FUTURO
Se ha dicho que una de las mayores dificultades en la organización y planeación de las actividades en las iglesias es que no han aprendido a tomar en serio el futuro. Ven el futuro como algo lejano y al porvenir como al horizonte, que siempre es la misma distancia de uno. Por supuesto, hablamos de la segunda venida de Cristo, algún día en el porvenir, seguro pero que no tiene que ver con la planeación nuestra, ya que Dios ha puesto el día que, por nada que hagamos nosotros no se acerca ni se aleja. Desde luego, todos nos vamos acercando a nuestro día final, que puede ser muy cerca para para algunos de nosotros, pero esto muy poco tiene que ver con la planeación eclesiástica, y no se toma en cuenta en las reuniones del consistorio, ni aun las del presbiterio.
Aunque no tenemos que arreglar los detalles del juicio final, pues el programa ya está hecho y el lugar y la fecha están designados, hay tiempo del cual somos mayordomos entre el día de hoy y aquel día, y esta es la parte del futuro que no tomamos en serio. No sabemos si el tiempo de que somos responsables para emplearlo para el Señor sea de 17 días o 17 siglos, sin embargo, tenemos que reconocer la responsabilidad de usarlo y planear su uso durante este tiempo.
Es decir, tenemos que tomar las decisiones y efectuarlas, en cuanto a lo que hacemos hoy, y lo que vamos a hacer mañana, y el mes entrante, como también el año que viene, y lo siguientes cinco años, como también los diez que los siguen.
Para hacerlo, tenemos que saber hacia dónde vamos. Oramos y hablamos acerca de ser la iglesia que Dios quiere que seamos. Esta visión (de ser la iglesia que Dios quiere que seamos) debe ser específica y concreta, y debe motivar nuestras decisiones y nuestra planeación ahora. ¿Cómo es nuestra visión de esta iglesia? ¿Tenemos alguna idea de cómo sea la iglesia que debemos ser?
Pues, en función de esta iglesia tenemos que planear. Tenemos que actuar hoy en términos de lo que queremos ser como la iglesia en un año, o dos, o cinco. Tenemos que escribir nuestros objetivos (y cumplir con ellos) en función de esta visión. Los objetivos deben ser descripciones de cómo pensamos cumplir con la realización de esta visión, esto es, con la visión de la iglesia que sabemos Dios quiere que seamos. Tenemos que saber qué es lo que vamos a cumplir con estos objetivos.
En menos de treinta segundos después de leer este editorial el futuro ya habrá empezando, este tiempo entre el ahora y la fecha que viene Cristo. Tenemos que tomar en serio este futuro, pues somos responsables para emplearlo como mayordomos en servicio del Rey.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith, boletín Buen Óleo domingo 21 de mayo 2023.