BIENAVENTURADO EL QUE TEME A JEHOVÁ Y ANDA EN SUS CAMINOS

CÁNTICO GRADUAL 128:1

Habiéndonos enseñado el salmista en el cántico 127 que la prosperidad en todos los aspectos de la vida sólo puede esperarse del favor de Dios, en el 128 nos advierte que quienes deseen participar de sus bendiciones, deben entregarse a Dios con sinceridad de corazón, pues Él nunca defrauda a quienes le sirven así. Lea este pequeño salmo.
El versículo 1 resume el contenido del salmo: La verdadera felicidad es para el hombre que teme a Jehová. Dado que esta felicidad no siempre es perceptible a nuestros ojos, necesitamos entender que para ser felices, lo primero es sabernos protegidos y cuidados bajo las alas de Dios.
Inmediatamente se menciona otro elemento clave: «y anda en sus caminos», pues temer a Dios y guardar su ley son inseparables. Nuestra vida no tendrá la aprobación de Dios si no guardamos su ley. Esto sólo es posible porque en Cristo Jesús fuimos justificados y tenemos paz con Dios, pero su ley sigue siendo la dulce norma de nuestra vida.
«Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás y te irá bien.» De manera contraria a como el mundo define la felicidad, el profeta nos invita a estar contentos con la seguridad de que Nuestro Padre nos sustentará de manera apropiada a través del trabajo de nuestras manos, como dice el salmo 34:10: » Los leoncillos necesitan y tienen hambre, pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.» Así es como seremos bienaventurados y nos irá bien.
Habla después de la bendición tan grande que son la esposa y los hijos. Ella, como una herencia que proviene de Dios (Prov. 19:14), los hijos, fuertes como plantas de olivo. Es así como los justos obtienen frutos de su integridad cuando Dios, por su gracia, les da comida, les hace felices con su esposa e hijos y cuida de ellos. Sí este no es el cuadro de su familia, seguramente no es Dios quien ha fallado.
El v. 4 hace una fuerte afirmación: ¡Ciertamente así será bendecido el hombre que teme al Eterno! No hay lugar a duda. Dios es fiel.
«Bendígate Jehová desde Sion* es una reafirmación de lo dicho, pero añade la memoria del Pacto, pues Sion representa la morada de Dios entre su pueblo.
«Veas al bien de Jerusalén… Sea la paz sobre Israel.» Con estas dos frases finales nos llama a vivir y a experimentarnos como pueblo de Dios, no de manera individual, pues esta es la forma como Dios se relaciona con su iglesia.

IGLESIA NACIONAL PRESBITERIANA BERITH, Publicado originalmente en BOLETIN BUEN ÓLEO, DOMINGO 24 ABRIL DE 2016

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