¿Cómo pastorear el corazón de tu hijo? – Parte 19

Meditación bíblica por el Hno. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Seguimos con el tema de cómo pastorear el corazón de nuestro hijo. Hoy hablaremos de los adolescentes y los objetivos del entrenamiento.
Muchos padres viven temerosos de los días en que sus hijos sean adolescentes, seguramente ha oído el refrán “Hijos pequeños, problemas pequeños, hijos grandes, problemas grandes”.

La adolescencia es el comienzo de la pubertad y el tiempo cuando el adolescente comienza a salir del hogar. Durante la adolescencia se da un periodo de inseguridad monumental, pues es la época en la que ni es niño, ni es adulto, y no sabe cómo actuar. Si actúa como un niño “se le regaña” y si actúa como un adulto se le dice “que no se crea tan grande”. A veces parece ser emocionante y atractivo ser adolescente y otras es decepcionante, exigente, y excluyente. No desea tener que enfrentarse a él mismo.

Algunos quisieran quedarse en los 17, no son niños, pero tampoco adultos, y esto les permite no tener que enfrentar las grandes decisiones al ser adultos y seguir gozando de los cuidados y atenciones de mamá y papá, así como de la protección del hogar.

La adolescencia es un periodo de vulnerabilidad en todas las áreas; les preocupa su apariencia, suelen preguntarse: ¿Usan la ropa correcta? ¿Qué piensan los amigos acerca de su apariencia? ¿Se sienten diferentes y excluidos? Sufren ataques de ansiedad ¿Sabrán que hacer o decir con ciertas personas, situación o lugar? ¿Será conveniente expresar sus propias ideas y serán estas correctas? Además, se sienten inseguros con relación a sus cuerpos, lo que los lleva a pasar tiempo frente al espejo ¿Su desarrollo es el adecuado o no? Asimismo, les preocupa su personalidad, ¿Son serios, son creativos, son divertidos? Ciertamente este es un periodo de incertidumbre, inestabilidad y vulnerabilidad, y paradójicamente es un periodo en el que buscan establecer su propia personalidad, y aunque su necesidad de dirección nunca ha sido mayor, ellos resisten todo intento que los acorrale.

Rebelión

La adolescencia suele ser un periodo de rebelión y este periodo de rebeldía es un intento mal dirigido de establecer su individualidad. Aunque en algunos casos esta expresión de rebelión es algo que ha estado latente durante mucho tiempo.

Muchos padres atribuyen esto a que se han tenido que mudar de un lugar a otro, y que esta experiencia traumática ha influido, o el hecho de que se juntaran con nuevos amigos que influyeron en ellos, o que comenzaron a escuchar música pesada. Si bien es cierto que esto puede influir la realidad es que el problema es más profundo.

Es común ver cómo los adolescentes rebeldes se encuentran unos a otros, mientras tanto resulta muy difícil para un adolescente en su misión hacerse rebelde por la influencia de otros. Asímismo podemos ver con asombro como jóvenes al ya no ser intimidados por sus padres rebelarse abiertamente, y no es por la mala insulina de los amigos, es por aquella mala semilla sembrada en el corazón desde la niñez.

Para ellos ha llegado el momento de expresar su rebelión desafiante, pues mientras eran pequeños y dependientes sabían que no podían hacerlo.

Así que para que esto no nos tome por sorpresa debemos usar tres fundamentos para la vida:

  1. Andar en el temor de Dios: Proverbios 1:7 dice “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza”.

El adolescente está por iniciar una vida independiente y tomar decisiones que tendrán gran impacto en su vida que hace basado en un sistema de valores, recuerde lo que hablamos anteriormente), el niño/adolescente o adora a Dios o a los ídolos, y en este sentido vive para alguno de ellos.

Vivir en el temor de Jehová es vivir en el entendimiento de nuestra responsabilidad ante él, y vivir a la luz del hecho de que él es Dios y nosotros criaturas. El lo ve todo y todo está abierto frente a él. por tanto, vivir en el temor piadoso es vivir a la luz plena de Dios como un Dios santo que llama a su pueblo a la santidad, sus niños deben entender el temor de Jehová en una manera que reorganice sus vidas.

Por ejemplo, algunos adolescentes viven en el temor de no ser aprobados por los otros, usted debe ayudarles a ver como esto los esclaviza y llena de ansiedad.

No es de asombrarnos que muchos jóvenes puedan ser movidos por motivos piadosos, por lo tanto, los padres son los encargados de enseñar e instruirlos para que entiendan el temor de Dios, siendo librado del peligro, posea sabiduría y crezca en el conocimiento de Dios.

Lo que nos lleva al segundo fundamento.

  1. Proverbios 1:8-9: Oye hijo mío, la instrucción de tu padre y no desprecies la dirección de tu madre; porque adorno de gracia será a tu cabeza y collares a tu cuello.

Cuando los hijos se adhieren a la instrucción de los padres son ricamente bendecidos, estos versículos muestran una perspectiva en la que los hijos encuentran en sus padres una fuente de sabiduría e instrucción, y afirma que los hijos serán beneficiados grandemente si se agregan a estos valores e instrucciones de los padres.

Usted conoce sus fortalezas y debilidades, sus experiencias de vida y los entiende, además tiene la palabra de Dios y conoce los caminos de Dios, conoce el mundo ellos viven y las presiones que enfrentan, usted está comprometido con ellos y con Dios, así mismo la relación con sus hijos debe ser honesta, no debe dar consejos de acuerdo a su conveniencia o porque se librará de problemas o de pasar vergüenza, sino que debe ser un padre que demuestra que no usa a sus hijos de ninguna manera. Si todo esto se lleva a cabo sus hijos no querrán, por lo regular, salir de su instrucción.

  1. Disuasión de los malos: Este lo encontramos en Proverbios 1: 10 “Hijo mío, si los pecadores te quisieran engañar, no consientas”.

Dios entiende el problema de la influencia; el que vive en compañía de los malos aprende el camino de los malos, esto por una parte y por otra parte, este pasaje también nos habla acerca de las alianzas y de ser atraídos a ellas. En los versículos del 10 al 19 podemos notar lo siguiente:

Ven con nosotros… Nosotros hallaremos riquezas de toda clase… Echa tu suerte con nosotros… Tengamos una sola bolsa…

¿Cuál es el llamado? El llamado es a pertenecer a una comunidad, y la atracción es grande para rendirse al malo en esa camaradería. Este es un llamado a suplir una necesidad verdaderamente humana de compartir mutuamente con otros (aunque no por buenos motivos).

Recuerde la necesidad que tiene el adolescente de sentir que pertenece a algo.

La mejor y más poderosa manera de mantener a los hijos alejados de la camaradería, de los malos es hacer del hogar un lugar atractivo para esta.

Los jóvenes no se van de los lugares donde saben que son amados y aceptados de forma incondicional, ni huyen de hogares donde tienen relaciones sólidas ni tampoco donde la familia se reúne y planea actividades que resulten atractivas para todos.

Si como padre trabajamos para hacer del hogar un lugar atractivo el hogar sera un refugio donde el adolescente pueda sentirse comprendido y amado, y donde es alentado y se le muestran los caminos de la vida.

Estos tres fundamentos de la vida deben estar en todas las conversaciones con sus adolescentes: el temor de Dios, la adherencia a la instrucción parental y la disociación de los malos. Cuando los hagamos podremos esperar que el favor de Dios repose sobre nuestros esfuerzos y nuestros hijos.

Preguntas para reflexionar:

  1. ¿Cuáles son los asuntos negociables que le permitirá a su adolescente expresar la independencia de usted en forma constructiva?0
  2. ¿Discierne errores en la crianza que pueden estar ligados a cualquier rebelión; qué hace para remediarlo?
  3. ¿Qué hace usted para proveer la instrucción oportuna a su adolescente?
  4. ¿Provee lo necesario en el hogar para que su hijo se sienta amado y aceptado? ¿Sus amigos son bienvenidos a casa sean creyentes o no?
  5. ¿Qué hace usted para que sus hijos sientan que pertenecen y forman parte de la comunidad del hogar?

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