Vestíos del nuevo hombre – Efesios 4:23-24

Meditación sobre Efesios 4:23-24 por el A.I. Marcos Mercado E.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Muy buenos días, doy muchas gracias a Dios porque cada jueves me permite enviarles un muy cordial saludo y además nos permite continuar con nuestras meditaciones sobre el libro de los efesios y el día de hoy vamos a poner nuestra atención en los versículos 23 y 24 del capítulo 4 pero antes voy a leer los versículos del 17 al 24 que dicen de la siguiente manera:

17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;
19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
20 Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,
21 si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.
22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,
23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

Agradecidos de nuestra nueva humanidad.

Miren ustedes, en el momento en que escuchamos la Palabra de Dios y el Espíritu Santo pone la fe en nuestros corazones se lleva a cabo el, el acto importantísimo del arrepentimiento llamado conversión, y es solo entonces, cuando podemos dejar la vieja naturaleza y cuando podemos obedecer el mandamiento de dejar y rechazar todas las prácticas que pertenecen a la vida antigua.

Y para no vivir ya más como los paganos ni andar más como los gentiles dejando atrás el viejo hombre en el versículo 23 encontramos un mandato u orden de Dios que dice:

23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,

Y esta renovación se refiere a la obra del Espíritu Santo de Dios que influye poderosamente en el espíritu del hombre, y que tienen que ver con nuestra actitud mental, o estado de la mente, y también con nuestra actitud hacia Dios y a las realidades espirituales.

Y este mandato tan importante también lo encontramos en Romanos 12:2 que dice:

2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta

Y en estos dos textos bíblicos el énfasis está en el aspecto intelectual que afecta la manera de vivir de cada uno.

Y este mandamiento también nos muestra y destaca el gran contraste que existe, entre, y la justicia cristiana que depende de la renovación constante de nuestra mente.

Ahora bien, en los versículos 22 y 23 los cristianos también tenemos dos sólidos fundamentos doctrinales que son como dos raíces de las que surge y crece la santidad.

¿Cuáles son estos dos fundamentos?

Primero. Al creer en Cristo experimentamos un nuevo nacimiento y llegamos a ser una nueva creación, que ha dejado la pasada manera de vivir tal y como dice 2 Corintios 5:17

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Segundo. Como consecuencia de ello, recibimos una mente nueva que debe renovarse constantemente

Y estos dos fundamentos están íntimamente relacionados.

Y miren ustedes, hace ocho días hablamos de la importancia de despojarnos del viejo hombre y ya dijimos que el ‘viejo hombre’, es miserable, y está en descomposición, y podrido por las pasiones de la vida vieja del error

Y por ello, en el versículo 24 tenemos otro mandamiento que dice:

24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad

y la metáfora que tenemos aquí tiene que ver con nuestra manera o forma de vestirnos, ahora que somos nuevas creaturas

Y debido a que ahora somos una nueva creación a la imagen santa de Dios, estamos obligados a dejar completamente de lado nuestra humanidad vieja caída con sus vestimentas rotas y podridas y a revestirnos con las vestiduras nuevas del hombre nuevo.

Y hoy en día es un hecho que la clase de ropa que usamos tiene que ver con la tarrea o actividad que estamos realizando. Por ejemplo, para ir a una boda no vamos en pijama, sino que nos ponemos una ropa elegante y cuando vamos a un funeral, otra.

Por otra parte, nuestra actividad u oficio también determina la ropa que debemos utilizar, por ejemplo, los soldados y los marinos utilizan uniformes diferentes y algunos religiosos utilizan un ropaje especial, al igual que lo hacen los prisioneros y convictos.

Y también, es un hecho que cuando cambiamos de actividad, nos cambiamos la ropa. Por ejemplo, cuando los prisioneros cumplen con su condena y son liberados de la cárcel, se quitan el uniforme de la prisión y se ponen una ropa común y corriente.

Y también, cuando un soldado deja su batallón del ejército y se convierte en un civil, se quita el uniforme de soldado para vestirse de civil.

Y de la misma manera, cuando llegamos a ser nuevas creaturas, aquí no se nos pregunta, ni se nos sugiere, sino que se nos ordena que nos quitemos las vestiduras, rotas, rasgadas y podridas del viejo hombre y que utilicemos ahora una ropa digna de los que son miembros de la familia de Dios dejando a un lado los valores del hombre viejo

Lo que, es más, Colosenses 3:12 dice

Vestíos, pues, como escogidos de Dios,

y después utiliza siete adjetivos para describir las vestiduras de los que somos hijos de Dios y dice

Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia.

Es decir, como un reflejo natural de lo que somos, con gusto nos quitamos y rechazamos el ropaje’ de nuestra vida antigua, y de inmediato abrazamos y damos la bienvenida con gozo y alegría al ropaje totalmente nuevo y diferente de la nueva vida que Dios ha creado, para nosotros para utilizarlo de inmediato.

Pero vayamos ahora a la última parte del versículo 24 que dice:

en la justicia y santidad de la verdad

Y aquí tenemos otras dos características más de este maravilloso ropaje que describe utilizando otro contraste, ya que:

  1. Por una parte, tenemos el viejo hombre que está corrompido según los deseos del engaño, y
  2. Por otra parte, la nueva creación de Dios está centrada en la justicia y santidad, de la verdad o sea aquí tenemos dos posibilidades: o vivimos en los deseos del engaño o en la justicia y santidad de la verdad,

Es decir, o vivimos como el viejo hombre que es Adán, cuya naturaleza heredamos por nacimiento, o vivimos como el nuevo hombre en Cristo, cuya naturaleza proviene del nuevo nacimiento celestial.

Y la justicia y la santidad de la verdad son esenciales porque Biblia nos dice que Dios es justo y santo; y Su justicia y su santidad están perfectamente manifestada en Cristo y, en consecuencia, los que se revisten de Cristo se caracterizan, por la justicia y la santidad.

Y aunque la nueva humanidad que ahora tenemos es creación de Dios y no nuestra. Sin embargo, cuando Dios nos recrea en Cristo a su propia semejanza, debemos cooperar completamente con lo que él ha hecho y quiere hacer en nosotros.

CONCLUYO

Nuestro nuevo comportamiento debe ser completamente coherente y congruente con la clase de persona que hemos llegado a ser, es decir, como miembros de la familia de Dios debemos vestirnos como escogidos de Dios.

Y es mi oración que cada uno de nosotros estemos conscientes y nos demos perfectamente cuenta de que, al haber nacido de nuevo, nuestro nuevo papel como miembros de la familia de Dios implica que tenemos una nueva vida y una ropa nueva y todo esto implica un nuevo estilo ético de conducta.

Y termino repitiendo los dos textos bíblicos que contienen los dos mandatos en los que centramos nuestra atención:

Mis querido hermanos:

23 renovaos en el espíritu de vuestra mente,
24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

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