice alma mía al Señor – Parte 9
SALMO 103:17
17 Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos;
I INTRODUCCIÓN
Muy buenos días por este medio electrónico y desde mi hogar envío un cordial saludo a todos los que nos escuchan en muy diversos lugares, en este hermoso día.
Hoy continuamos con la novena de una serie de meditaciones basadas en el salmo 103
que es un salmo que contiene la respuesta del ser humano a las innumerables bendiciones recibidas de parte de Dios,
Voy a iniciar leyendo este hermosísimo salmo:
1 Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
2 Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.
3 El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias;
4 El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias;
5 El que sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águila.
6 Jehová es el que hace justicia Y derecho a todos los que padecen violencia.
7 Sus caminos notificó a Moisés, Y a los hijos de Israel sus obras.
8 Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia.
9 No contenderá para siempre, Ni para siempre guardará el enojo.
10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.
11 Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los que le temen.
12 Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.
13 Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen.
14 Porque él conoce nuestra condición; Se acuerda de que somos polvo.
15 El hombre, como la hierba son sus días; Florece como la flor del campo,
16 Que pasó el viento por ella, y pereció, Y su lugar no la conocerá más.
17 Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos;
18 Sobre los que guardan su pacto, Y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.
19 Jehová estableció en los cielos su trono, Y su reino domina sobre todos.
20 Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, Obedeciendo a la voz de su precepto.
21 Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos, Ministros suyos, que hacéis su voluntad.
22 Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras, En todos los lugares de su señorío.
Bendice, alma mía, a Jehová.
En versículo en el que vamos a meditar hoy dice:
VERSÍCULO 17 MAS LA MISERICORDIA DE JEHOVÁ ES DESDE LA ETERNIDAD Y HASTA LA ETERNIDAD SOBRE LOS QUE LE TEMEN, Y SU JUSTICIA SOBRE LOS HIJOS DE LOS HIJOS.
La palabra «más con la que inicia este versículo hace un contraste entre la fragilidad y la brevedad de la existencia de la flor del campo que desaparece con la misericordia del Dios que es eterna y permanece para siempre, también hace un contraste entre nuestra fragilidad y la eternidad.
Cuando dice Desde la eternidad, nuestra limitada mente no alcanza a comprender como Dios contempló a su pueblo como objeto de su misericordia, y lo escogió para ser partícipe de su gracia
Como dice Efesios 1:4.
4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él
La doctrina de la elección eterna se vuelve especialmente deleitosa en aquellos que gozan de luz para verla y amor para aceptarla.
Se trata de un tema que invita a la más profunda reflexión y provoca el gozo más sublime.
Es decir, La misericordia de Dios es desde la eternidad, esto es por la predestinación; y hasta la eternidad, es decir hasta la glorificación: lo uno, sin principio y lo otro, sin fin.
Pero lo importante es que la misericordia de Dios para con nosotros ni tiene principio ni tiene fin.
Ahora bien este versículo dice que la misericordia de Dios es sobre los que le temen
Por lo que la pregunta importante y crucial crucial es ¿tenemos temor del Señor?.
Nos convertimos en hijos de Dios a través de la fe en su hijo. Pero la fe verdadera empieza con el “temor de Dios”.
Jesús nos enseñó a temer a Dios Mat 10:28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
Acerca del temor de Dios voy a mencionar 4 cosas:
1.-Este temor no es una opción, no es si queremos o podemos, , sino que es una orden dada por Dios. Deuteronomio 6:13 A Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás, y por su nombre jurarás..
Salmo 147:11 Se complace Jehová en los que le temen, Y en los que esperan en su misericordia.
El evangelio de Lucas nos recuerda que la misericordia de Dios es para los que le temen
Lucas 1:50 Y SU MISERICORDIA ES DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN A LOS QUE LE TEMEN..
2.- Este temor a Dios debe ser inculcado a nuestros hijos y nietos
Deuteronomio 6:2 para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados.).
3.-David nos da la razón por la cual debemos temer a Dios “ Salmo 47:2 Porque Jehová el Altísimo es temible; Rey grande sobre toda la tierra..
4.- Existen Algunos beneficios maravillosos e invaluables de Dios para sus hijos que le temen y los encontramos en los siguientes pasajes de la Biblia.
Salmo 34:7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende..
Salmo 34:9 Temed a Jehová, vosotros sus santos, Pues nada falta a los que le temen.
Salmo 85:9 Ciertamente cercana está su salvación a los que le temen, Para que habite la gloria en nuestra tierra.
Salmo 115:11 Los que teméis a Jehová, confiad en Jehová; El es vuestra ayuda y vuestro escudo..
Salmo 145:9 Cumplirá el deseo de los que le temen; Oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará.).
Salmo 111:5 Ha dado alimento a los que le temen; Para siempre se acordará de su pacto.
Salmo 25:14 La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto..
Salmo 33:18 He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, Sobre los que esperan en su misericordia.
Repito el texto que estamos analizando que dice:
17 Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos;
Y SU JUSTICIA SOBRE LOS HIJOS DE LOS HIJOS
La misericordia de Dios es para aquellos con quienes ha establecido su pacto, y está garantizada por su justicia.
Y debido al atributo de Dios que dice que Él es «justo» Dios jamás revoca una sola de sus promesas ni deja de cumplirla.
Y por ello nuestros amados hijos, y nuestros nietos y su simiente para siempre, encontrarán que la palabra de Dios es fiel y permanece inmutable eternamente, es decir el Señor derramará sobre ellos su gracia y su misericordia y los bendecirá igual que nos ha bendecido a nosotros.
La bondad humana nunca es ni consistente ni estable, y menos aún permanente pero la bondad y la misericordia de Dios, ni un instante dejan de estar presentes, y permanecen eternamente a favor de todos aquellos que le temen y le sirven.
CONCLUYO:
Les recuerdo tres características de la misericordia de nuestro Dios que encontramos en este salmo:
Salmo 103:11 Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los que le temen.
Salmo 103:13 Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen.
Salmo 103:17 17 Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos;
Por todo lo anterior David proclama en el Salmo 89:1
Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente; De generación en generación haré notoria tu fidelidad con mi boca.
Es decir que nunca deje de cantar acerca de la misericordia de Dios desde la eternidad y hasta la eternidad
Los invito para que al pensar en la misericordia de Dios en este momento digamos con el salmista Bendice alma mía a Jehová Y bendiga todo mi ser su santo nombre, Bendice alma mía a Jehová y que no me quede callado sino que cante perpetuamente las misericordias de Jehová Amén