Actuar con obediencia – Salmos 32:8-9
Meditación bíblica sobre Salmo 32 por el Hno. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
“
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.
No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,
Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,
Porque si no, no se acercan a ti.
En estos versículos Dios habla al rey David y, ciertamente también a cada uno de nosotros asegurándonos que Él nos restaura solo si obedecemos al Señor y andamos en sus caminos. Su mirada amorosa estará sobre nosotros para guiarnos e instruirnos y por nuestra parte actuar con obediencia, recuerde, la Fe y las obras van juntas, no debemos caer en ninguno de los extremos, pues el caballo tira hacia adelante buscando dirigirse a donde él lo desea y el mulo es obstinado y perezoso y no quiere ser guiado así uno se muestra impetuoso mientras que el otro no esta dispuesto a ser disciplinado.
Por tanto, ambos han de ser sujetados con freno porque si no, no se les puede dirigir.
No podemos lanzarnos hacia adelante guiado por nuestra propia sabiduría o ser indiferentes cuando Dios nos muestra su voluntad.
Cuando se cae en alguno de estos extremos debemos pedir a Dios que confirme su dirección, Jesús dijo: “y por boca de dos o tres testigos conste toda palabra” Mateo 18:16.
Dios puede hacer que las circunstancias coincidan, no teniendo duda alguna de lo contrario si buscas la dirección de Dios y no aparece, eso significa que la voluntad de Dios es que no te muevas y permanezcas ahí; espera a que la guía y dirección de Dios sea tan clara que rechazarla sería una clara desobediencia.
Por último, pide a Dios que la paz de Cristo sea en tu corazón cuando Dios nos esté guiando influye de tal manera en nuestro intelecto y emociones que nos llenará de paz de saber que estamos en el camino correcto.
Cuando se sujeta a la voluntad de Dios no hay necesidad de freno o de la brida de la disciplina de Dios. No actuemos como necios y lejos de la dirección.