
Jacob bendice a Faraón
Meditación sobre Génesis Génesis 47:1-12 por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Transcripción…
Génesis 47:1-12
Vino José y lo hizo saber a Faraón, y dijo: Mi padre y mis hermanos, y sus ovejas y sus vacas, con todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí están en la tierra de Gosén.
Y de los postreros de sus hermanos tomó cinco varones, y los presentó delante de Faraón.
Y Faraón dijo a sus hermanos: ¿Cuál es vuestro oficio? Y ellos respondieron a Faraón: Pastores de ovejas son tus siervos, así nosotros como nuestros padres.
Dijeron además a Faraón: Para morar en esta tierra hemos venido; porque no hay pasto para las ovejas de tus siervos, pues el hambre es grave en la tierra de Canaán; por tanto, te rogamos ahora que permitas que habiten tus siervos en la tierra de Gosén.
Entonces Faraón habló a José, diciendo: Tu padre y tus hermanos han venido a ti. La tierra de Egipto delante de ti está; en lo mejor de la tierra haz habitar a tu padre y a tus hermanos; habiten en la tierra de Gosén; y si entiendes que hay entre ellos hombres capaces, ponlos por mayorales del ganado mío. También José introdujo a Jacob su padre, y lo presentó delante de Faraón; y Jacob bendijo a Faraón.
Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación.
Y Jacob bendijo a Faraón, y salió de la presencia de Faraón.
Así José hizo habitar a su padre y a sus hermanos, y les dio posesión en la tierra de Egipto, en lo mejor de la tierra, en la tierra de Ramesés, como mandó Faraón.
Y alimentaba José a su padre y a sus hermanos, y a toda la casa de su padre, con pan, según el número de los hijos.
Hace ocho días fuimos testigos de uno de los encuentros menos esperados pero más anhelados de la historia del pueblo elegido, Jacob descubre que su hijo amado aun vive y lo puede constatar con un gran abrazo; José ha podido verificar que su padre está vivo y bien y el encuentro con él lo hace derramar lágrimas de felicidad.
Ahora es tiempo de establecerse en esa lejana tierra, una tierra donde serán extranjeros, dónde su oficio no es bien visto y que pareciera aleja al pueblo de la promesa dada por Dios, sin embargo Jacob ha consultado a su Señor y este le ha dicho que vaya, que se encuentre con José y que disfrute de estar con él.
¿A caso Dios ha olvidado su promesa y quiere compensarlo dándole una gran alegría a su siervo?
De ninguna manera, una vez más podemos constatar que es el Dios del tiempo, de todas las regiones de la tierra, sobre todos los pueblos, aunque estos no lo reconozcan así; es Dios plenamente soberano,Él ha provisto de alimento a Egipto, no solo para esa nación, sino también para todos los que están a su alrededor. Dios ha llevado a Jacob, Israel, y a su familia a la tierra de Gosén donde podrán prosperar, crecer y fortalecerce bajo la protección del país más poderoso de ese momento, son instrumentos para cuidar de sus elegidos en todos los aspectos y también Dios ha puesto los medios para que los israelitas no sean contaminados con costumbres paganas y dioses ajenos.
El faraón los recibe con mucho agrado y es muy bondadoso con ellos, son la familia de quién a salvado a su pueblo de morir de hambre pues Dios así lo previó, no solo les condece la mejor tierra para sus ganados sino que también los pone sobre su propio ganado y les procura bienestar en todos los sentidos, sabe que Dios está con ellos por el testimonio que José ha dado al ser un siervo fiel, que ha demostrado sabiduría y reconocer que todo lo que hace es porque es guiado por Él.
También Jacob le comenta al faraón como ha sido su vida
Cuando Faraón pregunta a Jacob cuantos años tiene, este se reconoce como peregrino por esta vida, ya que aguarda la verdadera vida, la vida eterna, solo le falte decir que el es ciudadano de los cielos, así como nosotros, que hoy solo somos peregrinos en esta tierra, ya que aguardamos la verdadera ciudadanía al lado del Creador.
Es Jacob quien bendice al faraón teniendo presente la promesa de Dios de que él sería bendición para todas las naciones, reconociendo también que su Señor a puesto a este hombre extranjero como un instrumento para guardar de él mismo, de su familia y de la nación que está naciendo en este momento.
No olvidemos también ser nosotros bendición y bendecir a los que nos rodean, Dios también nos ha llamado para hacerlo y así como José fue testimonio e instrumento para traer beneficios al pueblo egipcio nosotros hagamos lo mismo donde nuestro Rey nos ha colocado.