Como el consuelo de una madre – Isaías 66:12-13

Meditación sobre Isaías 66:12-13 por el A.I. José Arturo Medell
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

12 Porque así dice Jehová: He aquí que yo extiendo sobre ella paz como un río, y la gloria de las naciones como torrente que se desborda; y mamaréis, y en los brazos seréis traídos, y sobre las rodillas seréis mimados. 13 Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo.Isaías 66:12-13

Buenos días continuamos en las meditaciones que la Iglesia Nacional Presbiterianas Berith AR en la alcaldía de Coyoacán, Ciudad de México.

Expone durante estas últimas semanas de estos últimos años de pandemia, hoy es miércoles 20 de abril del año 2022 y nuestra meditación de esta mañana a las estoy enfocando, al Profeta Isaías capítulo 66 y tomaremos básicamente, el versículo 13 es un capítulo muy largo es un capítulo dónde JEHOVÁ, habla al pueblo de Israel por medio de Isaías.

Este escrito, este capítulo es un reclamo nuevamente del Señora hacia su Pueblo, es un reclamo de que no ha obedecido, lo que JEHOVÁ, ha establecido como sus leyes fundamentales tanto de conducta como de adoración.

El Señor establece en este capítulo 66 y advierte al Pueblo de Israel, como su mano, hizo todas las cosas que en el mundo hay. Nosotros ahora conocemos que hay visibles e invisible, ellos también.

Pero nosotros nos hemos nos hemos adentrado a lo invisible para el ojo, nuestros ojos a través de la lente de un microscopio, ha observado lo más pequeño que puede haber.

Comenta el Señor con estas palabras de admiración, para que el pueblo reflexione, dice que él mirara a aquel que es pobre y humilde de espíritu y que tiembla a su Palabra, este es el pueblo que busca del Señor qué le obedezcamos con humildad, que conozcamos su palabra, que seamos humildes ante él.

Sanciona en este capítulo a aquellos, sacrificios que ya por años por la ley de Moisés, ser vienen haciendo, los sacrificios señalaban, escuchen bien esto, “los sacrificios señalaban a aquel” que sería el sacrificio perfecto, aquel que tomaría nuestro lugar, para que fuéramos perdonados y lavados de nuestra maldad.

Eso hacían los sacrificios de la ley de Moisés, pero ahora el Señor menciona en este capítulo que es abominable para él, los sacrificios de los animales se han vuelto escarnio, de hecho, ofrecen sangre de cerdo, que estaba prohibido, incienso que estaba prohibido.

Entonces el Señor les trae a ellos, como debe glorificarse al Señor, dice en el versículo cinco, JEHOVÁ, sea glorificado, pero él se mostrará, para alegría vuestra y los que cometen maldades serán confundidos, advierte que habrá voz de alboroto en la ciudad, en el templo, voz de JEHOVÁ, que da el pago a sus enemigos.

A partir del versículos siete; sus frases son de consuelo comparándose, asemejándose, a lo que es la nueva vida en un nacimiento, advierte el Señor que él es el que hace dar a luz, advierte el Señor que él es el que da el gozo a la mujer en los nacimientos y las palabras a partir de este versículo 7, 8, 9 10 y 11, habla de la relación materna con el bebé y así dice el Señor.

Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo, todos los que os enlutáis por ella; para que maméis y os saciéis de los pechos de sus consolaciones; para que bebáis, y os deleitéis con el resplandor de su gloria.

Esto habla el Señor de Israel, así quisiera que fuera Israel lo compara a una madre que amamanta. Tomamos los dos versículos que nos ocupan esta mañana de manera breve.

12 Porque así dice Jehová: He aquí que yo extiendo sobre ella paz como un río, y la gloria de las naciones como torrente que se desborda; y mamaréis, y en los brazos seréis traídos, y sobre las rodillas seréis mimados.
13 Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo.

La imagen que nos deja ver esto es para aquellos que tuvieron la bendición enorme de una madre que los consolaba, de una madre que los sentaba en sus rodillas, de una madre que los abrazaba.

Bueno, el Señor compara esto a Jerusalén cuando sea consolada cuando sea reedificada cuando sea traída a él y entonces los que habitemos en ella, “es un símbolo”, son aquellos que; son humildes de espíritu y que tiemblan a la palabra del Señor.

Pero el consuelo del Señor no es privado, pues la promesa, el consuelo, la alimentación, el ponernos sobre sus rodillas, es para aquellos, también que no tuvieron una madre o que no fue el ideal que mencionamos, es para aquellos que pueden encontrar en el Señor esta sustitución, el Señor se convertirá en la madre que falto, o que no fue ideal, para aquellos que le sufrieron y no tuvieron estos bienes que se mencionan, el Señor puede hacerlo ahora, consolarle, abrazarle, sostenerle como si estuviera en sus rodillas y alimentarle.

Busque este cumplimiento de las palabras del Señor, su palabra es viva y eficaz y no regresa a él vacía, es una realidad para todos nosotros.

Las sentencias que sigue del versículo 17 hasta el final, son tremendas, porque la desobediencia del hombre y la desobediencia de Israel que somos todos los hombres, cuando no estamos cercanos al Señor son tremendas las advertencias.

Vamos a enfocarnos a este par de versículos, seamos consolados por el Señor, busquemos esta consolación que él promete para nosotros, seamos consolados, para que tomemos fuerza, para que seamos mimados, alimentados, aún se desborde el gozo de permanecer en él y en su pueblo.

Esta es una promesa del Señor para nosotros, es una promesa que el Señor, puede hacer cumplir en cada uno de ustedes.

La recomendación viene del Señor, como logramos esto: Mirare a aquel que es pobre y humilde de Espíritu y que tiembla a mi Palabra, busquemos su palabra, temblemos ante ella, honremos al Señor y seamos consolados por él mismo.

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