La brevedad de la vida del ser humano – Salmo103:15
Meditación bíblica sobre Salmo103:15 por el Pbro. Pedro Arcos Sánchez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Seguimos estudiando el Salmo 103 vamos a estudiar el verso 15.
Voy a darle lectura dice de la siguiente manera:
El hombre, como la hierba son sus días;
Florece como la flor del campo,
Hace 8 días hablamos de que el hombre es polvo. Dijimos, cuando David dice que es polvo, inmediatamente nuestra mente nos proyecta cuando Adán y Eva fueron creados también del polvo de la tierra.
El Salmo 103 es un himno de alabanza a Dios, lo que hace el salmista en este verso 15: compara al ser humano y con la naturaleza. El salmista nos recuerda que el hombre, al igual que la hierba, al igual que las plantas, tiene un tiempo limitado en esta tierra. Así como la hierba crece y florece, luego marchita, la vida del ser humano tiene un inicio y un fin.
Seguramente queremos saber qué es lo que nos quiere enseñar este versículo. Lo que nos enseña es que nos muestra la brevedad de nuestra vida.
Cuando nos damos cuenta de que nuestra vida es corta y que nuestra existencia terrenal es limitada, debemos vivir al máximo y, además, el pasaje bíblico nos comunica que nuestra vida es un regalo de Dios y a lo que nos conduce es a alabar a nuestro Dios y nos debe motivar de llevar el evangelio todas partes del mundo.
Otra cosa que no debemos olvidar es que nuestra vida es un regalo de Dios. Que debemos valorarla y apreciarla en todo momento. Sabemos que no podemos controlar el tiempo que tenemos en la tierra, pero sí podemos controlar la forma en que lo utilizamos.
Debemos hacer todo lo posible por darle a nuestra vida un sentido y un propósito y por dejar un legado positivo en este mundo.
Este pasaje, dice “el hombre como la hierba son sus días, florece como la flor del campo”. Este versículo nos Recuerda que la vida es un ciclo, como la naturaleza misma; así como las estaciones cambian y la hierba crece y muere, nuestra existencia también -la existencia del ser humano- tiene un inicio y un fin. Debemos tener esto en cuenta para vivir el presente de forma más plena, disfrutando cada momento y valorando las relaciones que tenemos con nuestros seres queridos.
Dios les bendiga mis queridos hermanos y amigos.