¿Cómo pastorear el corazón de tu hijo? – Parte 17

Meditación bíblica por el Hno. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Seguimos con el tema ¿Cómo pastorear el corazón de nuestro hijo? Hoy hablaremos de los procedimientos de la infancia a la niñez.

Es común y resulta dolorosamente evidente que cuando los padres “aflojan las riendas” de las reglas de conducta se puede observar que los niños se vuelven rebeldes y abiertamente desobedientes, por tal razón la importancia de ser valientes y mantener a sus hijos bajo autoridad, y estar listo para disciplinar cualquier desobediencia, siendo consistente y que sus niños puedan aprender que Dios demanda obediencia.

La desobediencia y la falta de disciplina comunica un mensaje mixto; por un lado, usted les demanda obediencia pues ésta, está ligada a su bienestar temporal y eterna. Por otro lado, acepta la desobediencia, tolerando una conducta que los pone en peligro, así tan pronto el niño sale del círculo de seguridad, necesita ser rescatado de los peligros de una terca independencia de su autoridad. (Recuerde su función como agente de Dios).

En estos años tempranos de la infancia, el uso de la vara es primordial. Es primordial porque Dios lo ha mandado así, no olvidemos

“la necedad está ligada al corazón del muchacho, más la vara de la corrección la alejará de él” Proverbios 22:15.

Un niño pequeño no les da el peso adecuado a las palabras, pero su atención es asegurada cuando mesas palabras son acentuadas con una disciplina sólida.

¿Cuándo disciplinar? Usted deberá hacerlo cuando ha dado un mandato que el niño ha oído y esta en su capacidad entenderlo y no ha obedecido, sin desafío, sin escusa y sin demora. En este caso, el niño necesita la vara. Sino lo hace, no toma la palabra de Dios seriamente, debe hacer las cosas dolorosas que Dios lo ha llamado a hacer.

Si usted acepta desafíos, demoras o excusas no le esta enseñando a ser sumiso, sino que le esta enseñando a manipular a las autoridades y vivir al borde escabroso de la desobediencia.

No debe advertir ni debe preguntarles si quieren, si lo hace, les está enseñando a esperar las advertencias antes de obedecer, pero sus niños deben entender que cuando usted habla por primera vez, habló la última vez.

Ahora ¿cómo disciplinar? Antes de ejercer la disciplina con la vara. Hay muchos problemas que evitar. Responder con ira y tratar a su niño sin el respeto apropiado por su persona y dignidad, debe mostrarse firme y a la vez con bondad y gentileza manteniendo el uso de la vara, enfocado en los asuntos del corazón.

Ahora algunos puntos a considerar:

  1. En el proceso de disciplinar lleve a su hijo a un lugar apartado en donde pueda hablar con él en privado, no lo haga frente a los demás, pues el objetivo no es avergonzar al niño, debe mostrar respeto por él con la privacidad.
  2. Hágale saber específicamente qué hizo o ha dejado de hacer pues la disciplina corporal debe estar ligada a asuntos específicos, y que sean claros para su hijo. Por tanto, no castigue por asuntos generales o porque usted no soporta más.
  3. Procure que el niño reconozca lo que ha hecho, este asunto puede tomarse un tiempo, pues los niños quisieran evitar el castigo, al punto de mentir acerca de lo que han hecho, sin embargo, a pesar de que el niño reconozca lo que ha hecho. Esto no siempre asegura que el niño entienda el ´por qué de la disciplina.
  4. Exprésele su preocupación de que con su desobediencia él sale del círculo de bendición y el bien que Dios ha prometido. Recuerde que usted no tiene derecho de pegarle a su hijo bajo cualquier circunstancia como su enojo o frustración, la disciplina debe estar alineada al fundamento bíblico.
  5. Dígale al niño que usted usará la vara, una, dos o tres veces, esto le ayudará a estar en control de sí mismo.
  6. Después de disciplinarlo hable con él, dígale cuanto le entristece disciplinarlo y que espera no tener que hacerlo otra vez, y no olvide decirle que lo ama. Hebreos 12:11 es su guía, dice: “Es verdad que ninguna disciplina parece ser causa de gozo sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados”
  7. La disciplina ha de ser un proceso restaurador y no de retribución.
  8. Finalmente ore con él para que Cristo cambie su corazón y obre por medio de su espíritu para que le ayude a obedecer a Dios y a sus padres.

Recuerde lo que ya antes habíamos hablado, usted está usando dos métodos: la vara y la comunicación.

Revisemos algunas preguntas comunes que se hacen los padres ¿A qué edad comenzar a usar la vara? El momento apropiado es cuando el niño se resiste a cumplir con un mandato, a partir de esto es lo suficiente maduro para ser disciplinado.

Cuando un bebé de apenas 8 meses se le pide que se quede quieto para poder cambiar el pañal, y él no lo hace “no crea que el niño no entiende”. Sabemos que el entendimiento es mucho antes que la capacidad de expresión no caiga en la tentación de esperar a que los niños hables y puedan expresar su rebelión, y hasta entonces tratar con ella.

Y si mi hijo dice: pero no te escuché, no dudamos de la validez de esta frase, pero no es aceptable. En este sentido la conversación con los niños sería primeramente para evaluar si efectivamente el niño tiene problemas de audición, y de no ser así, él deberá entrenar su oído para escucharlo distinguiendo su voz entre todos los sonidos, por tanto, si no escucha será castigado por no oír su voz.

¿y si no estamos encasa? Se da que los niños no desobedezcan en lugares convenientes. Pero en una cultura que no puede distinguir entre la disciplina bíblica y el abuso infantil no sería sabio castigar a los niños en público. Si es posible busque un lugar donde pueda hacerlo en privado, y llevar a cabo la disciplina bíblica. Otra alternativa es dejarlo para más tarde, si los niños están en edad escolar ellos podrán recordar los eventos y ser corregidos más tarde. Es importante evitar ser señalado o acusado por abuso infantil confundiéndolo con la disciplina bíblica. Recuerde la importancia de mantener la disciplina como algo privado.

¿y si está mintiendo? Cuando usted siente que su niño esta mintiendo el primer paso es procurar una respuesta honesta por medio de una discusión. Si esto falla (lo que pasa con frecuencia) deje la discusión y háblele de la importancia y el valor de la integridad, recuérdele que Dios conoce todas las cosas y que al final daremos cuenta a Él y ayúdele a reflexionar como el se beneficia de la integridad.

Si nada de esto funciona evite llamarlo mentiroso, esto dañará la relación. En cambio, estimula la integridad, pues la realidad es que más temprano que tarde habrá una nueva oportunidad de enfrentar la situación, pues será mejor esperar que dañar la relación.

¿Y qué si no está seguro de lo que paso? Si usted no esta seguro y su hijo no le dice cosa alguna, no hay nada que hacer de momento, esperar una nueva oportunidad será lo correcto, hasta tenerlo todo más claro y saber con certeza que hacer, no discipline si las cosas no están claras.

¿y qué si ya es tarde? Los niños tienen ya más de cinco años, ciertamente no hay duda de que lo mejor sería haber empezado desde antes, sin embargo, Dios es poderoso y nunca nos encontraremos en una situación en donde no haya una respuesta en obediencia a él. Así, en estos casos lo que usted debe hacer:

  1. Explicarles los nuevos métodos que se usarán en una educación y corrección.
  2. Pedirles perdón por las fallas como padres que han cometido.
  3. Determine con ellos cuáles serán las consecuencias de la desobediencia y asegúrese de que ellos las entiendan y estén en paz.
  4. Todos estos nuevos cambios estarán acompañados de mucha paciencia, pues es muy difícil para una familia cambiar de dirección. Recuerde su lucha es espiritual contra fuerzas malignas, va mucho más allá de aplicar principios. Ore y busque en las escrituras la ayuda de Dios.

Preguntas de reflexión:

¿cuáles son los principios que deben guiar el uso de la vara?

¿Cuál problema en sus hijos requiere el uso de la vara?

¿cuáles de las “preguntas comunes” son suyas?

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