Santos, esperando el día del Señor – 2 Pedro 3:8-14

Meditación sobre 2 Pedro 3:8-14 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

CDMX, viernes 24 de junio de 2022

Muchas personas dicen vive el día, disfruta de todo sin importar nada, al cabo que el mundo se va a acabar, lo bailado nadie te lo quita, practican una filosofía en la que todo es válido siempre y cuando obtengan una satisfacción personal.
Los cristianos pensamos que, si bien el fin de todas las cosas está cerca, tenemos el propósito de servir a nuestro Dios, que nuestra vida este consagrada a dar la gloria a nuestro Dios.

En la Biblia en el evangelio de Sn. Mateo 24:4-6 leemos:

4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.
5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.
6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.

En estas palabras nuestro señor Jesucristo nos esta exhortando a estar atentos, alertas, no debemos alarmarnos con falsa predicciones acerca del fin.

Hermanos, el tiempo que Dios nos preste en este mundo, estudiemos la palabra y oremos a nuestro Dios para estar preparados, porque hay personas mal intencionadas que, buscando solo su beneficio personal, trataran de hacernos caer en sus engaños.

En nuestra biblia pasaje en 2ª Pedro 3: 8 leemos

8 Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.

El Apóstol Pedro nos hace reflexionar que los tiempos de Dios y el tiempo humano no son iguales, y el rey David en el salmo 90 nos dice que “una de las vigilias de la noche es como 1000 años… “y después nos dice: “nuestros días son como un pensamiento…” hermanos, las personas siempre han querido saber que sucederá o cuándo sucederá tal o cual evento.

En el siglo pasado algunas personas tenían la seguridad que en una fecha pronosticada sería el fin y muchas personas vendieron todo y se congregaron a esperar, pero no sucedió nada. Esto se ha repetido muchas ocasiones, en diferentes lugares del mundo.

Hermanos, no debemos preocuparnos por los tiempos, todo está en las manos de nuestro Dios y ningún lapso de tiempo deteriora o cambia su propósito eterno.

En los versículos 9 y 10 del pasaje leemos:

9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.

El Apóstol Pedro nos recuerda que estamos aquí en este mundo por la gracia de Dios y por su infinita misericordia.

Él no quiere que ningún pecador perezca o que seamos destruidos por nuestros malos actos y nos está llamando al arrepentimiento, a recapacitar en nuestra forma de ser y de vivir, a transformarnos en nuevas personas que busquemos agradar a Dios en todo lo que hagamos.

Si bien muchos tratan de predecir cuándo será el fin, realmente no desean que esto suceda, porque todos quieren vivir de acuerdo a sus ideologías sin que nadie los moleste, ya pensaran en Dios más adelante, por eso el día del señor vendrá cuando nadie lo espere.

En los versículos 11 al 12 del pasaje dice:

11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,
12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!

Si meditamos detenidamente la descripción que hace el Apóstol Pedro del fin, realmente es impactante, todo será destruido, consumido por el fuego. Todas las cosas que tenemos como valiosas en este mundo serán destruidas.

El llamado que nos hace es a transformar nuestras vidas para estar preparados, haciendo lo que realmente es importante, oremos a nuestro Dios por medio de nuestro señor Jesucristo para que podamos servirlo por medio de una vida santa y piadosa para estar preparados.

En los versículos 13 y 14 del pasaje leemos:

13 Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
14 Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.

La exhortación es para todos nosotros a estar firmes en la fe, sabiendo que nuestra esperanza esta guardada en Cristo, tenemos fe en que cumplirá su promesa de tener un lugar para nosotros en donde el este.

Hermanos, el fin de todas las cosas está cerca, tengamos el propósito de servir a nuestro Dios, que nuestra vida sea consagrada, para presentarnos ese día sin mancha e irreprensibles, en paz, para dar la gloria a nuestro Dios.

A. I. Nelson Daniel Miranda Giles

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