Mi descanso es Jehová

Meditación sobre Salmo 55 por el A.I. José Antonio Velázquez

Salmo 55
1 Escucha, oh Dios, mi oración, Y no te escondas de mi súplica.
2 Está atento, y respóndeme; Clamo en mi oración, y me conmuevo,
3 A causa de la voz del enemigo, Por la opresión del impío;
Porque sobre mí echaron iniquidad, Y con furor me persiguen.
4 Mi corazón está dolorido dentro de mí, Y terrores de muerte sobre mí han caído.
5 Temor y temblor vinieron sobre mí, Y terror me ha cubierto.
6 Y dije: !!Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría.
7 Ciertamente huiría lejos; Moraría en el desierto. Selah
8 Me apresuraría a escapar del viento borrascoso, de la tempestad.
9 Destrúyelos, oh Señor; confunde la lengua de ellos; Porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.
10 Día y noche la rodean sobre sus muros, e iniquidad y trabajo hay en medio de ella.
11 Maldad hay en medio de ella, Y el fraude y el engaño no se apartan de sus plazas.
12 Porque no me afrentó un enemigo, lo cual habría soportado;
Ni se alzó contra mí el que me aborrecía, Porque me hubiera ocultado de él;
13 Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, mi guía, y mi familiar;
14 Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos,
Y andábamos en amistad en la casa de Dios.
15 Que la muerte les sorprenda; desciendan vivos al Seol,
Porque hay maldades en sus moradas, en medio de ellos.
16 En cuanto a mí, a Dios clamaré; Y Jehová me salvará.
17 Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz.
18 El redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí, aunque contra mí haya muchos.
19 Dios oirá, y los quebrantará luego, El que permanece desde la antigüedad; por cuanto no cambian, ni temen a Dios. Selah
20 Extendió el inicuo sus manos contra los que estaban en paz con él; violó su pacto.
21 Los dichos de su boca son más blandos que mantequilla,
Pero guerra hay en su corazón; suaviza sus palabras más que el aceite, mas ellas son espadas desnudas.
22 Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo.
23 Mas tú, oh Dios, harás descender aquéllos al pozo de perdición.
Los hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la mitad de sus días; pero yo en ti confiaré.

Este salmo hace alusión a la rebelión que hizo Absalón hijo de David a su propio padre y que obligó al Rey David a salir huyendo de Jerusalén a las Cuevas de las montañas para esconderse.

Y no tan solo esto si no que su mejor amigo y consejero Ahitofel se unió a la rebelión de Absalón, esta historia se narra En 2° Samuel capítulo 15 del versículo 30 y31 y dice así:

“Y David subió la cuesta del Olivos; y la subió llorando, llevando la cabeza cubierta y los pies descalzos. También todo el pueblo que tenía consigo cubrió cada uno de su cabeza, e iban llorando mientras subían.
Y dieron aviso a David, diciendo: Ahitofel está entre los que conspiran con Absalón. Entonces dijo David: Entorpece ahora, oh Jehová, el consejo de Ahítofel.”

Y esto fue exactamente lo que Dios hizo, hacer fracasar los planes de Ahitofel.

Dijo en los versículos 1 y 2 del Salmo 55:

“Escucha, oh Dios, mi oración, y no te escondas de mi súplica. Está atento, y respóndeme; clamo en mi oración, y me conmuevo”

El salmista clama con desesperación y dolor la traición de su hijo y la de su mejor amigo y consejero.

En los versículos 3 y 4 nos dice:

“a causa de la voz del enemigo, por la opresión del impío; porque sobre mí echaron iniquidad, y con furor me persiguen.
Mi corazón estado dolorido dentro de mí, y terrores de muerte sobre mí han caído.”

David temía por su vida, la posibilidad de ser asesinado era inminente, todo iba en su contra, sus aliados habían desertado y unido al enemigo.

El versículo 6 del salmo 55

”Y dije:¡Quien me diese a las como de paloma! Volaría yo y descansaría.”

David había sido aconsejado a buen tiempo que escapara a las montañas más no lo hizo y hoy tristemente es traicionado, al igual que Jesús por Judas, sus discípulo y amigo.

Muchos de nosotros hemos pasado por la desagradable experiencia de la traición removiendo en nuestro corazón sentimientos de amargura y dolor.

El versículo 13 nos dice:

“Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, me guía y mi familiar”. David se está dirigiendo directamente a su amigo Ahitofel, que no tan solo lo traiciona a él, sino qué también a su pueblo.

El versículo 14

“Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, y andábamos en amistad en la casa de Dios.”

En la actualidad como hijos de Dios también vamos a hacer traicionados y burlados por gente sin escrúpulos como Ahitofel.

El rey David agrega en el versículo 15

“Que la muerte les sorprenda; desciendan vivos al Seol, porque hay maldad en sus moradas, en medio de ellos.”

Esta expresión es terrible, llena de resentimientos, no es digna de un creyente, es por esto que en

el versículo 16 corrige y dice:

“En cuanto a mí, a Dios clamaré; y Jehová me salvará.

Versículo 17

“Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, y él oirá mi voz.”

El señor Jesús oró por aquellos que lo traicionaron, así como por los que lastimaron físicamente, Él nos enseña a perdonar.

La aflicción de David no se enseña perdonar, a orar por nuestros enemigos, acercarnos a Dios en momentos de angustia, aflicción y dolor, también en momentos de resentimiento y de odio.

Versículo 22

“Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo.”

La palabra del Señor nos dice que debemos poner en manos de Dios a aquellos que nos ha ofendido

Romanos 12:19 nos dice:

“Mía es la venganza, yo pagaré…”

Dejemos en las manos del Señor a quien nos ha traicionado, el Señor en su sabiduría sabrá qué hacer con ellos, oremos sin cesar.

“Mas tú, oh Dios, harás descender aquéllos al pozo de perdición.
Los hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la mitad de sus días; Pero yo en ti confiaré.”

Nosotros hermanos confiaremos en la justicia divina, no nos dejaremos llevar por el resentimiento, la ira y el odio; Dios prometió ser nuestra justicia y Él siempre cumple sus promesas.

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