¿Cómo pastorear el corazón de tu hijo? – Parte 20

Meditación bíblica por el Hno. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Seguimos con el tema de cómo pastorear el corazón de nuestro hijo, en especial doy Gracias a Dios, pues esta es la entrega número 20 y es la última de esta serie.

Hemos estado hablando de los adolescentes y los objetivos del entrenamiento. Hoy, hablaremos de los procedimientos del entrenamiento. Muchos padres piensan que el ser amigo de sus hijos llevando una relación amistosa y siendo más listos que ellos, es la clave para criar adolescentes, pero en realidad la crianza de los hijos adolescentes es más que solo esto.

La asimilación del evangelio es el proceso en el que sus hijos adoptan las cosas de Dios como su norma de fe y conducta para la vida. Pero antes de continuar, aquí un breve resumen de todo lo que hemos hablado: durante la niñez y adolescencia su anhelo es ver que sus hijos desarrollen identidades autónomas como personas bajo Dios.

Ciertamente la asimilación del evangelio requiere de la obra del Espíritu Santo en el niño pues ningún padre puede hacerlo solo a través de sus esfuerzos. Sin embargo, usted labora con la esperanza de que Dios honra su pacto y obra por sus medios y en su gracia. Y, mientras tanto usted trabaja con la expectativa de que el Evangelio es poderoso, y que ellos lleguen a adoptar las verdades de la fe en Jesucristo.

La razón por la que pastoreamos sus corazones es porque apelamos a la conciencia, enfocando los asuntos del carácter en la corrección y la disciplina, dirigiéndonos al corazón como la fuente de la vida, y rehusando a solo normas que pueden cumplir eliminando su necesidad de Cristo – es verlos venir a conocer a Dios – que reciban a Cristo y ver sus vidas a la luz del reino de Dios.

Como padres buscamos que el niño llegue a la madurez como una persona que conoce y adora a Dios.

Recuerde que no estamos hablando en términos de un evento evangelístico, sino de llevarlos por el camino de un profundo conocimiento de Dios y un compromiso con Él.

Así mismo el arrepentimiento y la fe en el Señor Jesucristo son elementos que consolidarán este camino andando en el Señor.

Dios le ha mostrado una gran misericordia para con sus hijos y les ha dado un lugar de ricos privilegios, pues los ha puesto en un hogar donde ellos han oído su verdad y han visto el poder transformador de la gracia en su vida. Su oración expectante es que el evangelio venza su resistencia como venció la suya.

Si usted está descorazonado pensando que está en grandes problemas pues sus hijos están en franca rebeldía, recuerde lo que dijimos antes; volverse a Dios en arrepentimiento junto con su familia y establecer nuevas metas, reconciliándose con Dios. Él es el único que puede enderezar lo que se ha torcido. Además, en su papel de pastorear a su hijo ha procurado influenciarle en el proceso de asimilar el evangelio le ha enseñado acerca de Dios y le ha mostrado el cuidado protector de vivir bajo el cuidado de Dios y le ha hablado del fin supremo del hombre, recuerde “Glorificar a Dios y gozar de él por siempre”, y le ha advertido de los peligros de no amar y confiar en Dios.

Ahora en sus años adolescentes, él recibe nueva información y aunque sabe de su pecaminosidad ha aceptado las normas de lo que se ha enseñado y así en su conocimiento de sí mismo ahora es confrontado con el hecho de que no todos creen en todo aquello que él ha sido enseñado.

Lee libros, oye y aprende nuevas cosas que le retan en lo que le enseñaron a creer. Su tarea como padre o madre es pastorear y nutrir su interacción con el evangelio.

¿Cómo capacitaría usted a este adolescente que ahora se está haciendo adulto?

Desarrolle una relación de pastoreo con los adolescentes. Asumimos que usted ya ha tratado con las dos primeras etapas de la niñez, que lo ha hecho de forma exitosa y que ha obrado el Espíritu Santo para que su papel no sea el de remediar sino el de dar dirección, es decir que usted está envuelto en la vida de su hijo y como padre y madre ejercen autoridad de Dios y sus hijos reconocen su autoridad.

Ciertamente ahora que ya no son niños lo hará de forma diferente, restablezca los parámetros y la responsabilidad de sus hijos. No hay atajos para llegar a ejercer su derecho como el pastor de sus hijos y obtener el deseo de sus adolescentes de ser pastoreados, los padres deben ejercer una fuerza constructiva en sus adolescentes ayudándoles a formar su carácter.

Recuerden lo que ya antes mencionamos; con los años la autoridad en los hijos deja de tener peso, mientras que la influencia puede ser de mucho peso.

Como padres que buscan pastorear a sus hijos usted quiere influenciarlos y que respondan a las cosas razonables en cuanto al carácter humano y que están basadas en las escrituras. Usted procurará influenciar dando consejos, pues no logrará nada de valor duradero si solo busca imponer, frases como: no quiero volver a oír eso, no saldrás en un mes, olvídate del teléfono o no voy a permitir eso en mi casa. Usted debe procurar dar consejos e influenciar y ayudarle a conocer sus necesidades y ser honesto con él mismo.

Mantenga viva una relación positiva

Con los adolescentes, su interacción debe ser una fuerza constructiva, no se dé el lujo de reprender a su adolescente con un discurso destructivo, cuando se le dice que no es bueno, que no tienes valor, que es un holgazán, probablemente resulte a las expectativas de usted.

Los adolescentes son capaces de cometer graves errores, pues hay un abismo lleno entre el deseo del adolescente de ser autónomo y su entendimiento de la vida. Este es un suelo fértil para grandes errores, recuerde no perder el enfoque, su hijo es muy valioso, así como su autoestima, sea positivo y una fuente de aliento e inspiración.

Los proverbios nos enseñan que las palabras agradables promueven la instrucción,

“el sabio de corazón es llamado prudente, y la dulzura de labios aumenta el saber” Proverbios 16: 21

Lo que significa que las palabras dulces son el engrase de la construcción. Otro más,

“panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina a los huesos” Proverbios 16: 24

Sin embargo, es importante que ellos sean responsables de los efectos de sus errores en sus decisiones, pues estas son lecciones importantes para ellos y que se deben manejar constructivamente.

Desarrolle una relación de adultos. Hay varios elementos en la relación con un adulto y que son paralelos con su adolescente.

Piense en estos términos; en una relación edificante con un amigo adulto ¿cuáles son las cosas que hacen o no hacen? Usted no le confrontaría a su amigo en el momento de verle hacer algo que usted cree que está mal. Mientras su vida no corra peligro, seguramente usted no le recriminaría por lo que le ve hacer, tomaría su tiempo y esperaría el momento apropiado. ¿No merece su adolescente la misma consideración?

Si hay algo importante que discutir sería conveniente hacerlo durante una caminata, dando una vuelta en el auto para dar el tiempo oportuno y sin interrupciones teniendo una buena conversación.

Es importante desarrollar la sensibilidad hacia sus hijos, pues a veces son muy abiertos y otras no tanto, usted debe estar preparado para cuando se presente el momento oportuno, y puede resultar inconveniente para usted, pero para su hijo es crucial. Del mismo modo en las relaciones adultas se puede estar en desacuerdo en algo y mantener la amistad. Lo mismo se debe de dar con los hijos, no siempre se puede estar de acuerdo en todo.

Es importante diferenciar entre aquello que es bíblico y lo que es personal como su estilo de ropa, su peinado y cosas así. Busque dar dirección en áreas calve, que su adolescente se vista o se peine de algún modo es parte de encontrar su propio estilo, él no tiene que ser una copia suya para ser salvo.

ENCOMIENDE A SUS HIJOS A DIOS

La tarea de la crianza llega a su fin. Ya no somos más los pastores, esa tarea habrá terminado, ya sea se casen o no, ellos tomarán su lugar como adultos en la sociedad. Así la crianza será una tarea temporal.

En última instancia usted debe encomendar a sus hijos a Dios, lo que van hacer dependerá de cosas que van más allá de lo que usted ha hecho. Dependerá de su relación y orientación hacia Dios, finalmente los deja en la mano de Dios, sabiendo que puede confiar en el Dios que le ha tratado a usted con tanta benignidad y amor.

PREGUNTAS DE REFLEXIÓN:

  1. ¿si la relación con su hijo es tensa, sabe qué debe hacer?
  2. ¿Hay cosas de las que arrepentirse y pedir perdón?
  3. ¿Pastorea a su adolescente en los momentos de duda y confusión?
  4. ¿Busca los momentos apropiados para hablar con sus hijos, haciéndolo de forma constructiva?
  5. ¿Ora por ellos, los encomienda a Dios?

Hasta aquí hemos llegado, solo me resta agradecer su atención esperando que esta serie de meditaciones sean de gran bendición en la crianza y pastoreo de sus hijos. Bendiciones, hasta la próxima.

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