Rey pagano participa de la obra redentora
Meditación sobre Génesis 47:13-31 por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Transcripción…
GÉNESIS 47:13-31 No había pan en toda la tierra, y el hambre era muy grave, por lo que desfalleció de hambre la tierra de Egipto y la tierra de Canaán. Y recogió José todo el dinero que había en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, por los alimentos que de él compraban; y metió José el dinero en casa de Faraón. Acabado el dinero de la tierra de Egipto y de la tierra de Canaán, vino todo Egipto a José, diciendo: Danos pan; ¿por qué moriremos delante de ti, por haberse acabado el dinero? Y José dijo: Dad vuestros ganados y yo os daré por vuestros ganados, si se ha acabado el dinero. Y ellos trajeron sus ganados a José, y José les dio alimentos por caballos, y por el ganado de las ovejas, y por el ganado de las vacas, y por asnos; y les sustentó de pan por todos sus ganados aquel año. Acabado aquel año, vinieron a él el segundo año, y le dijeron: No encubrimos a nuestro señor que el dinero ciertamente se ha acabado; también el ganado es ya de nuestro señor; nada ha quedado delante de nuestro señor sino nuestros cuerpos y nuestra tierra. ¿Por qué moriremos delante de tus ojos, así nosotros como nuestra tierra? Cómpranos a nosotros y a nuestra tierra por pan, y seremos nosotros y nuestra tierra siervos de Faraón; y danos semilla para que vivamos y no muramos, y no sea asolada la tierra. Entonces compró José toda la tierra de Egipto para Faraón; pues los egipcios vendieron cada uno sus tierras, porque se agravó el hambre sobre ellos; y la tierra vino a ser de Faraón. Y al pueblo lo hizo pasar a las ciudades, desde un extremo al otro del territorio de Egipto. Solamente la tierra de los sacerdotes no compró, por cuanto los sacerdotes tenían ración de Faraón, y ellos comían la ración que Faraón les daba; por eso no vendieron su tierra. Y José dijo al pueblo: He aquí os he comprado hoy, a vosotros y a vuestra tierra, para Faraón; ved aquí semilla, y sembraréis la tierra. De los frutos daréis el quinto a Faraón, y las cuatro partes serán vuestras para sembrar las tierras, y para vuestro mantenimiento, y de los que están en vuestras casas, y para que coman vuestros niños. Y ellos respondieron: La vida nos has dado; hallemos gracia en ojos de nuestro señor, y seamos siervos de Faraón. Entonces José lo puso por ley hasta hoy sobre la tierra de Egipto, señalando para Faraón el quinto, excepto solo la tierra de los sacerdotes, que no fue de Faraón. Así habitó Israel en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén; y tomaron posesión de ella, y se aumentaron, y se multiplicaron en gran manera. Y vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años; y fueron los días de Jacob, los años de su vida, ciento cuarenta y siete años. Y llegaron los días de Israel para morir, y llamó a José su hijo, y le dijo: Si he hallado ahora gracia en tus ojos, te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo, y harás conmigo misericordia y verdad. Te ruego que no me entierres en Egipto. Mas cuando duerma con mis padres, me llevarás de Egipto y me sepultarás en el sepulcro de ellos. Y José respondió: Haré como tú dices. E Israel dijo: Júramelo. Y José le juró. Entonces Israel se inclinó sobre la cabecera de la cama.
No había pan en toda la tierra, y el hambre era muy grave, por lo que desfalleció de hambre la tierra de Egipto y la tierra de Canaán. Gn. 47 : 13
No cabe la menor duda el juicio de Dios cayó sobre la nación más poderosa y la más productiva en alimentos, que incluso podía alimentar a otra naciones por su agricultura, hoy su pueblo está lejos de ser autosuficiente, pues el Señor así lo decidió y como lo profetizó José serían 7 largos años, era tal la hambruna que algunos perdían el juicio y otros desfallecían, las tierras más fértiles hoy no daban nada, Calvino nos dice al respecto:
Y es así como debemos ver, todo cuanto poseemos fluye de la mano del Señor, porque así es su voluntad; ¿Somos agradecido con Dios por sus bendiciones o nos hemos olvidado de su misericordia?
Y si algún día nos quitara sus bendiciones, pidamos que nos prepare para soportarlo, con oración y ruego, pues para algo ha de ser, no sea que nos portemos rebeldes y de nuestra boca salgan reclamos.
Hoy tanto los egipcios como los cananeos han sucumbido ante la hambruna y el Señor les ha llevado un salvador en su nombre y este es José, el Faraón así lo ha reconocido pues sabe que la certeza y sabiduría de José viene de Dios y por eso le ha dado completo poder, solo Faraón está por encima de José, el gobierno y la administración de los bienes quedaron en sus manos.
Todo Egipto reconoce a José como el autor de la liberación de está catástrofe.
Así que José se dedica con toda libertad a recaudar la riqueza de Faraón, siendo elogiada su honradez y dedicación, y se pone de manifiesto pues con tanta libertad y poder pudo llevar provecho para su persona y enriquecerse, incluso justificarse diciendo que Faraón se merecía una traición por ser un tirano.
Ante la primera etapa de la hambruna, José le pone precio monetario a la semilla que un día los granjeros vendieron voluntariamente a José, pudiendo haber guardado en sus propios graneros la semilla excedente pero confiaron en José pues vieron la mano de Dios en él por lo que está en posición de darle un nuevo precio, cuando ya no hubo dinero pidió en pago ganado y tierras, las cuales fueron vendidas a cambio de alimento y más adelante vendieron sus propias vidas.
Y la expresión «¿Por qué moriremos delante de ti?» Más que de reproche, es de súplica para que José no permitiera que mueran de hambre y es así como Faraón se convierte en el dueño absoluto del dinero, ganado, ovejas, tierra y vidas de todo Egipto.
Pareciera que José se ha convertido en un tirano, cuando en realidad ha salvado al pueblo Egipcio de sucumbir porque ha sido guiado por Dios y también a su familia que es totalmente protegida por Faraón bajo el control del Señor de señores y Rey de reyes.
Algo sumamente importante es que un rey pagano prestara especial atención a la adoración divina, al sostener a los sacerdotes gratuitamente, es decir a la familia de Jacob, al pueblo de Israel y así permitir que la adoración a Dios no se pudiera perder. Los sacerdotes fueron los únicos que quedaron exentos de toda carga tributaria, antes al contrario, tenían derecho de ser abastecidas sus necesidades de las arcas de la nación y respetando sus propiedades y el fruto de sus tierras.
Esto solo Dios lo hace realidad en tierras hostiles, como hoy vemos su palabra crecer y fructifica en naciones y pueblos totalmente paganos.
Y fue así como Israel vivió en Egipto 17 años, como un peregrino, y llamo a sus hijos, en especial a José, a quien le hizo jurar que sus restos no serían sepultados en Egipto, está petición no fue un mero acto de nostalgia, lo que realmente quiso Jacob es decirles que debían salir de Egipto, que debían ser firmes en su fe y anhelar la tierra prometida y convertirse en el pueblo de Dios y su Iglesia. También manifiesta su confianza en que Dios ha de cumplir su promesa, él sabe que así será.
Y fueron ciento cuarenta y siete años los que Jacob peregrino, por este mundo, antes de llegar a la presencia de nuestro Dios, y fue sepultado al lado de sus padres.
Seamos firmes a terminar la carrera, Dios permanece a nuestro lado y siempre cumple sus promesas y provee todos los medios para proteger a sus elegidos.