Dios es justo – Salmo 119:137-144

Meditación sobre Salmo 119:137-144 por el A. I. Héctor González F.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

El Salmo 119 tiene como objetivo resaltar la grandeza de la Palabra de Dios nos corresponde hoy revisar la estrofa número 18 que inicia con la letra Tsade (x)que podría corresponder a S de nuestro abecedario. La letra Tsade (x) para los hebreos tiene un alto significado respecto a la justicia y rectitud, la cual solo podemos encontrar en Dios, y como en su Palabra Él la refleja a la perfección, desde el principio de estos versos notaremos como el salmista se centra en exaltar la perfección la justicia y fidelidad de Dios, contrastándola con la debilidad del hombre.

Voy a leer la Palabra de Dios en el Salmo 119 de los versículos 137 al 144 la Palabra de Dios dice:

Tsade

137 Justo eres tú, oh Jehová,
    Y rectos tus juicios.

138 Tus testimonios, que has recomendado,
Son rectos y muy fieles.

139 Mi celo me ha consumido,
Porque mis enemigos se olvidaron de tus palabras.

140 Sumamente pura es tu palabra,
Y la ama tu siervo.

141 Pequeño soy yo, y desechado,
Mas no me he olvidado de tus mandamientos.

142 Tu justicia es justicia eterna,
Y tu ley la verdad.

143 Aflicción y angustia se han apoderado de mí,
Mas tus mandamientos fueron mi delicia.

144 Justicia eterna son tus testimonios;
Dame entendimiento, y viviré.

El autor reconoce a Dios a través del estudio la meditación y el entendimiento de su Palabra, por eso hace una exclamación muy directa diciendo “tú eres justo oh Jehová”, admitiendo que la justicia es parte del carácter de Dios y que se ha dado a conocer desde la eternidad como el que regula, el que ordena y discierne nuestras obras y Palabras. Y lo hace con plena justicia. El salmista acepta la plenitud de Dios manifestada en la rectitud de sus testimonios, los cuales son maravillosos porque no tendrán un ápice de variación, por eso reiteren su alabanza afirmando que su justicia y todos sus decretos son rectos, estables y verdaderos, lo cual refleja en su carácter y en cada una de sus acciones.

La situación y el ambiente que rodeaban al salmista, le hicieron sentir gran inquietud en su alma al considerar la conducta de los inicuos que no tenían el conocimiento de la Palabra o que habían olvidado lo que Dios reveló para el hombre y lo hacían por rebeldía tratando de contradecirla o la denigraban de manera abierta, violando así la Ley de Dios.

Resalta el escritor, que la Palabra dicha por Dios es sumamente pura en todo sentido, pues lo que Él ha hablado, ordenado o prometido es Palabra que está libre de mezclas, componendas o de errores. Por la claridad y pureza de la Palabra es que el salmista, aún en su humildad, la entiende y la ama.

Si nosotros comprendemos esa razón de la pureza de los dichos de Dios, podremos entonces también estimar el carácter justo de la Palabra y también conseguiremos amarla y obedecerla.

Sigue la estrofa para afirmar a sus oyentes, entre los cuales estamos nosotros, para decirnos que la justicia y la misericordia de Dios son verdaderas y que sólo Dios puede balancear ambas de manera perfecta, por eso no tendrán variación por la eternidad.

Casi para finalizar esta estrofa, el salmista vuelve a compartirnos de sus dificultades. Nos dice que la aflicción y la angustia se han apoderado de él, pero a pesar de ello concentra sus pensamientos en los justos testimonios de la Sagrada Escritura; eso le dará una gran paz permitiendo deleitarse en la Palabra, por eso pide a su Señor le dé entendimiento para poder seguir viviendo en obediencia a sus mandamientos.

El predicador inglés Charles H. Spurgeon, dijo que la Palabra de Dios y sus juicios, al ser verdaderos, deben gobernar los pensamientos y dirigir todas las acciones de las personas.

Muy queridos hermanos, ¡qué gran misericordia que tengamos un Dios que al tratar con los suyos es escrupulosamente justo y fiel! que nunca falla nunca encontraremos detalles o errores en sus disposiciones y promesas.

Recordemos siempre que Dios es justo y hace justicia puntualmente, y lo hará por la eternidad. Nos corresponde pedir entendimiento y ser perseverantes en el estudio de su Palabra, para conocer sus justos mandatos, sus justas determinaciones y hacer de ellos una delicia en nuestra vida.

Bendito sea nuestro Dios que es justo y porque su justicia es para siempre.

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