Y la espada del Espíritu – Efesios 6:17

Meditación sobre Efesios 6:17 por el A.I. Marcos Mercado E.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Me da mucho gusto enviarles un cordial saludo y un abrazo y doy gracias a Dios porque al llegar al final de nuestra serie de meditaciones sobre el libro de los Efesios hoy podemos considerar el sexto elemento que constituye la formidable y poderosa armadura de Dios, que se describe en Efesios 6 de los versículos 13 al 18 que dicen:

13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos

INTRODUCCIÓN

AL inicio de esta serie de meditaciones sobre la armadura de Dios dijimos que nos encontramos en una guerra espiritual que Efesios 6:12 describe de la siguiente manera:

“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”

Y debido a esta terrible guerra debemos asegurarnos de que contamos con cada una de las piezas de la armadura de Dios y que no nos falte ni una sola ya que “Nuestros enemigos están a nuestro alrededor a la derecha y a la izquierda”.

Y la espada del Espíritu es el sexto elemento de la armadura sobrehumana que Dios ha preparado para nosotros y que se menciona en este pasaje.

Miren ustedes, en la antigüedad era indispensable que cada soldado romano tuviera una espada y aunque había muchos tipos, utilizaban principalmente dos tipos de espadas, una grande y pesada que usaban los soldados que iban a caballo y una espada corta que portaban y utilizaban los soldados que marchaban a pie,

Y en el combate cuerpo a cuerpo el arma principal era la espada corta, la cual tenía una longitud que variaba entre quince y treinta centímetros y era la que llevaba y esgrimía el soldado romano común y corriente y con ella no sólo se defendía, sino que penetraba en las filas enemigas victoriosamente

Y esta espada la llevaban en una funda o estuche adherido al cinturón por lo que siempre estaba al alcance de la mano, y lista para su uso inmediato.

Y ese tipo de espadas son las que llevaban los soldados que arrestaron a Jesús en el huerto de Getsemaní y la misma que Pedro utilizó cuando le cortó la oreja al siervo del sumo sacerdote

Ahora bien, la orden que tenemos todos los creyentes es que debemos tomar toda la armadura de Dios para que podamos protegernos y resistir en el día malo y no solo debemos tomarla, sino vestirnos con ella y usarla todos los días porque estamos en una batalla espiritual permanente.

Y la semana pasada empezamos a analizar el versículo 17 en el que tenemos una doble orden que dice que tomemos el yelmo de la salvación y luego contiene las siguientes dos palabras que dicen:

 Y LA ESPADA DEL ESPÍRITU

Y aquí, la Biblia declara de manera explícita que la espada del Espíritu es la Biblia, la palabra de Dios.

Y es importante señalar que dentro de las seis piezas de la armadura el escudo ciertamente protege, pero la espada es la única que puede ser usada para defensa atajando, interceptando, desviando y neutralizando los golpes del arma del maligno.

Y además sirve para atacar, por lo que hay que notar que la espada es la única arma con la que contamos para atacar y dar golpes cortantes severos tal y como Hebreos 4:12 dice: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos;”

Y fíjense bien, que Jesús mismo nos puso el ejemplo del uso de esta formidable espada, ya que cuando fue tentado por el diablo en el desierto de Judea lo hizo citando literalmente pasajes de las Escrituras que contenían verdades específicas que usó para contradecir y contratacar las falsedades satánicas.

Las siguientes dos palabras de este versículo dicen que esta espada es:

DEL ESPÍRITU,

Y a la palabra de Dios se la llama “la espada del Espíritu”, por al menos dos razones:1.- El Espíritu Santo es el origen de la espada. porque fue dada por el Espíritu tal y como dice, 2 Pedro 1:21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. y 2.- porque el Espíritu es quien la aplica al corazón como dice 2 Timoteo 3:16; Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia

Y la Biblia misma dice que la Palabra de Dios no puede ser derrotada y que los martillos que intenten destruirla serán desmenuzados y que las huestes espirituales de maldad, no pueden soportar los golpes certeros de esta espada cuando Dios habla por medio de ella.

Por otra parte, la Palabra de Dios es permanente y eterna como dice Isaías 40:8  Sécase la hierba, marchítase la flor; más la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.

Y acerca de su eficacia para partir el alma muchos de nosotros hemos sido testigos de la manera en que al darse lectura y predicarse las escrituras, el Espíritu Santo produce la fe en el corazón de los pecadores más empedernidos y sus ojos son abiertos y su alma es salva como dice:

Hechos 26:18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados

 Y lo mismo pasó con cada uno de nosotros cuando escuchamos la Palabra de Dios el Espíritu Santo puso la fe en nuestros corazones tal y como dice Romanos 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios

Y este es el gran poder de ataque de la espada del Espíritu que puede convertir un alma de las tinieblas del pecado y la perdición a la salvación y vida eterna, como dice. Colosenses 1:13 dice: el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo

Y miren ustedes, además, hoy en día en pleno siglo XXI la gente está buscando respuestas en todas partes en todas las religiones, en todas las filosofías a las preguntas ‘¿quién soy? ¿De dónde vengo? ¿a dónde voy? Y trata de descubrir lo que vale la pena creer.

Y la única realidad y verdad respecto al mundo en que vivimos es lo que Dios nos ha revelado en su Palabra y por ello solo en la Biblia tenemos toda la verdad acerca de Dios, acerca del hombre, de la vida, de la muerte, del tiempo y la eternidad, de los hombres y las mujeres, del bien y del mal, del cielo y del infierno, de la condenación de la salvación, y todo se encuentra en y es la palabra de Dios.

CONCLUYO

La espada del Espíritu a diferencia del escudo de la fe, que da una amplia protección, es un arma que puede nulificar atajar y detener los golpes del enemigo y puede causarle daño cuando se maneja. con habilidad y su propósito es que la utilicemos en nuestra lucha contra las huestes espirituales de maldad

Es el arma suprema del creyente para su defensa contra las arremetidas y ataques de Satanás.

Por lo que hemos dicho anteriormente, para que ganemos la batalla contra Satanás y sus huestes espirituales de maldad es importante y vital que conozcamos, amemos y practiquemos la Palabra de Dios.

Y que la guardemos como dice el Salmos 119:11 En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti

Y la usemos como dice el Salmo 119:105 Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino

Y como la espada es nuestra única arma de ataque, es muy importante que todos los días obedezcamos la orden tajante que dice: “tomad la espada del Espíritu que es la palabra de Dios”.

Termino repitiendo el texto bíblico en el que pusimos nuestra atención el día de hoy

17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;