COSECHA

(Pentecostés)

Pablo dice, en su carta a los Romanos, que tenemos las primicias del Espíritu (8:23). La frase llama nuestra atención hoy, porque hoy es Pentecostés,  la Fiesta de las Primicias.

El Pentecostés, o la Fiesta de los Cincuenta Días, fue una fiesta del pueblo judío desde mucho antes del tiempo de Jesús. Recibió el nombre griego de “Pentecostés”, que quiere decir cincuenta, porque este era el número de días después de  la Pascua que el pueblo esperaba para celebrar “la fiesta”. Los judíos la llamaban la Fiesta de los Sábados o Semanas,  cincuenta es una semana de semanas, o sea siete semanas, y contando el primer y último día se llega a 50, de la misma manera que hoy hablamos de “cada semana” como “cada ocho días”.

Este día fur el inicio, de la ofrenda de los primeros frutos del campo, las “primicias”. Era una gozosa  celebración de la cosecha, tanto en su significado como en su ritual. Pero en las celebraciones cristianas el día dejó de celebrarse como una fiesta agrícola para adquirir un importante significado en el calendario cristiano (Hechos 20:16 y Cor 16:8). Se celebra la venida del Espíritu Santo, como las “primicias”, el primer fruto de la obra de Cristo.

La celebración tiene que ver con la cosecha en un doble sentido. Cosechamos los buenos resultados de la obra de nuestro Salvador y estamos activos  en la cosecha. El Espíritu vino para capacitar a la iglesia para la cosecha. Por  esta razón la iglesia, desde sus tiempos más primitivos, celebra este día haciendo énfasis en las misiones y la obra misionera. Pero nunca perdió el espíritu alegre, y nunca debe perderlo.

Los símbolos que Dios empleó para “cristianizar” este día hacen énfasis en la cosecha. La Iglesia fue capacitada para predicar en este día,  De allí las lenguas de fuego y los efectos en el corazón de los oyentes. Cada uno oyó las maravillas de Dios en su lengua materna. El fruto llegó – tres mil personas fueron bautizadas. En ésta fecha se estableció a la Iglesia como una institución testificante, y se le otorgo un papel clave en la historia del mundo. Por lo tanto, desde este día la Iglesia tiene que trabajar en la cosecha.     

Iglesia Nacional Presbiteriana “Berith”. Boletín Buen Óleo 3 de junio de 1990.    

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