La llegada de Cristo por primera vez – Deuteronomio 18:15-19
Meditación bíblica sobre Deuteronomio 18:15-19 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Hoy hablaremos acerca de la llegada de Cristo a este mundo por primera vez ¿fue algo fortuito? ¿fue la solución de Dios a un problema emergente? ¿es parte de un plan por parte de Dios?
Para empezar le invito a seguir con atención la siguiente lectura, que encontramos en Deuteronomio 18:15-19:
15 Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis; 16 conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera. 17 Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho. 18 Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. 19 Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.
La llegada de Cristo Jesús a este mundo no fue algo fortuito, no fue la solución a un problema emergente, sino que es parte del divino plan de Dios para el hombre. Lo sabemos porque fue profetizada a lo largo de las Escrituras que son la revelación de Dios. Y esta profecía se cumplió hace casi 2000 años.
Ahora los invito a seguir con atención la lectura de algunos de los textos de la Biblia en donde se encuentran estas profecías.
Adán
Después de que Adán cayó en pecado en el jardín del Edén, Jehová le dijo a la serpiente, en Génesis 3:14-15:
14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Dios pronunció su juicio inmediato sobre la serpiente: sería maldita. Pero Dios también prometió un salvador para la humanidad cuando dijo que la descendencia de la mujer heriría la cabeza de la serpiente. Esto se conoce como el “protoevangelio”, es decir, el “primer evangelio”.
La familia de Adán creció y tuvo numerosos descendientes.
Noé
Sin embargo, en tiempos de Noé,
“Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia” (Génesis 6:11).
Las cosas eran tan terribles que Dios decidió acabar con toda la carne. Entonces, Dios le ordenó a Noé que hiciera un arca de madera. Luego, Dios destruyó a todas las personas (excepto a Noé, sus tres hijos y sus esposas) mediante un diluvio universal.
Los descendientes de Noé se hicieron numerosos. Después de la torre de Babel,
8 Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. (Génesis 11:8).
Abraham
Luego, Dios llamó a un hombre llamado Abram. El Señor le dijo:
1 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. (Génesis 12:1-3).
Entonces, la bendición de Dios a todas las familias de la tierra vendría a través de Abram, a través de uno de sus descendientes.
Dios cambió el nombre de Abram a Abraham, y tuvo un hijo llamado Isaac. Isaac tuvo hijos gemelos llamados Esaú y Jacob. La promesa de Dios era pasar por Jacob, cuyo nombre Dios cambió a Israel. Debido a la hambruna, Jacob y sus once hijos fueron rescatados por su hijo José, que era el Primer Ministro de Egipto. Así que, toda la familia vivió en Egipto.
Moisés
Cuatro siglos después, el pueblo de Israel en Egipto era numeroso una vez más. Faraón tuvo miedo de los israelitas y los trató brutalmente como esclavos. Dios levantó de los israelitas un bebé, a quien la hija de Faraón llamó Moisés. Finalmente, Dios llamó a Moisés para que sacara al pueblo de Israel de Egipto y lo llevara de regreso a la Tierra Prometida. Dios prometió a su pueblo Israel un nuevo profeta que sería como Moisés. Le dijo a Moisés:
18 Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. 19 Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta. (Deuteronomio 18:18-19).
David
Uno de los descendientes de Abraham fue el rey David. Dios hizo un pacto con él. Fue una promesa increíble, en la que Dios dijo:
12 Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. 13 Él edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino. (2 Samuel 7:12-13).
Dios prometió que uno de los descendientes de David sería rey de un reino eterno.
Isaías
Más de dos siglos después de la muerte de David, Dios levantó al profeta Isaías. Él ministró11:1-15 El nacimiento de Jesucristo se produjo en un tiempo de gran dificultad para la nación. El rey Acaz era rey de Judá en ese tiempo. El Señor le dijo en Isaías 7:14:
14 Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.
Cumplimiento de la promesa
Esta profecía se cumplió con el nacimiento de Jesucristo, como leemos en Mateo 1:18-25:
18 El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. 19 José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. 20 Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. 21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús,porque él salvará a su pueblo de sus pecados. 22 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:
23 He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,
Y llamarás su nombre Emanuel,
que traducido es: Dios con nosotros.
24 Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. 25 Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre Jesús.
Cada una de las profecías sobre la entrada de Cristo para su primer advenimiento se cumplió.