Orando en todo tiempo – Efesios 6:18-24
Meditación sobre Efesios 6:24 por el A.I. Marcos Mercado E.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Introducción
Ningún libro del Nuevo Testamento describe con tal precisión y profundidad los recursos y bendiciones del creyente como la carta a los efesios.
A todo lo largo del libro el apóstol Pablo destaca y explica en detalle la verdad que mencionó brevemente en Colosenses: «vosotros estáis completos en él» (2:10) y que Pedro tocó en su segunda epístola: «todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder» (1:3).
Y el libro de Efesios empieza con la formidable declaración que dice que ‘el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo» (1:3).
Y después nos proporciona un listado asombroso de todo lo que nos pertenece gracias a nuestro señor Jesucristo que incluye lo siguiente:
que hemos sido escogidos, predestinados y adoptados como hijos de Dios (1:4-5);
que hemos sido bendecidos con sobreabundancia por su gracia (1:6. 8; 2:7);
que hemos sido redimidos y perdonados (1:7; 4:32);
que nos ha sido dado a conocer el misterio de su voluntad (1:9; 3:4-6);
que somos receptores de la herencia divina (1: 11);
que hemos sido sellados con el Espíritu Santo (1:13-14; 4:30);
que somos amados por Dios en gran manera (2:4; 5:25);
que hemos sido vivificados para vivir una vida nueva (2:10);
que somos hechura de Cristo, creados en Él para hacer buenas obras (2:10);
y nos ha sido impartida la paz de Dios
Y este libro también nos habla de los resultados de ser llenos del Espíritu Santo y para concluir nos ordena dos cosas muy importantes: 1.-que usemos la armadura sobrehumana de Dios y 2.-que oremos en todo tiempo
Vayamos a la primera frase del versículo 18 que dice:
orando en todo tiempo
Y algo que nos ocurre normalmente es que dedicamos tiempo a la oración solo cuando tenemos pruebas, dificultades, o tribulaciones serias, pero el mandato aquí es que oremos en todo tiempo, lo que implica en todo lugar.
Y esto es importante porque en la guerra que libramos cada día la comunicación y comunión de nosotros como soldados con nuestro General en jefe que es Dios, es vital y debe ser constante, continua y permanente.
Ahora bien, al final del libro de los Efesios en el excelso y gran final los creyentes tenemos esta orden enfática de que nos mantengamos «orando en todo tiempo» debido a que la victoria sobre Satanás y sus huestes en la gran guerra espiritual en que la que nos encontramos demanda no solo que usemos la poderosa armadura de Dios todo el tiempo, sino que también hagamos un uso constante, diligente y comprometido de la oración, obedeciendo el mandato de 1 Tesalonicenses 5:17 que dice: “Orad sin cesar”.
Y por ello la pregunta que surge el día de hoy es ¿Cuánto tiempo dedicamos diariamente a la oración?
Por otra parte, Hendricksen mencionó que la oración diaria no debe incluir solamente peticiones de cosas o gritos de ayuda, sino que debe incluir también1.- confesión de pecado, 2.-profesión de fe, 3.-adoración, 4.-acciónes de gracias y 5.-intercesión.
Y algunas de estas características las encontramos en Colosenses. 4:2 que dice: “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias”. Y Efesios dice con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos”
Y a pesar de que tanto Colosenses como Efesios enfatizan la perseverancia en la oración, hay algunos que no están orando por lo que pasa en sus hogares, y son indiferentes a los problemas con su cónyuge, con los hijos y familiares, y no les preocupa lo que pasa en las calles de su ciudad, en su estado, en su país, en su iglesia, en el mundo y por ello en vez de orar todo el tiempo, su vida de oración es muy corta y pequeña, y solo lo hacen de vez en cuando y solo cuando tienen necesidades personales.
Miren ustedes, el libro de Efesios empezó elevándonos a los lugares celestiales y ahora concluye llevándonos a que doblemos nuestras rodillas en oración. Y lo que nos está diciendo es: «No crean que debido a que ustedes tienen todas estas bendiciones y recursos que ya mencionamos ahora pueden vivir la vida cristiana sin luchar y batallar y sin orar todos los días pidiendo la ayuda de Dios».
Y esto se debe a que la armadura de Dios no es algo que funciona de manera mecánica, mágica o automática y no podemos simplemente querer usarla por cuenta propia y esperar que produzca hazañas espirituales de manera automática, sino que debemos usarla junto con la oración.
Hendricksen dijo que debemos pensar en la oración como otra arma que debe estar presente en toda nuestra lucha espiritual, por lo que también dijo que es otro de los elementos de la formidable armadura de Dios.
La segunda frase de este versículo dice:
con toda oración y súplica en el Espíritu
Y la oración y súplica en el Espíritu, significa que está promovida y guiada por la palabra de Dios que es “la espada del Espíritu” que él mismo utiliza. Por lo tanto, la lectura de las Escrituras y la oración van juntas, porque ambas son dos poderosísimas armas que Dios pone en nuestras manos.
Y la tercera frase dice:
y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
Este versículo abarca maravillosamente cuatro aspectos
- Debemos orar en todo tiempo (regular y constantemente);
- con toda oración y súplica lo que implica que va a ser de muchas formas variadas;
- con toda perseverancia porque como buenos soldados necesitamos estar siempre alertas, y no abandonar nuestro puesto de combate ni quedamos dormidos; y
- debemos también orar por todos los creyentes es decir todos los que han sido apartados y lavados en la sangre de Cristo santificados, es decir por todos los creyentes que forman parte de la familia de Dios
Jesús mismo habló de la importancia de la oración y dijo “Velad y orad para que no entréis en tentación”
Nos ordenó velar, es decir permanecer despiertos y por lo tanto alertas Enfatizó la necesidad de velar en vista de lo inesperado, tanto lo inesperado de su retorno como lo inesperado de la tentación.
Y nos dio este mandamiento por al menos cuatro razones: 1.- porque el diablo siempre está al acecho como león rugiente viendo a quien devorar, y 2.- Porque los maestros falsos también andan como leones feroces, 3.- para que la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo no nos llegue de sorpresa estando descuidados, y 4.- Para que en vez de dormir estemos velando y orando
Jesús también nos habló de la enorme importancia de la oración intercesora
(oración por otros), según se ve en varias ocasiones (Mt. 9:18–26; 15:21–28; 17:14–21; etc.).
En nuestras oraciones no debemos olvidar a ninguno de nuestros hermanos, ni al anciano ni al joven, al que está en prisión, ni al que está enfermo. Nuestra oración debe ser “por todos los santos”.
Y además el orar unos por otros dentro de la familia de Dios, da como resultado que la comunión de los santos se mantiene viva y real.
CONCLUYO
- somos demasiado débiles y blandos para enfrentar el poder de las fuerzas del mal por lo que necesitamos de la oración para renovar nuestras fuerzas.
- nuestra vida de oración debe incluir no solo peticiones, lo cual hace la mayoría, sino que debe incluir súplica en el Espíritu, que significa que está promovida y guiada por la palabra de Dios
- Debemos orar sin cesar
Termino repitiendo el texto en el que pusimos n nuestra atención el día de hoy
orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
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