
Permaneciendo en la verdad – 1 Juan 2:23-29
Meditación sobre 1 Juan 2:23-29 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
CDMX, viernes 5 de agosto de 2022
Hoy en día hay muchas personas que dicen ser libre pensadores, otros siguen filosofías de moda o religiones que proclaman tener la verdad, que buscan el bien de la humanidad sobre una base moral, parecen ser muy espirituales, pero cuando les hablas de Dios dicen no hay Dios, el universo y el mundo fueron una gran casualidad y Jesucristo fue un gran humanista, un filósofo o un profeta y niegan que Jesucristo es el hijo de Dios.
En la biblia en el libro del profeta Jeremías 6:10 leemos:
10 ¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman.
El Profeta Jeremías nos dice que en la antigüedad como hoy en día, las personas que no tienen temor de Dios, solo quieren oír cosas que les conviene o les agrada, desprecian la palabra de Dios y el llamado a recapacitar en su forma de vivir, les es molesto y esto no les agrada.
En el versículo 23 de nuestro pasaje de 1ª Juan 2 leemos:
23 Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre.
El Apóstol Juan nos pide que estemos alertas ante los ataques del maligno, pongamos atención a cualquiera que niega a Cristo, que niega que es el hijo de Dios o tergiversa sus mandamientos, estos son falsos maestros que buscan confundirnos distorsionando la verdad para su propio beneficio, los predicadores del maligno solo buscan tener más seguidores, llevándonos por caminos torcidos perdición y de muerte.
Dice el pasaje que el que proviene de Dios, reconoce que el único mediador entre Dios y los hombres es Cristo y es el único camino que nos lleva a reconciliarnos con Dios
En los versículos 24 y 25 del pasaje en 1ª de Juan 2 leemos:
24 Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.
25 Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.
El Apóstol Juan nos exhorta a permanecer fieles en lo que hemos creído, siguiendo las enseñanzas de Jesucristo para recibir la promesa de la vida eterna en Cristo.
Hermanos, si recibimos a Cristo como nuestro señor y salvador también recibimos a Dios Padre.
Si Cristo es el señor de nuestra vida el amor de Dios se reflejará en todo lo que hagamos y será un testimonio verdadero de que Cristo mora en nuestro corazón.
En el evangelio de Sn. Juan 13:20 encontramos estas palabras:
“De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.”
En este versículo el señor Jesús nos dice claramente que, si creemos en el cómo nuestro señor y salvador Él y Dios padre estarán en nuestro corazón, en el corazón de cada uno de los que creyentes.
Que honor y que responsabilidad tan grande tenemos como sus discípulos, de recibir tan grande don, la gracia de la salvación y de la vida eterna por medio de la fe en Cristo Jesús, quien con su sangre preciosa pago por nuestro pecado.
En los versículos 26 y 27 del pasaje en 1ª de Juan 2 leemos:
26 Os he escrito esto sobre los que os engañan.
27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.
El Apóstol Juan nos exhorta a que seamos dignos discípulos de nuestro señor Jesucristo, que permanezcamos en la verdad, que seamos diligentes en estudiar y escudriñar su palabra, la palabra de nuestro Dios, para que ella nos ilumine en nuestro diario vivir y así nadie nos pueda engañar con falsas declaraciones.
Al aceptar a Cristo como nuestro señor y salvador fuimos ungidos por nuestro Dios y sellados con el Espíritu Santo cómo lo menciona el apóstol Pablo en 2 Corintios 1:21 y 22 dice:
21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios,
22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.
Hermanos, las promesas de nuestro Dios son verdaderas, confiemos en que su espíritu Santo nos iluminé en todas las decisiones que tomemos en nuestra vida y nos guie a toda sabiduría, para que le demos gloria a nuestro Dios en todo lo que hagamos.
En los versículos 28 y 29 del pasaje en 1ª de Juan 2, leemos:
28 Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.
29 Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él.
El Apóstol Juan nos llama a permanecer firmes en nuestra fe, a estudiar y escudriñar su palabra, sabiendo que el espíritu Santo nos revela la voluntad de nuestro Dios.
No debemos tener miedo o temor de la venida del señor, confiamos en su promesa de que, si permanecemos en la verdad, siguiendo sus enseñanzas, al final de nuestro camino, estaremos dando gloria a nuestro Dios por la eternidad.
Hermanos, oremos a nuestro Dios por medio de nuestro señor Jesús para que podamos permanecer en la verdad y su Espíritu Santo nos guie en nuestro diario vivir.
A. I. Nelson Daniel Miranda Giles.