
BIBLIA E HISTORIA
Aunque se piensa en la religión y de la Biblia en términos del deber, la Biblia habla mucho más de lo que Dios ha hecho que de lo que nosotros tenemos que hacer. Hay cierto énfasis en la Biblia sobre lo ético, pero un énfasis notablemente mayor sobre lo sucedido en la historia. No cabe duda, hay muchas exhortaciones en la Biblia, y las oímos con frecuencia, pero los relatos de personas que actuaron desarrollando los propósitos de Dios son mucho más numerosos que nada, la Biblia es un libro de historia.
Cuando enseñamos la Biblia a los niños reconocemos esta verdad. Los niños aprenden, normalmente con mucho interés, los relatos bíblicos su comprensión suele ser profunda, a menos que los maestros distorsionen o expurguen estas narraciones. Muchas veces tenemos la tentación de presentar las historias de acuerdo con lo que pensamos nosotros que el niño deba oír y no lo que la Biblia presenta. Por ejemplo, usamos las historias para dar modelos de comportamiento, como si la Biblia fuera una galería de “santos” cuando debemos presentar la historia bíblica como el relato de los grandes actos de Dios, lo que Él mismo ha hecho para cumplir con las promesas que ha dejado a la humanidad.
La Biblia nos presenta un Dios que dirige la historia y se revela en la narración que Él mismo hace de sus actos. Los actos solos no son la revelación, sino la narración que Dios nos da para descubrir el sentido de los actos. Algunos piensan que solamente con estudiar la historia, con analizar la situación social o las condiciones políticas se puede encontrar la revelación de Dios. Otros, con inclinaciones hacia el misticismo, opinan que con contemplar la naturaleza, sus movimientos y desarrollo, se ponen en contacto con la Palabra escrita es lo que nos hace percibir correctamente la naturaleza, la situación social e histórica.
Tenemos que volver a ser como niños y estudiar la Biblia como la historia (y las historias ) que Dios quiere que sepamos. Tenemos que hacer énfasis sobre el elemento narrativo de la Biblia y con ello entenderemos mejor la historia.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith. Boletín Buen Óleo, domingo 22 de agosto de 2004.