No contristéis al Espíritu Santo – Efesios 4:30

Meditación sobre Efesios 4:30 por el A.I. Marcos Mercado E.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

La semana pasada hablamos sobre ¿Quién es el Espíritu Santo? Y hoy vamos aponer nuestra atención en las palabras de este versículo que dicen:

30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

INTRODUCCIÓN

el jueves pasado mencioné que en los versículos 27 y 30 del capítulo 4 detrás de las acciones de los seres humanos están presentes y activas, dos personas invisibles: una persona es Dios y la otra el diablo y en el versículo 27 ya se nos ordenó que no demos lugar al diablo y ahora se nos ordena que no contristemos al Espíritu Santo,

Y Algo asombroso e increíble y que nuestra pequeña mente no alcanza a comprender es que Dios mismo, el todopoderoso, creador del universo, el omnipotente e infinito y eterno Dios por medio de la tercera persona de la Santísima Trinidad es decir por medio del Espíritu Santo habita en cada cristiano, es decir, Él está en nosotros.

1 Co. 6:19 dice «¿O ignoráis, que vuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios y que no sois vuestros?».

 Por ello, cada día al levantarnos debemos estar conscientes de que «el Espíritu Santo está habitando en nosotros, Él está en nuestro cuerpo; nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo. Debemos recordarlo».

Además de contristar al Espíritu Santo en la Biblia tenemos varios términos relacionados con el Espíritu y solo voy a mencionar tres:

  1. Podemos enojarlo. Isaías 63:10 Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su Santo Espíritu;
  2. Podemos resistir al Espíritu Santo como dice Hechos 7:51 ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.
  3. Y quizás el término más fuerte es el de 1 Tesalonicenses 5:19 que dice:  No apaguéis al Espíritu. que es más tajante que “resistir el Espíritu”.

Pero vayamos al versículo 30 que nos ocupa hoy el cual contiene tres frases, y la primera dice:

1 . No contristéis al Espíritu Santo de Dios

Y en el texto original en griego la palabra que se traduce como contristar es la palabra lypeo que se puede traducir como que no causemos dolor, pena o desazón al Espíritu Santo, lo cual nos indica que el Espíritu Santo es una persona porque solo las personas pueden tener estos sentimientos

Y lo que aquí dice es que podemos contristar y afligir a la persona del Espíritu Santo de Dios.

Y el mandato es claro y dice que no lo contristemos, por lo que la pregunta que debemos hacernos es ¿Cómo contristamos al Espíritu Santo?

Miren ustedes, todos nosotros tenemos tres enemigos: el diablo, el mundo y la carne y el diablo utiliza el mundo y nuestra propia carne para tentarnos

Y la biblia claramente nos advierte acerca de estos tres enemigos: 1.- Sobre el diablo 1 Pedro 5:8 nos dice: Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar

2 . En cuanto al mundo 1 Juan 2:15 dice No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

Y en cuanto a la carne Gálatas 5:17 dice   Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis

Y esto significa que si por causa del diablo, el mundo o nuestra carne hacemos cualquier cosa opuesta al Espíritu, ya no estamos bajo el control del Espíritu Santo

.

Es decir, si permitimos que nuestros deseos, pasiones y malos apetitos nos controlen, el Espíritu Santo ya no nos controla y además se retira de nosotros.

Por eso la orden tajante aquí es que no debemos contristar al Espíritu.

John Stott dijo que cuando los creyentes damos lugar a malos pensamientos o sugerencias engañosas, de venganza, de codicia, o de inmundicia, y contaminamos nuestra alma y mediante estas imaginaciones, reflexiones, o motivaciones de maldad de todo tipo, el Espíritu que mora en nosotros sufre, en sentido figurado, el quebranto de su corazón y se entristece

Es decir, al vivir una vida de pecado, lo contristamos y entristecido no nos controla y además se retira de nosotros.

Y por ello hay que tener mucho cuidado ya que una persona llena de pecado no puede tener comunión con el Espíritu Santo; ya que ambas cosas son incompatibles

Y 2a Corintios 6:14-16 dice «No hay comunión entre la luz y las tinieblas, entre Dios y Belial”. Por lo que debemos resistir al diablo, debemos controlar el cuerpo, luchar contra los vestigios y remanentes del pecado que está en nosotros para no entristecer al Espíritu Santo que mora en nosotros

Miren ustedes, cuando sentimos un repentino deseo de leer la Biblia que es la palabra de Dios es porque el Espíritu Santo que está obrando en nosotros y debemos obedecerle.

También si nos sentimos llamados a orar hagámoslo. Debemos dejar todo lo demás y hacer lo que nos pide

Y él quiere dirigirnos, y guiarnos, y lo hace constantemente por lo que debemos estar atentos para prestar atención a la dirección del Espíritu Santo.

la Biblia fue inspirada y es la palabra del Espíritu Santo por lo que debemos estar atentos a la predicación de la palabra, y obedecer las escrituras ya que, Él es su autor.

Y miren ustedes 4 acciones para ser guiados por el Espíritu son: 1) Leer su palabra y conocer todos sus mandatos! 2) ¡Ponerles atención! 3) ¡Ser sensibles a ellos! Y luego 4) ¡obedecer la Palabra de Dios!

La segunda frase de este versículo dice:

con el cual fuisteis sellados

John Stott dijo que hemos sido sellados con el Espíritu Santo para el día de la redención. Es decir”, los creyentes en Cristo estamos marcados para el gran día de la consumación de todas las cosas, cuando nuestro Señor Jesucristo va a venir por segunda ocasión y nuestra liberación de los efectos del pecado será completa

Y el sello con el que Dios nos ha distinguido, con el que nos ha marcado como que le pertenecemos es nada menos que con es el mismísimo Espíritu Santo, que mora en nosotros

Vayamos a la tercera y última frase de este versículo que dice:

para el día de la redención

Hendicksen dijo que el “sellado” se refiere al comienzo del proceso de salvación y la “redención” se refiere, al fin del proceso de salvación.

Es decir, la redención apunta al final, cuando nuestros cuerpos serán redimidos, porque sólo entonces nuestra redención o liberación será completa.

Se refiere al glorioso día del regreso de Cristo a la tierra, a la segunda venida de Cristo cuando nuestro cuerpo, mortal y corruptible será transformado, en un cuerpo inmortal e incorruptible y renovado a la semejanza del cuerpo glorioso de Cristo,

 y aunque hayamos muerto y nuestro cuerpo se haya convertido en polvo, resucitaremos y nuestra alma se unirá nuevamente a nuestro cuerpo y con cuerpo y alma nos vamos a unir a una multitud de millones y millones de redimidos que en el cielo vamos a glorificar a Dios para siempre jamás.

CONCLUYO Resumiendo lo siguiente:

  1. La orden que tenemos aquí es muy clara y tajante de no contristar al Espíritu Santo porque el Espíritu Santo es un espíritu sensible que odia el pecado, la desunión entre hermanos y en la iglesia, y la falsedad, y debemos huir de ello.
  2. Los cristianos tenemos un sello único y muy especial que nos distingue porque hemos sido sellados con el Espíritu Santo y
  3. Nuestra salvación y nuestro destino eterno apuntan al día de la segunda venida de Cristo que es el día de la redención y esta esperanza nos lleva lo que dice Hebreos 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

Termino repitiendo el texto en el que pusimos nuestra atención:

30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

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Reflexiones sobre la Epístola a los Efesios

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