Instrucciones por parte de Dios – Jueces 13:5

Meditación bíblica sobre Jueces 13:5 por el Hno. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

La semana pasada iniciamos un breve estudio sobre Sansón, dijimos que él tendría una tarea particular por realizar: ser de liberación para el pueblo de Israel. Asimismo, mencionamos también que cada creyente, al igual que Sansón, es hechura de Dios creado en Cristo Jesús para buenas obras (Efesios 2:10).

Hoy nuevamente hablaremos de Sansón y lo pondremos en perspectiva con nuestra vida actual, notando como la palabra de Dios permanece para siempre. Jueces 13:5 dice:

Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos.

Primeramente, hemos de decir que Sanso fue un tipo de Jesus, alguien que ya desde el vientre tendría un propósito a realizar en su vida; Sansón ciertamente no fue obediente en todo, en cuanto a la ley de Dios se refiere.

Sin duda Sansón nació y fue de gran alegría para sus padres, que pensaban que nunca tendrían familia. El nombre de Sansón significa “pequeño sol” o “luminosidad”, y ciertamente el llevó luz a Israel en los oscuros días de opresión filistea, sin embargo Sansón cometió errores, tales como: casarse con una mujer extranjera, se dejó seducir por otras mujeres y no supo mantener el secreto de su fuerza (les recomiendo leer Jueces 14:15,16). Del mismo modo, Dios tiene instrucciones que son específicas para nosotros. Pongamos atención en esto, en Juan 14:23 Jesús dice:

El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

Este es un claro mandamiento para nosotros, pero que no siempre podemos seguirlo, al igual que Sansón nos equivocamos y no siempre hacemos lo que Dios nos pide en su palabra, es esto por lo que Dios envió a su hijo, para que Jesus cumpliera con su ley y viviera la vida perfecta que nosotros jamás podríamos vivir. En Cristo, todos nuestros pecados y fracasos han sido perdonados, y al igual que Sansón, Dios en su sabiduría y misericordia puede usar nuestras malas decisiones encaminando las para bien; así de maravilloso es el amor y gracia de parte de nuestro Dios, y el resultado de la fé en Jesucristo: tenemos paz para con Dios.

Pensemos en lo siguiente y reflexionemos: resulta muy fácil darnos cuenta cuando nos equivocamos, solo miremos atrás y veremos que cuando esto ha sucedido es cuando tomamos la decisión de estar en el lugar donde no deberíamos haber estado.

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