El gran amor de Dios

Meditación bíblica por el Hno. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

La semana santa ha iniciado, empezando por el domingo de ramos y toda una serie de mensajes y estudios referentes a esta semana santa, una semana que Dios preparó desde la fundación del mundo y como podemos ver en Génesis 3:15 que dice:

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”

Una semana en la que se cumplirían muchas de las profecías escritas acerca del mesías y una semana que nos lleva a reflexionar en el gran amor de Dios y que llevó a su hijo a la muerte y muerte de cruz; así mismo, Jesús también en un acto de amor y de obediencia tomó Él, el lugar que correspondía a cada uno de nosotros por nuestros pecados.

La Biblia nos enseña que Él padeció por salvarnos.

Isaías 53: 4-7

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.

Filipenses2: 6-8, dice:

El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Sin duda pocas veces somos conscientes del gran amor de Dios, y la obra salvífica de nuestro Señor Jesucristo, lo cual nos permite un acceso al Padre

Juan 14:6,

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”

Terminó con el poder del pecado y la esclavitud, nos dio libertad,

Juan 8:36

“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”

Nos reconcilió con el padre

Hebreos 10: 17-18:

“Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado.”

Con su muerte Él nos dio la vida eterna

Romanos 6:23

“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Jesús lo hizo todo por nosotros, lo que nos debe de llenar de gozo y de una profunda gratitud.

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