Nuestro servicio al Señor (5) – Jeremías 18:5,6
Meditación bíblica sobre Jeremías 18:5,6 por el Hno. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Hemos estado hablando de nuestro servicio al Señor, de que ha de ser con un corazón sano, que en nuestro servicio no exista envidia, contienda ni el deseo de protagonismo. Cuando servimos quien debe recibir la honra y la gloria es Dios. Como creyentes en el Señor estas verdades han de regir nuestro servicio.
Hoy finalizaremos hablando brevemente de como Dios trabaja en nosotros cuando le servimos para esto daré lectura a Jeremías 18: 5 y 6
“Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.”
La forma en la que Dios trabaja en nuestra vida mientras le servimos realmente puede llegar a ser un misterio, pues mientras se sirve al Señor se dan diferentes circunstancias, algunas buenas y otras no tanto. Y sin importar qué clase de circunstancia sea, Dios puede encaminarla para nuestro bien, Él nunca actuará de manera irresponsable o arbitraria, todo lo que Dios hace es para que se cumplan sus planes y propósitos para nuestras vidas.
Humanamente resulta prácticamente imposible explicar la soberanía de Dios y como Él obra de acuerdo a su santa voluntad.
Ahora bien, no tendríamos porque esperar alguna explicación del porqué de su voluntad, lo realmente importante y trascendente es hacer su voluntad, la cual es agradable y perfecta Romanos 12: 2.
Por otra parte, al mirar en retrospectiva notaras cuán bueno ha sido Dios contigo y que verdaderamente es una bendición y un privilegio poder servirle, que, de no ser así, hoy estarías viviendo otra clase de vida muy distinta, por cierto; sin embargo, Dios en su amor y en su gracia te ha escogido, y te ha llamado para que al servirle seas transformado haciendo de ti una nueva creación en Cristo.
Me despido con la siguiente promesa
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” Romanos 8: 28