No volverá a mí vacía – Isaías 55:10-11
No volverá a mí vacía – Isaías 55:10-11
Meditación bíblica sobre Isaías 55:10-11 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Porción bíblica de hoy:
“10 Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, 11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.” - Isaías 55:10-11 (RV 1960)
Vivimos en una cultura sobrecargada de información y sobreestimulada con tantas formas de entretenimiento, por lo que es difícil separarnos un momento de todo eso y abrir nuestra Biblia para leerla.
Puede ser que decidas revisar rápidamente tus redes sociales, pero cuando te das cuenta, ya has estado ahí por 20 minutos o más. Luego dices, «ahora voy a leer mi Biblia, pero eso será mucho más rápido porque ya se me hace tarde para hacer otra cosa». Y terminas leyendo un versículo o dos.
Lo que deberíamos hacer es un esfuerzo para abrir nuestra Biblia a primera hora de la mañana y leer las Escrituras antes de hacer cualquier otra cosa; eso nos ayudaría a ejercitarnos para esta prioridad.
Pero, por lo general, tenemos esas prioridades al revés. Tal vez, eso se deba a que no siempre estamos conscientes del poder que tiene la Palabra de Dios.
La palabra de Dios tiene el poder de transformar nuestro pensamientos.
Pero dudamos y nos distraemos con los afanes del mundo, la búsqueda de agradar a nuestros ojos y nuestra carne, nuestro propio orgullo, nuestros deseos y nuestras metas.
Como consecuenacia de ello, la Sagrada Escritura nos parece oscura y distante y como una meta inalcanzable para vivir, así que la evitamos.
Pero la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos. (Hebreos 4)
Tiene el poder de renovar nuestra mente, fortalecer nuestro corazón y equiparnos para la batalla en nuestros días.
Si nunca la leemos, no estamos renovados, somos débiles y mal equipados.
Eso nos hace inútiles para presenciar y hacer crecer el reino.
El libro de Romanos nos recuerda la importancia tangible de predicar el Evangelio.
15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! 16 Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? 17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. Romanos 10:15-17 (RV 1960)
La Palabra de Dios es poder para salvación.
¿Cómo podemos usar las Escrituras para guiar a alguien a Diossi no las conocemos?
Si estás evitando leer y estudiar la Escritura hoy por la razón que sea, recuerda que no hay condenación para los que están en Cristo Jesús (Romanos 8:1)
Pídale a Dios que te de un deseo renovado de buscar y entender Su Palabra.
Pídele que te inspire un profundo amor por la Biblia.
Pídele que se muestre a ti a través de Su Palabra.
Cuando nos entregamos en exceso al interminable desfile de fotos filtradas, memes y falsa felicidad, nuestro ser queda vacío, nada nos llega satisfacer.
Esas acciones siempre vuelven vacías y nos dejan esperando algo más.
Pero cuando nos deleitamos con la Palabra de Dios, estamos satisfechos.
Su Palabra nunca regresa vacía, nos llena en todas las formas que anhelamos.
Ponte a prueba hoy para pasar más tiempo en la Palabra que en las redes sociales.