Unidad en el cuerpo de Cristo (Parte 5) – Efesios 4:1-16

Meditación bíblica sobre Efesios 4:1-16 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Transcripción…

En nuestra cultura hay varias formas de responder cuando recibimos regalos, dependiendo de nuestra personalidad:

  1. Sentimos que debemos devolver la atención a quien te hace un regalo.
    Pero, tal vez, tu presupuesto esté muy ajustado como para que puedas regalarle tú algo a esa persona. O puede que, simplemente, no te nazca hacerlo.
  2. Sentimos que la persona no debería haberse molestado
    Especialmente, si el regalo es muy espléndido considerando la situación en la que se encuentra la persona que da el regalo.
  3. Cuando el regalo no te gusta o te es ofensivo
    No te gusta o no lo puedes usar. Lo mismo quien te ha hecho el obsequio se ha equivocado con el regalo.
    ¿Qué haces? ¿Usarlo a pesar de todo? ¿Lo devuelves? ¿Lo descambias?

Ese mismo tipo de comportamientos podemos tener con los regalos (dones) que Dios nos ha dado.

Pablo enseña que Cristo ha dado dones (regalos) espirituales a cada creyente.

Sin embargo, muchos creyentes no usan los dones espirituales que les han sido dados.

Efesios 4:7-10 nos enseña que Cristo ha dado dones espirituales a cada creyente.

Primero, ¿a quién da Dios los dones espirituales?

En Efesios 4:4-6, Pablo enfatizó la unidad que tenemos en una iglesia saludable. Él escribió: “4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 5 un Señor, una fe, un bautismo, 6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.”

Pero esta unidad no significa que la iglesia sea uniforme o que todos tengamos exactamente los mismos dones.
De hecho, Pablo ahora enfatiza que en una iglesia saludable hay diversidad.

Pablo dice en el versículo 7: “Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.”.

Quiero comenzar enfocando nuestra atención en “Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia”.

Acerca de esto, John Stott dice que el versículo 7 se refiere a la gracia de Cristo al otorgar diferentes dones. Aunque Pablo no emplea aquí el término charismata para «dones» (como lo hace en Romanos 12:6 y 1 Corintios 12:4), sin embargo, es claro que se refiere a los dones.
Porque “gracia” es charis, y “dones” es charismata.
Además, es muy importante entender la diferencia entre ellos.
La “gracia salvadora”, la gracia que salva a los pecadores, se da a todos los que creen; pero lo que podría denominarse “gracia de servicio”, la gracia que equipa al pueblo de Dios para servir, se da en diferentes grados según la medida del don de Cristo.
La unidad de la iglesia se debe a charis, la gracia de Dios nos ha reconciliado consigo mismo; pero la diversidad de la iglesia se debe a carismata, los dones de Dios distribuidos a los miembros de la iglesia.

Toda persona que se convierte en creyente en el Señor Jesucristo ha recibido y continúa recibiendo una cantidad total e igual de la gracia salvadora de Dios.

Y cada creyente recibe lo que Stott llama una «gracia de servicio», la gracia que equipa a cada creyente para servir, y esa «gracia de servicio» se otorga en diferentes grados a cada creyente según la medida del don de Cristo.

John MacArthur dice que cada uno de nosotros tiene un don que se mide con nosotros, con ciertas capacidades, parámetros y propósitos distintos. Cada uno de nosotros recibe un don específico a través del cual debemos ministrar en el nombre de Cristo.

El apóstol Pedro lo expresó de esta manera en 1 Pedro 4:10:

10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.

Y el apóstol Pablo lo expresó de esta manera a los romanos en Romanos 12:4–6:

4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,
5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;

Hay varias listas de dones espirituales en las Escrituras (cf. Efesios 4:11; Romanos 12:6-8; 1 Corintios 12:8-10).

Estos dones espirituales que se dan a los creyentes no deben considerarse como una lista exhaustiva o completa.

Más bien, parece ser una lista representativa de los tipos de dones espirituales que Dios ha dado con el propósito de “edificar el cuerpo de Cristo” (Efesios 4:12).

Cada creyente puede poseer un grupo de dones espirituales.

Un creyente con el don de administración también puede tener algo de don de enseñanza o de misericordia.
Hay una combinación casi ilimitada de dones espirituales de cada creyente sea único en este sentido.

Entonces, si eres un creyente en el Señor Jesucristo, es seguro que tienes un don espiritual porque la gracia nos fue dada a cada uno de nosotros según la medida del don de Cristo.

La pregunta es: ¿Estás usando tu don espiritual?

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