¿Cómo pastorear el corazón de tu hijo? – Parte 1

Meditación bíblica por el Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

El día de hoy iniciaremos un nuevo estudio y esta serie de reflexiones estarán basadas en el libro de Tedd Tripp que se llama “Cómo pastorear el corazón de su hijo”

Tedd Tripp es pastor de la Iglesia Grace Fellowship en Pensilvania y, junto con su esposa Margy, fundó una escuela cristiana. Él ahí es maestro y administrador y además ha viajado por el mundo dando conferencias y seminarios hablando justamente de este tema: Cómo pastorear el corazón de su hijo.

Así hoy iniciaremos una serie de reflexiones que van enfocadas a nuestra tarea como padres en la crianza de los hijos, la cual no es una tarea fácil.

Hoy día hay muchos libros de cómo educar a los hijos, de cómo lograr el control o el éxito de los hijos; pero el problema es que suelen caer en los extremos, es decir, que en un caso sólo se consideran los objetivos de los padres y, en el otro se da una prioridad superior a los deseos infantiles de los hijos.

La crianza de los hijos es realmente importante y en este sentido en lo primero que debemos ocuparnos es del corazón del niño.

Proverbios 4: 23 dice: “De toda cosa guardada, guarda tu corazón porque de él mana la vida”

Ahora bien, cómo nos ocuparemos del corazón del niño, lo haremos por medio de palabras y acciones en donde la comunicación y la disciplina trabajan juntos y con amor y sabiduría los padres cambiaran sus objetivos mientras son infantes, después niños y luego adolescentes.

Hoy día no se entiende totalmente lo que son los padres y lo que son los hijos, nos encontramos con una serie de consejos que se mezclan buenos con malos y que se tambalean porque no se pueden sostener.

Es fundamental ser el tipo de padre o madre que se nos enseña en la vida y que Dios quiere que seamos y buscando una forma práctica usaremos un precepto y un ejemplo: no se ha probado que los caminos de Dios sean inadecuados, simplemente no son empleados.

Vayamos ahora a una situación cotidiana: una maestra manda llamar a los padres porque su hijo no hace su tarea, los padres responden que ellos esperaban que su hijo obedeciera a la maestra pues ellos no pudieron hacer que su hijo obedeciera.

De forma real nos encontramos con niños que han abandonado la autoridad de sus padres y, ¿cómo es que esto ha pasado?

Hay muchas cosas que convergen en esta situación, como la cultura e ideología de nuestro tiempo, pues hay muchas parejas que no están dispuestos a ser padres.

En una cultura abstraída en sí misma, los niños llegan a ser un estorbo o, si más solo buscan en qué entretenerlos; así hoy día los padres pasan muy poco tiempo con sus hijos y la idea de un tiempo cualitativo es más atractiva a la de un tiempo cuantitativo (si bien es cierto que hay circunstancias que llevan a esta dinámica, esto no quiere que sea lo ideal).

Los padres de hoy son una generación que ha perdido su autoridad, culturalmente ya no es común que un padre sea el jefe de familia, y la madre no hace mucho de lo que papá dice.

Por otra parte, los padres no les preocupa que los echen del trabajo por un capricho. Los jefes de ayer usaban su autoridad para alcanzar las metas, hoy se usan bonos o incentivos.

El punto es que los crecen de esta manera carecen de orden alguno; en la escuela no se sientan en filas ordenadas, no piden permiso para hablar, no temen a las consecuencias y no aceptan un papel de sumisión y obediencia a las reglas o a las normas.

Pareciera que los métodos antiguos de crianza no funcionan por su autoritarismo, pero no saben qué otro modo usar para hacer su trabajo, lo que lleva a los padres a la frustración y confusión “los niños no actúan como deberían y, los padres no saben por qué”

Muchos llegan a concluir que esta es una tarea imposible, esto es algo en lo que siquiera debemos pensar y no se atreva a rendirse, pues la experiencia nos frustra.

Una guía adecuada y con un conocimiento infinito, es la palabra de Dios, pues la revelación que encontramos en su palabra es completa y robusta.

Nos da un cuadro total y verdadero de los niños, los padres, la vida familiar, los sistemas de valores, el entendimiento, el cuidado, la disciplina y todo lo necesario para realizar la tarea en la crianza de los hijos.

Dicha tarea es multifacética, pues comprende que, con autoridad y bondad, los niños sean pastoreados, llegando a entenderse a ellos mismos y conozcan a Dios a través del Evangelio, asimilando las Buenas Nuevas del Reino de Dios y que en completa mutualidad vivan con usted y como Pueblo de Dios, bajo su autoridad.

Hablemos de autoridad. Dios nos ha llamado a vivir bajo autoridad, él es nuestra autoridad y ha investido de autoridad a personas dentro de las instituciones como: el hogar, la Iglesia, el estado, el trabajo, etc.

Como padres de familia estamos llamados a ejercer la autoridad que Dios nos ha dado, dirigiendo a los niños en el nombre de Dios buscando siempre el bienestar de ellos.

El propósito de la autoridad en la vida de los niños, no es mantenerlos bajo un poder dominante, sino fortalecerlos enseñándoles a que tengan dominio propio, y vivan libremente bajo la autoridad de Dios.

Jesús nos dio buen ejemplo de ello, aquél que posee toda autoridad, vino a ser como un siervo. En Juan 13:3, Jesús toma una toalla y lava los pies a sus discípulos.

Él como Rey ejerce su autoridad de manera bondadosa en favor de sus súbditos.

Dios nos llama a obedecerle y honrarle y a ejercer autoridad, pero no como un amo a sus esclavos, sino mostrando un amor verdadero, del mismo modo que Él nos ama.

La mejor descripción que se puede dar a esta actividad por parte de los padres en cuanto a la guía y crianza de los hijos es el pastoreo.

El padre que pastorea a su hijo, lo guiará a entenderse así mismo y al mundo en el que vive. La idea es que el niño no solo entienda el qué de la acción que hizo mal, sino el por qué lo hizo.

Debemos ayudar al niño a entender que es una criatura hecha por Dios y para Dios. No sólo debemos instruirlo, debemos guiarlo para que el camino del niño sea de descubrimiento, y ayudarlo a aprender discernimiento y sabiduría de Dios.

Este tipo de dirección y pastoreo se da cuando los valores y la vida espiritual no solo se aprenden, sino que se comparten en una relación abierta y honesta uno al otro.

Proverbios 13:20 dice “El que anda con sabios, sabio será

Como padres el objetivo no es discutir sino demostrar la frescura y vitalidad de la vida vivida en integridad con Dios.

El enfoque central de la crianza de los niños debe estar centrado en el Evangelio pues no sólo se necesita dirigir la conducta de los niños, sino las actitudes del corazón.

Los niños necesitan desesperadamente comprender no solo el qué exterior de lo que hicieron sino el porque interno de lo que hicieron, ellos deben saber que Dios puede obrar en sus corazones y que esto lo hacen de dentro hacia afuera.

Por esto el propósito de la crianza de los hijos no puede ser que ellos solo sean niños bien comportados y educados, sino saber que ellos pecan, reconocerlo y como lograr los cambios interiores.

Ciertamente para el hombre natural, vivir conforme a la voluntad y ley de Dios es imposible, pues su nivel es muy alto y difícil de alcanzar apartado de la Gracia. Y, es por medio de su Gracia que Dios nos enseña nuestra necesidad y dependencia de Él.

De ahí la importancia de enseñarle al niño la misericordia de Dios, por medio del Evangelio.

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