DIOS OBRA EN LAS DIFERENCIAS – Hechos 15: 36-41
Estuvimos hablando en cuanto a la importancia de saber escuchar y permitir el obrar del Espíritu Santo en nosotros y en amor lograr acuerdos solucionando el conflicto.
Ahora, para terminar la lectura de Hechos 15, daremos lectura a los últimos versículos del 36 al 41:
“Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra. Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre, y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor, y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias.”
En estos versículos nos encontramos con un claro contraste. Mientras que la semana pasada hablamos de lograr acuerdos, hoy, en esta lectura, es evidente que no lo fue así. Sin embargo, no hay duda de que Dios encamina las cosas para bien.
La lectura comienza diciéndonos que pasado algún tiempo, Pablo dijo a Bernabé que volvieran a visitar a las ciudades en las que habían estado, algo en lo que sin duda estuvieron de acuerdo; pero en lo que no pudieron ponerse de acuerdo es en quiénes conformarían el equipo.
Aquí están dos hombres de Dios consagrados que recién ayudaron a lograr la unidad de la iglesia, pero ahora no pueden resolver su desacuerdo, algo que dolorosamente se da entre miembros de la iglesia. Sin embargo, Dios puede vencerlos logrando su propósito y voluntad.
De un equipo se formaron dos, aunque esto no necesariamente tendría que ser así. Dios, en su infinita sabiduría y misericordia, puede encaminar las cosas para bien.
Así Bernabé se preguntaba y pensaba, ¿qué puede hacer la obra de Dios en las personas? Mientras que Pablo se preguntaba, ¿qué pueden hacer las personas para la obra de Dios? La realidad es que en ambos casos Dios siempre tiene un propósito y un tiempo para nuestras vidas, aunque a veces no lo veamos o entendamos.
El apóstol Pablo, con el tiempo, pudo entender esto, pues más adelante Marcos sería un fiel y comprometido colaborador que estaría a su lado.
