Firmes ante la adversidad
Meditación sobre Daniel 1:1–9; 14-17 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Transcripción…
CDMX, viernes 14de mayo de 2021
En tiempos de incertidumbre, cuando nos sintamos que estamos rodeados de problemas o enfermedad y creamos que no tenemos salida, debemos recordar y tener presente que donde quiera que estemos, Dios está con nosotros en todo momento, confiemos en que sus promesas son verdaderas, oremos a Él por medio de nuestro señor Jesucristo, confiándole nuestras necesidades.
En Proverbios 3: 5 y 6 podemos Leer:
5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.
6 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.
Hermanos confiemos en que nuestro Dios, es el Dios de la historia y nada hay que escape de su poder.
En los primeros dos versículos de nuestro pasaje en Daniel 1 dice:
1 En el año tercero del reinado de Joacim rey de Judá, vino Nabucodonosor rey de Babilonia a Jerusalén, y la sitió.
2 Y el Señor entregó en sus manos a Joacim rey de Judá, y parte de los utensilios de la casa de Dios; y los trajo a tierra de Sinar, a la casa de su dios, y colocó los utensilios en la casa del tesoro de su dios.
El Faraón de Egipto trato de conquistar Babilonia con sus ejércitos, pero no lo logro. El joven rey Nabucodonosor derrotó a los egipcios en Carquemís, y después persiguió a los egipcios que trataban de escapar hasta la península del Sinaí. Y al regreso de la batalla, rumbo a Babilonia, sitio y conquisto Jerusalén, que había sido leal al Faraón de Egipto.
Los conquistadores se llevaron cautivos y parte de los utensilios del templo.
En los versículos 3 y 4 de nuestro pasaje en Daniel 1 leemos:
3 Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes,
4 muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos.
El rey Nabucodonosor no solamente confiscó parte de los artículos santos del templo, sino también a jóvenes brillantes, del futuro de Judá que tenían entre 13 a 17 años.
Los Babilonios se llevaban lo mejor que había de todos los cautivos de todas las naciones que conquistaban, estos jóvenes eran examinados para determinar la inteligencia que tenían y los que resultaban seleccionados, serían entrenados como sabios para aconsejar al rey de Babilonia.
Al tomar a estos jóvenes príncipes como rehenes, Nabucodonosor buscaba recordar al pueblo judío que ellos no deberían de revelarse en contra del gobierno Babilonio.
En los versículos 5 al 7 del pasaje leemos:
5 Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey.
6 Entre éstos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá.
7 A éstos el jefe de los eunucos puso nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego.
Nabucodonosor era un administrador sabio y un sagaz estratega, tomaba a estos jóvenes y los preparaba de acuerdo a las costumbres babilónicas.
En aquel tiempo en Babilonia había muchas personas que estaban en un nivel muy avanzado en las ciencias y en muchas otras áreas del conocimiento, por lo que los jóvenes serían educados en los avances científicos más recientes del conocimiento por tres años.
En el mundo antiguo, mucho más que ahora en el mundo moderno, había una gran diferencia entre la comida disfrutada por la clase gobernante y la que comía la gente común.
La comida del rey era especial, y de ella se les daría provisión a estos jóvenes cautivos. Era un honor especial que les concedía el rey al tener la misma comida y vino preparado para él.
Pero las costumbres Babilónicas que incluían animales considerados impuros. Los judíos se encontraban bajo la ley de Moisés y a los israelitas se les había dicho que no comieran de ciertas carnes, ciertas aves, y ciertos peces, Levítico 11: 44.47.
Por si fuera poco, les cambiaron los nombres:
A Daniel que significa “Dios es mi juez”; lo cambiaron por Beltsasar que significa “príncipe de Bel” o “adorador de Baal”.
A Ananías que significa “Amado por el Señor”; lo cambiaron por Sadrac que significa “Iluminado por dios Sol”.
A Misael que significa “¿Quién es como Dios?”; lo cambiaron por Mesac que significa “Quién como Venus”.
A Azarías que significa “El Señor es mi ayuda”; lo cambiaron por Abed-Nego que significa “Siervo de Nego”.
El propósito de esta sagaz estrategia a través de la comida, los nombres y la educación era simple. Era un esfuerzo de total adoctrinamiento en los valores de la cultura Babilónica, con el fin de hacer que estos jóvenes hebreos dejaran atrás su Dios y la cultura judía.
Realmente estos jóvenes se encontraban en una situación muy difícil, no podían negarse a comer esta comida que contradecía las ordenes que Dios les había dado a través de Moisés.
En los versículos 8 y 9 del pasaje leemos:
8 Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.
9 Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos;
Daniel y sus amigos tomaron una decisión valiente, tenían claro quiénes eran y a quien servían, por lo que se rehusaron, pidieron que no los obligaran a tomar la comida, insistiendo que ellos asumían esta postura siguiéndolos mandatos de Dios.
Hermanos, Dios no abandonó a aquellos que se mantuvieron firmes en Él. Daniel y sus amigos confiaron en que Dios los ayudaría y no se soltaron de su mano.
Fue sin duda una experiencia renovadora ver como Dios movió a las autoridades que estaban sobre ellos, dándoles gracia y buena voluntad para que Daniel y sus amigos pudieran cumplir la voluntad de Dios.
En los versículos del 14 al 17 del pasaje leemos:
14 Consintió, pues, con ellos en esto, y probó con ellos diez días.
15 Y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey.
16 Así, pues, Melsar se llevaba la porción de la comida de ellos y el vino que habían de beber, y les daba legumbres.
17 A estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños.
Daniel y sus amigos solo podían esperar en que Dios cambiara su situación, Melsar, el jefe de los eunucos era el que debía decidir en esta situación.
Pero Dios se movió sobre este hombre, Daniel y sus amigos hallaron gracia ante él y acepto. Después de diez días, Melsar pudo comprobar que estaban sanos fuertes, por lo que el sustituía la comida del rey por legumbres.
Hermanos, Dios bendijo grandemente a Daniel y sus amigos por mantenerse firmes y tratar de hacer su voluntad a pesar de las circunstancias adversas.
En Sn. Mateo 6: 33 el señor Jesús nos dice:
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Hermanos, como Daniel estemos firmes en nuestra fe, hagamos la voluntad de Dios, estudiemos su palabra y oremos a nuestro Dios a través de nuestro señor Jesucristo, sabiendo que nuestro Dios está en todas partes acompañandonos en dondequiera que estemos.
A. I. Nelson Daniel Miranda Giles.
Gracias, muy interesante el tema de Daniel y enriquecedor.
Bendiciones!!