UN ESPEJO MÁGICO

(2/2 parte)

En el editorial anterior mencionamos los espejos que suelen incluirse en los cuentos o novelas en los que no se refleja el aspecto físico de los personajes sino su vida interior. Ante está “realidad de novela” reflexionamos que si se tuviera la posibilidad de tener o adquirir un espejo de estos, con seguridad lo evitaríamos, pero… pero en un mundo real , como cristianos tenemos tal espejo, nuestro espejo es la Ley de Dios lo es.

Si estamos en Cristo, y si Cristo está en nosotros al vernos en el espejo de la Ley, el espejo que nos refleja tal como realmente somos, vemos lo que dice Pablo, en Colosenses 1:27, “Cristo en nosotros la esperanza de gloria”. En este espejo vemos cómo es la persona en Cristo. Nos vemos como pecadores redimidos. Vemos el pecado como puntos perdonados. Estos puntos de desobediencia y faltas de glorificar a Dios, visibles todavía. Pero visibles como cubiertos con la sangre de Dios Cristo. Estos puntos, tenemos que decir, estos puntos cubiertos de sangre, son mis pecados, pero, por ser cubiertos por sangre, ya no se ven. Lo que vemos en el espejo es “el hombre en Cristo”.
Además, en este espejo mágico, que es la Ley de Dios, revela la verdad así como somos, revela también lo que podemos ser en Cristo. La ley misma es la pauta. Ahí vemos, al meditar en los mandamientos, todas las instrucciones para amar perfectamente. Amar a Dios sobre todo, y al prójimo como a uno mismo. Ahí tenemos las instrucciones en cómo ser una nueva creación en Cristo.
Este espejo si nos revela la triste verdad de nuestros pecados; nos lleva al arrepentimiento; nos revela también lo que somos en Cristo, como realmente, de veras, somos en Cristo; y más, revela cómo podemos ser en Cristo. Por nuestra adopción podemos ser hijos obedientes.
“Ahora vemos por espejo, en obscuridad; mas entonces veremos cara á cara: ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido.”
1a Corintios 13:12

Iglesia Nacional Presbiteriana Berith, boletín Buen Óleo domingo 20 de Agosto 2023.