Moisés habla por Dios – Éxodo 7:1‭-‬25

Estudio sobre el libro de Éxodo por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Transcripción…

Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta. Tú dirás todas las cosas que yo te mande, y Aarón tu hermano hablará a Faraón, para que deje ir de su tierra a los hijos de Israel. Y yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de Egipto mis señales y mis maravillas. Y Faraón no os oirá; mas yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios. Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando extienda mi mano sobre Egipto, y saque a los hijos de Israel de en medio de ellos. E hizo Moisés y Aarón como Jehová les mandó; así lo hicieron. Era Moisés de edad de ochenta años, y Aarón de edad de ochenta y tres, cuando hablaron a Faraón.
Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: Si Faraón os respondiere diciendo: Mostrad milagro; dirás a Aarón: Toma tu vara, y échala delante de Faraón, para que se haga culebra. 10 Vinieron, pues, Moisés y Aarón a Faraón, e hicieron como Jehová lo había mandado. Y echó Aarón su vara delante de Faraón y de sus siervos, y se hizo culebra. 11 Entonces llamó también Faraón sabios y hechiceros, e hicieron también lo mismo los hechiceros de Egipto con sus encantamientos; 12 pues echó cada uno su vara, las cuales se volvieron culebras; mas la vara de Aarón devoró las varas de ellos. 13 Y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.
14 Entonces Jehová dijo a Moisés: El corazón de Faraón está endurecido, y no quiere dejar ir al pueblo. 15 Ve por la mañana a Faraón, he aquí que él sale al río; y tú ponte a la ribera delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió culebra, 16 y dile: Jehová el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto; y he aquí que hasta ahora no has querido oír. 17 Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre. 18 Y los peces que hay en el río morirán, y hederá el río, y los egipcios tendrán asco de beber el agua del río. 19 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan en sangre, y haya sangre por toda la región de Egipto, así en los vasos de madera como en los de piedra.
20 Y Moisés y Aarón hicieron como Jehová lo mandó; y alzando la vara golpeó las aguas que había en el río, en presencia de Faraón y de sus siervos; y todas las aguas que había en el río se convirtieron en sangre. 21 Asimismo los peces que había en el río murieron; y el río se corrompió, tanto que los egipcios no podían beber de él. Y hubo sangre por toda la tierra de Egipto. 22 Y los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho. 23 Y Faraón se volvió y fue a su casa, y no dio atención tampoco a esto. 24 Y en todo Egipto hicieron pozos alrededor del río para beber, porque no podían beber de las aguas del río. 25 Y se cumplieron siete días después que Jehová hirió el río.

El capítulo anterior termina dando a conocer los nombres y desendientes de los jefes del pueblo de Israel por familias, podemos ver con esto que son los hijos de Abraham, Isaac y Jacob, la promesa perdura y también notamos que Moisés y Aarón siguen siendo parte de este pueblo escogido por Dios quien elige a quienes le han de servir a pesar de sentirse incapaces de hacerlo pero es así como la gloria de Dios se manifiesta plenamente.

Es necesario que: tanto el pueblo de Dios, cómo los egipcios, y el resto el mundo vean las maravillas de Dios, puesto que Jehová se está dando a conocer como el Dios todopoderoso, que veamos sus maravillas, es decir las señales que apuntan hacia Él y su pacto de gracia con su pueblo, y es por eso que permite que Faraón muestre todas la soberbia y el pecado que hay en su ser, endureciendo más su corazón siendo él un medio por el cual se ha de acercar a su pueblo. Faraón se considera y lo ven como un dios, por lo que Jehová pone a Moisés como un dios para Faraón y a Aarón como su profeta pues este ha de ser quien hable todo lo que a Moisés se le manda decir de parte de Jehová y como bien se ha dicho, Dios no improvisa, pues Él sabe la trama y el final de cada historia aún antes de que comience y lo mejor, siempre tiene un buen propósito para su pueblo, el pueblo de Israel.

Jehová va a mostrar sus maravillosas obras y las señales que apuntan a Él como el único Dios todopoderoso, que está por sobre cualquier gobierno, así sea el más grande de la época que se quiera, y va a mandar las plagas sobre Faraón y todo su pueblo, mientras que a Israel lo mantiene fuera de ellas. Dios deposita en Moisés parte de su poder para que este sea llevado a la presencia de Faraón, diríamos coloquialmente hablando «le va a dar una probadita de lo que Él es», Jehová, YO SOY JEHOVA.

La terquedad de Faraón no es para que se espanten Moisés y Aarón puesto que Dios ya se los había comunicado, está soberbia es también una señal de que Dios todo lo sabe y conoce el corazón de los que no le aman, cuánto más los corazones que el ha escogido para su gloria, la de sus hijos.

Es a través de la transformación de una vara que convierte Moisés en serpiente y de serpiente nuevamente a vara que Jehová se presenta como el DIOS TODOPODEROSO, poder que ilusamente Faraón quiere igualar con sus magos quienes convierten sus varas en serpientes y estas son devoradas por la serpiente de Moisés. Acto vergonzoso para el Faraón que endurece más su corazón, y aumenta su furia, negando la salida del pueblo de Israel.

Moisés recibe instrucciones de que a la mañana siguiente delante de Faraón, introduzca la vara en las aguas del río Nilo para que sus aguas se conviertan en sangre y así lo hace, esto para los egipcios va más haya de un simple acto de magia pues es un atentado contra su fe puesto que el río Nilo es considerado por ellos como una deidad, Jehová no tan solo demuestra su poder sino que también da un duro golpe a la idolatría del pueblo Egipcio y a su Faraón, y no pudieron beber ni alimentarte de la pesca pues los peces morían y el hedor era insoportable, y el corazón de Faraón como una roca, y esto porque Dios así lo había designado.
Las plagas que Jehová mando sobre el rey Egipcio y su pueblo, son las señales que apuntan hacia un Dios que todo lo puede y controla, pues la misma naturaleza le obedece ya que ésta es parte de su creación.
Hoy vemos a los gobiernos sumando esfuerzos para controlar una pandemia que azota al mundo y todos estamos atentos a los avances de la industria farmacéutica, sin preguntarnos: ¿Qué quiere Dios de nosotros? Y buscar su rostro con temor y fervor, permanecemos indiferente y ciegos a sus maravillas y señales.
Pongamos rodilla sobre el suelo y oremos sin cesar por su maravillosa gracia y esperemos de Él su obra sobrenatural en nuestras vidas.

Toda situación tiene el propósito de bendecir a los hijos de Dios, a su pueblo santo y amado.

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