Jehová nuestro sanador – Éxodo 15:22-27

Estudio sobre el libro de Éxodo por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Éxodo 15:22-27

22 E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua. 23 Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara.[a] 24 Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? 25 Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó; 26 y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador. 27 Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas.

Jehová ha puesto a salvo a su pueblo y en medio del júbilo y la alegría, por primera vez el pueblo de Israel consolidado como una nación, ha entonado una alabanza a Dios como Él quiere que se le alabe y todos, hombres y mujeres, jóvenes, viejos, niños y todo aquel que se circuncidó para pertenecer a su pueblo, elevaron cántico de alabanza al Señor; después de esto ha llegado la calma y Dios ordena a Moisés llevar a su pueblo al desierto de Shur alejándolos del mar Rojo.

Durante tres días caminaron, el hambre y la sed, pero sobre todo su falta de fe, los hace renegar nuevamente de Dios y surgen las murmuraciones y la inconformidad, peor aún al llegar a Mara, lugar que ha recibido este nombre por sus aguas amargas, imposibles de beber y quitar la sed tan agobiante que les ha dejado el andar por el desierto, los invade el temor de todo lo que les pueda pasar y se sienten indefensos ante los animales salvajes, de las enfermedades pues no llevan médicos, ni provisiones, ni siquiera agua.

Dios les va ha de dar una lección, recordemos que Él siempre tiene el control sobre cualquier adversidad; siendo nuevamente Moisés el intercesor entre el Señor y su pueblo le hace llegar la queja que tiene Israel y Él le da instrucciones de arrojar una rama de árbol al agua y está se endulza; podemos notar que esta vez no es la vara de Moisés lo que se utiliza, sino una simple rama, con esto Dios quiere enseñarnos que no es la vara de Moisés la que hace los milagros, pues esto sería idolatría, tampoco es Moisés, pues él solamente es el intercesor, debe quedar bien claro que es Dios quien hace posible todas las cosas, el propósito de todo esto es avivar la fe, debemos de aprender a escuchar a Dios a través de su palabra, las santas escrituras, pues Él nos habla y nos da instrucciones precisas, y le dice a su pueblo que no tema.

Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, he hicieras lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envíe a los egipcios te enviaré a ti, porque yo soy Jehová tu sanador. Éxodo 15: 26
Jehová nuestro sanador no tan solo nos ha de curar de nuestra enfermedades físicas, sino también nos ha de curar el alma, y nos restablece para llevarnos a la tierra prometida, seamos atentos a sus promesas y estatutos las cuales se encuentran en la Biblia, su palabra, ya que por medio de su ley el Señor nos señala los caminos seguros por dónde debemos andar y que nos evitarán peligros y tropiezos, sus mandamientos son para que estemos a salvo, seamos obedientes a ellos pues así Jehová es nuestro sanador.

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