¡Cristo nos reconcilia…!
Meditación sobre 2 Corintios 5:13-21 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Transcripción…
CDMX, viernes 25 de junio de 2021
Cuando deseamos comprar un bien raíz, un terreno, una casa o un auto con un crédito, nos piden que garanticemos que vamos a poder cumplir con las obligaciones financieras, por ello nos piden un aval o un fiador.
Ahí es donde encontramos que es muy difícil que alguien quiera ser aval o fiador de otra persona, mucho menos pagar algo de alguien que es conocido por no cumplir.
La verdad es que como seres humanos llegamos a fallar en muchas cosas a cada momento.
En 1ª Juan 2: 1 y 2 leemos:
1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
Hermanos, demos gracias a Dios por su amor, su misericordia, su cuidado y providencia se manifiesta a cada momento en nuestras vidas.
En los versículos 13 al 15 del pasaje en 2ª Corintios 5 dice:
13 Porque si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros.
14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que, si uno murió por todos, luego todos murieron;
15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
La mayoría de Las personas en la ciudad de Corinto estaban familiarizadas con la idea griega de que la clave de una vida feliz es vivir el momento, el tener la mayor cantidad de placer posible reduciendo al máximo el sufrimiento o el dolor.
Algunos en Corinto pensaban que el Apóstol Pablo estaba loco, porque parecía estar contento con una vida simple, sencilla, con pesares, pruebas, y sufrimientos y decía que lo hacía para la gloria de Dios.
El Apóstol Pablo admitió que la gente podía pensar que él estaba loco. De todas maneras, lo que hacía, lo hacía para la gloria de Dios. Todo lo que hacía el Apóstol era para que ellos pudieran entender el mensaje de la salvación.
Lo que estaba diciendo es que el amor de Cristo le estaba apresurando, impulsando y motivando a difundir la palabra de Dios. Hermanos el amor de Cristo es el que nos está apremiando a nosotros para difundir el mensaje, de que Cristo vino a este mundo a morir por ti y por mí.
En los versículos 16 y 17 del pasaje dice:
16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así.
17 De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
A partir de que Cristo entra a nuestra vida, empieza un proceso de cambio, somos hombres y mujeres renovados actuando sobre una base de principios nuevos, reglas nuevas, con finalidades nuevas y con compañías nuevas.
El creyente es creado de nuevo por la fe en Cristo y le es dado un nuevo corazón. Que es hechura de Dios, como dice en Efesios 2:10
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
Aunque es el mismo como hombre, la misma mujer, ha cambiado su mente, su carácter, su conducta y ahora tiene en la mente estar al servicio de Cristo.
La finalidad de nuestra vida y acciones han cambiado, ya no estamos viviendo para nosotros mismos, sino nuestros pasos tratan de seguir los pasos de Cristo.
En los versículos 18 y 19 del pasaje leemos:
18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;
19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
Es importante notar que Dios no nos reconcilió consigo mismo haciendo de lado su justicia santa, o cediendo a la humanidad pecaminosa y rebelde. Él lo hizo por medio de un amor sorprendente, justo y sacrificial.
Dios no demanda menos justicia y rectitud del hombre bajo el dominio de Jesús; pero la demanda por el pecado ya ha sido satisfecha por Cristo.
En los Proverbios hay varios versículos en donde se no dice que no hay que ser fiador de nadie, pero la verdad Dios es grande y en su misericordia nos ayuda a salir adelante por medio de la gracia que es en Cristo Jesús. Él es nuestro fiador.
Y es por medio de Él que el mundo es reconciliado con Dios, es decir, es reconciliado con Dios, por la muerte de Cristo. Este maravilloso ministerio de la reconciliación es la obra que Él ha hecho. Ahora este ministerio de llamar a la reconciliación es de cada uno de nosotros los creyentes en Cristo, esta es ahora nuestra responsabilidad.
En los versículos 20 y 21 del pasaje leemos:
20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Dios invita a los pecadores que echen a un lado su enemistad, y aceptemos la salvación que Él ofrece en Cristo quien no conoció pecado. Fue hecho pecado; no pecador, sino pecado, una ofrenda por el pecado, un sacrificio por el pecado.
El objetivo y la intención de todo esto era que nosotros pudiésemos ser hechos justicia de Dios en Él, pudiésemos ser justificados gratuitamente por la gracia de Dios por medio de la redención que es en Cristo Jesús.
En Romanos 3:24 al 26 dice:
24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,
26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Hermanos sabiendo cuán terrible es la venganza que nuestro Dios ejecutará en los hacedores de maldad, los pecadores. El apóstol Pablo nos llama nosotros los creyentes como embajadores y representantes de Cristo a usar todo lo que esté en nuestras manos para llevar a los hombres el mensaje de la salvación por la fe en el señor Jesús, y para actuar como sus discípulos, con celo y diligencia para la gloria de Dios y para el bien de su Iglesia.
A. I. Nelson Daniel Miranda Giles