Cada uno mire como edifica – 1 Corintios 3:4-15

Meditación sobre 1 Corintios 3:4-15 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles

Recordemos que nosotros somos parte del edificio de la iglesia de Cristo. Crezcamos espiritualmente en el conocimiento de la verdad en Cristo.

En Efesios 4: 15 y 16 dice:

15 sino que, siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

Cada uno de nosotros es parte importante del cuerpo de Cristo, edifiquémonos mutuamente en amor.
En los versículos 3 y 4 del pasaje en 1ª Corintios 3 dice:

3 Porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?
4 Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?

El Apóstol Pablo hace un llamado a la Iglesia de Corinto y a nosotros a vivir espiritualmente, dejando a un lado las conductas mundanas de celos, contiendas, disensiones. Como si asistiéramos a un club o un partido político.
Hermanos no perdamos de vista el objetivo de la Iglesia, los cristianos somos llamado a vivir en amor, siguiendo los pasos de Cristo.

En los versículos 5 al 7 del pasaje dice:

5 ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. 6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.
7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.
Según el diccionario servidor es una persona que se dedica a satisfacer los deseos y necesidades de su señor o patrón.

El apóstol Pablo aquí nos dice que tanto Apolos como él mismo son servidores de Cristo, y que tienen la misión de proclamar su palabra, cada uno según la misión que se le concedió.

La obra es de Dios, él es el que da el crecimiento, el que hace el llamamiento eficaz y el que hace fructificar su palabra en los corazones.

Hermanos, cada uno de nosotros tiene un trabajo, una misión que cumplir dentro del cuerpo de Cristo, oremos a nuestro Dios por medio de nuestro señor Jesucristo para que nos ilumine con su sabiduría y podamos cumplir el propósito que Dios tiene para cada uno de nosotros dentro de su Iglesia.

En los versículos 8 y 9 del pasaje dice:

8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.
9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.

Todos somos colaboradores al servicio de Dios, en el crecimiento de la Iglesia de Cristo todas las labores son necesarias, así que el trabajo es en equipo, con la participación de todos, pero cada uno recibirá su recompensa conforme a su trabajo.

En los versículos 10 y 11 dice:

10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.

El Apóstol Pablo fundó la Iglesia en Corinto, pero reconoce que solo es Dios quien nos escoge para desempeñar un determinado trabajo, esto es conforme a la gracia de Dios.

El único fundamento es Cristo, no hay otro. La gracia de la salvación es un favor que no merecemos, es un regalo, un favor que Dios nos lo da a través de la fe en Jesucristo.

Solo él nos da la paz con Dios. Esta paz viene a aquellos creyentes que no solamente han confiado en Cristo, sino que también descansan en Él y están cumpliendo Su voluntad.

Aquí el Apóstol nos exhorta a que hagamos bien el trabajo que se nos ha encomendado.

En Efesios 2: 20 al 22 dice:

20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;
22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

En los versículos 12 al 15 del pasaje dice:

12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca,
13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.
14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque, así como por fuego.

El apóstol Pablo nos dice que una fe en Cristo es verdadera si está acompañada de buenas obras, ¿qué obras entregaremos a nuestro señor?

En el versículo se mencionan seis tipos de materiales con los que podemos edificar: con oro, con plata, con piedras preciosas, con madera, con heno, o con paja.

Si pasan por fuego a los primeros tres de ellos, el fuego no les causará ningún daño. De hecho, solo los hace más valiosos al purificarlos. Pero el fuego consumirá o quemará rápidamente la madera, el heno y la paja, solo quedará una nube de humo y cenizas.

Hermanos tenemos la libertad para construir sobre el fundamento, con cualquiera de estos materiales: oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, y paja.
El apóstol nos exhorta a los Corintios y a nosotros a mirar como edificamos, ¿qué obras presentaremos a nuestro señor?

En Tito 2:13 y 14 dice:

13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.

Hermanos, oremos a nuestro Dios por medio de nuestro señor Jesucristo para poder dar testimonio de nuestra fe a todos los que nos rodean, y que podamos presentarnos ante nuestro señor con acciones justas, de oro, plata y piedras preciosas, y seamos una bendición para todos los que nos rodean.

A.I. Nelson Daniel Miranda Giles

Comparte con tus amigos