Llegue mi clamor delante de ti – Salmo 119:169-176

Meditación sobre Salmo 119:169-176 por el A.I. Saulo Murguia A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Tau

169 Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehová;
    Dame entendimiento conforme a tu palabra.

170 Llegue mi oración delante de ti;
Líbrame conforme a tu dicho.

171 Mis labios rebosarán alabanza
Cuando me enseñes tus estatutos.

172 Hablará mi lengua tus dichos,
Porque todos tus mandamientos son justicia.

173 Esté tu mano pronta para socorrerme,
Porque tus mandamientos he escogido.

174 He deseado tu salvación, oh Jehová,
Y tu ley es mi delicia.

175 Viva mi alma y te alabe,
Y tus juicios me ayuden.

176 Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo,
Porque no me he olvidado de tus mandamientos.

Transcripción

Si vemos este salmo en una Biblia hebrea, veríamos que cada una de las veintidós secciones empieza con una letra hebrea deferente. Esto fue ideado para ayudar en la memorización del salmo.
Si hoy tuviésemos que aprender el salmo por razones de que no hubiese manera de tenerlo a mano, nos costaría bastante trabajo memorizarlo porque es un poco largo.
En la actualidad tenemos muchos medios para leerlo cada vez que queramos y en cualquier biblia.
Como ya se ha dicho, la primera estrofa o sección empezó con la primera letra del alfabeto hebreo, y la segunda con la segunda letra y así sucesivamente.
Este patrón continuó por el salmo hasta que todas las veintidós letras del alfabeto hebreo han sido usadas en orden, y aquí estamos en la última (tav) que es una forma de resumen de todas las peticiones que manifiesta el salmo.
Llegamos entonces al fin de las veintidós secciones de ocho versos cada una.
El salmista se acerca al final del salmo, y sus peticiones cobran fuerza y fervor; parece entrar en un círculo íntimo de la comunión con Dios, y llegar incluso a los pies Dios cuya ayuda está implorando.
Esta cercanía, le da una visión más humilde de sí mismo, y lo lleva a concluir el salmo con una humillación profunda, suplicando a Dios ser buscado como una oveja perdida.

Verso 169

«Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehová; Dame entendimiento conforme a tu palabra.»

Es consciente de que su oración es incluso comparable al llanto de un niño o el gemido de una bestia herida o sedienta. No quiere ser ignorado por Dios, y ora con valentía para presentarse ante Dios, para estar ante la vista del Todopoderoso, bajo su atención y ser considerado con aceptación por parte de Dios.
Es a Jehová a quien el salmista dirige esta oración con fervor y profunda reverencia: los traductores, llenos de santa reverencia, lo expresan así: «Oh Jehová». No anhelamos una audiencia de nadie más, porque no tenemos confianza en nadie más.
«Dame entendimiento conforme a tu palabra».
Ésta es un súplica por cual el salmista está sumamente ansioso y la ha repetido varias veces a lo largo del salmo.
Está resuelto a no perderse esta inestimable bendición: «entendimiento».
Desea la luz y el entendimiento espirituales como promete Dios en Su Palabra.
Suplica como si no tuviera ningún entendimiento propio, y pide que Dios le conceda ese entendimiento. Dice: «Dame entendimiento».
Seguramente, tenía entendimiento según el juicio de los hombres, pero lo que buscaba era entendimiento según la palabra de Dios, que es otra cosa.
Entender las cosas espirituales es un don de Dios. Tener un juicio iluminado por la luz celestial y conforme a la verdad divina es un privilegio que solo la gracia puede otorgar.
Muchas personas que son consideradas sabias a la manera de este mundo, son en realidad necios según la palabra de Dios. Dios quiera que no estemos entre ellos.

Verso 170

«Llegue mi oración delante de ti; Líbrame conforme a tu dicho.».

Es la misma súplica con un ligero cambio de palabras. Humildemente llama a su grito una oración, una especie de súplica, como lo haría un mendigo; y nuevamente pide ser escuchado y que su petición obtenga respuesta.
«Líbrame conforme a tu dicho». Líbrame de mis adversarios, líbrame de mis calumniadores, protégeme de mis tentadores y sácame de todas mis aflicciones, como lo has prometido en tu Palabra.

Versos 171-172

Mis labios rebosarán alabanza
Cuando me enseñes tus estatutos.
Hablará mi lengua tus dichos,
Porque todos tus mandamientos son justicia.

Si una persona que tiene mucho conocimiento y no sabe alabar a Dios, no ha aprendido nada.
El salmista expresa que el conocimiento que le ha dado Dios, inevitablemente hará que él responda con alabanza. No habrá manera de contener esa alabanza. El conocimiento de la Palabra inevitablemente nos dará alegría y gratitud, por tanto: alabanza a nuestro Dios.
La fe cobra vida cuando aplicamos las Escrituras a las tareas y preocupaciones de cada día.
Hablará mi lengua tus dichos: Cuando relamente hemos sido enseñados, inevitablemente hemos de compartir aquello que se nos ha enseñado.

Versos 173-174

Esté tu mano pronta para socorrerme,
Porque tus mandamientos he escogido.
He deseado tu salvación, oh Jehová,
Y tu ley es mi delicia.

«Esté tu mano pronta para socorrerme»: Dame ayuda práctica.
Estoy dispuesto a hacer todo lo que pueda; pero lo que necesito es tu ayuda, y es tan urgente que si no la tengo me hundiré.
La oración me recuerda a Pedro (en Mateo 14) caminando sobre el mar y comenzando a hundirse; él también gritó: «Señor, sálvame», y la mano de Jesús se extendió para rescatarlo.
Cuando estudiamos la Biblia todos los días (no solo el escucharla los domingos o leer pequeñas frases que diaramente en las redes sociales) llegamos a amarla y entonces formará parte de nuestra vida.
La Palabra de Dios nos da sabiduría y conocimiento y llena nuestros corazones de gratitud y contentamiento.
La frase «he escogido» y «he deseado» que usa el salmista aquí, muestra una preferencia de Dios frente a cualquier otro objeto de deleite.
Con base en ello, el Salmista suplica el socorro de Dios.

El salmo concluye diciendo:

Versículos 175-176

Viva mi alma y te alabe,
Y tus juicios me ayuden.
Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo,
Porque no me he olvidado de tus mandamientos.

Vemos una de las súplicas más recurrentes en este salmo;

«Vivifícame»

Aquí dice «Viva mi alma» Sin tu Palabra soy como si estuviera muerto: necesito ser vivificado.
Notemos esta confesión: Muchas veces en el salmo, David ha defendido su propia inocencia contra los acusadores, pero cuando llega ante Dios, está listo para confesar sus transgresiones.
Aquí resume, no solo su pasado, sino también su vida presente, bajo la imagen de una oveja que se ha extraviado, abandonó el rebaño, dejó al pastor y termina en el desierto, y jamás encontrará por si misma el camino de regreso.
La oveja bala y David ora: «Busca a tu siervo», dice y su argumento es contundente, «porque no me he olvidado de tus mandamientos».
No puedo estar satisfecho de continuar en el pecado, debo ser restaurado a los caminos de la justicia.
No olvido ni puedo olvidar tus mandamientos, ni dejo de saber que siempre soy más feliz y más seguro cuando los obedezco escrupulosamente, y encuentro todo mi gozo en hacerlo.
Haber andado errante como oveja extraviada o perdida, y por tanto absolutamente impotente para salvarse y durante un tiempo negligente en su deber de obediencia y fidelidad, nunca le hizo olvidar los mandamientos que le habían sido enseñados.

Nunca es tarde para volver al redil, nunca es demasiado tarde para arrepentirnos y regresar a casa.
Mientras la Palabra de Dios permanezca en tu corazón, mientras haya en tu interior un profundo anhelo de acercarte a Dios, el Pastor divino te estará buscando. Y así como hizo con la oveja extraviada, Él te colocará sobre Sus hombros, y te llevará de regreso al redil.
Que el Señor nos sostenga hasta el final. Y nunca podremos jactarnos como el fariseo, sino que oraremos como el publicano: «Dios, se propicio a mí, pecador»; y con el salmista, «Busca a tu siervo».

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2 thoughts on “Llegue mi clamor delante de ti – Salmo 119:169-176

  • Estudiar el Salmo 119 es una bendición. Distinguí acciones en presente, pasado y futuro, además
    encontré 43 peticiones que el salmista le hace a Dios, entre ellas pide al menos 7 veces ser vivificado, también solicita misericordia, protección y la guía de Dios en su vida.
    ¿Se identificaron con el Salmo 119?
    Yo, totalmente.

    Respuesta
    • Gracias por compartirnos esta información. Nos ayuda a comprender mejor.

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