La brevedad de la vida – Salmo103:16
Meditación bíblica sobre Salmo103:16 por el Pbro. Pedro Arcos Sánchez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Seguimos estudiando el Salmo 103, pero en esta ocasión vamos a estudiar el verso 16.
Voy a darle lectura.
“Que pasó el viento por ella, y pereció,
Y su lugar no la conocerá más.”
Porque hace 8 días estudiamos el versículo 15
El hombre, como la hierba son sus días;
Florece como la flor del campo,
El verso 16
Que pasó el viento por ella, y pereció,
Y su lugar no la conocerá más.
Hablamos sobre que el salmista compara al ser humano con las hierbas, que tienen un fin; así es el ser humano, tenemos un fin.
La Biblia contiene muchas enseñanzas. Hay mucha sabiduría en el libro de los Salmos. Encontramos enseñanzas sobre la vida, la muerte; pero también nos habla del propósito de nuestra existencia.
Uno de los versículos que más nos conmueve es en este Salmo. En lo personal, el verso 16, porque nos comunica a nosotros sobre la brevedad de nuestra existencia. El versículo comienza con una metáfora muy poderosa. que dice “que pasó el viento por ella y pereció” esta imagen nos habla de algo que es temporal y brevedad que desaparece con la misma rapidez que la que llegó. Es una descripción muy realista de la vida humana, que en la comparación con la eternidad es apenas un suspiro.
Nuestra vida es un regalo maravilloso que Dios nos ha dado, pero también es misterio y a veces también es contradicción. Por un lado estamos dotados de un espíritu inmortal que nos diferencia del resto de la creación y nos permite desarrollar nuestras capacidades hasta el límite; pero, por otro lado, somos vulnerables – somos frágiles- sujetos a las leyes de la naturaleza y a nuestra propia finitud.
Si leemos con cuidado, el final del versículo 16 nos muestra nuestra triste realidad que todos debemos aceptar, dice: su lugar ya no la conocerá más.
No importa cuánto nos esforcemos por dejar una huella en el mundo, algún día llegará el momento en que seremos olvidados y nuestro lugar será ocupado por otros.
La muerte es el destino final de todos los seres humanos, pero también es una es una oportunidad para reflexionar sobre el significado de nuestra existencia y el legado que queremos dejar para las generaciones futuras.
Si aceptamos nuestra propia mortalidad podemos aprovechar cada momento de nuestra existencia para hacer lo que realmente importa y para ser una bendición para los demás.
Dios les bendiga mis queridos hermanos y amigos