La casa en la roca – Mateo 7:24-27

Meditación sobre Mateo 7:24-27 por el A.I. Marcos Mercado Estrada
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Buenos días, reciban un muy cordial saludo y un fuerte abrazo.

Y doy muchísimas gracias a Dios porque el día de hoy nos permite llegar al final de nuestra serie de meditaciones acerca del Sermón del Monte

Y les invito ahora para que ahora pongamos nuestra atención en los versículos del 21 al 23 del capítulo 7 del evangelio de Mateo que dice de la siguiente manera:

24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. 25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. 26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

INTRODUCCIÓN

Miren ustedes, al concluir el Sermón del Monte nuestro Señor Jesucristo nos hizo 4 advertencias, muy, pero muy importantes: 1.- Nos advirtió de los falsos profetas. 2.- de los lobos vestidos con piel de oveja 3.- de los que siendo parte de un grupo u organización cristiana y aun haciendo algunos portentos, como echar fuera demonios y realizar milagros no heredarán el reino de los cielos y 4.- en una cuarta advertencia ahora nos invita para que seamos del grupo de personas que escuchan sus palabras y las ponen en práctica siendo hombres y mujeres prudentes que fundan su casa sobre la roca

Ya dijimos que las palabras de advertencia de estos versículos son de las más solemnes de toda la Biblia.

Y la verdad en la que insisten estos dos párrafos finales del Sermón es que ni el conocimiento intelectual de Jesús ni el llamarle Señor, Señor, aunque ambos son importantes para la conversión, jamás pueden sustituir a la obediencia. Mateo 7:21 21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos

En los versículos que hoy analizamos el énfasis es que Lo importante no es solamente oigamos las palabras de Jesús poniéndoles atención, estudiándolas, aquilatándolas y memorizándolas hasta que nuestras mentes estén llenas de su enseñanza; sino que los importante es que hagamos lo que sabemos y enseñamos; en otras palabras, que el señorío de Jesucristo sea una realidad palpable en nuestra vida.

Por eso 1 Juan 1:6

Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad

Y 1 Juan 2:4

El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él

Es decir, el ciudadano del Reino no es únicamente el que le dice «Señor» al Señor Jesucristo; sino aquel que hace la voluntad del Padre.

Vayamos ahora al versículo 24 que dice

24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace

Aquí las palabras importantes son «oír» y “hacer» y para ilustrarlo Jesús narró esta parábola, de dos constructores uno de ellos un hombre obediente y prudente y el otro desobediente y el hombre prudente «cavó y ahondó'» y edificó su casa sobre la roca, y el insensato que no quiso molestarse con los cimientos y se contentó con edificar su casa sobre la arena.

 El Dr, Martyn Lloyd Jones mencionó algunas de las características del hombre que es prudente y obediente a las enseñanzas del Sermón del Monte que son:

Es el que:

1.- se humilla a sí mismo,

2.- se somete a sí mismo y llega a ser pobre de espíritu,

3.- llega a llorar por sus pecados,

4.- se hace manso, porque sabe lo indigno que es. 5.-Se conforma de inmediato a las Bienaventuranzas.

6.- no se contenta con abstenerse (simplemente) de cometer adulterio externo, y no quiere mirar a una mujer con deseo.

7.- Decide que hay que ser puro de corazón, y no sólo en hechos

8.- Acepta plenamente la enseñanza de nuestro Señor respecto a la ley

9.- acepta la enseñanza acerca del dar limosna en secreto.

10.- No publica sus buenas obras ni tampoco atrae la atención al hecho de que no las publica.

11.- Su mano izquierda en realidad no sabe lo que hace la mano derecha.

12.- También recuerda la enseñanza acerca de la oración y acerca de no poner la mirada en las cosas de la tierra.

13.- Recuerda que ni siquiera debemos preocuparnos por el pan de cada día, sino que debemos dejarlo todo a nuestro Padre, quien alimenta a los pájaros y ciertamente no olvidará a sus hijos. 14.- Recuerda la instrucción acerca del no juzgar o condenar al hermano y acerca de sacar la viga del ojo propio antes de ocuparse de la paja en el ojo del hermano.

15.- Recuerda que se nos enseña a hacer a los demás lo que nos gustaría que ellos nos hicieran a nosotros; acepta toda la enseñanza en su plenitud.

La segunda parte del versículo 24 le da un calificativo a este hacedor:

le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.

lo que tienen en común ambos constructores de casas espirituales el prudente y el imprudente es que ambos han escuchado las palabras de Jesús.

ambos son miembros de la comunidad cristiana visible. Ambos leen la Biblia, ambos van a la Iglesia, escuchan sermones y compran literatura cristiana. Y frecuentemente no podemos decir qué diferencia hay entre ellos ya que los cimientos profundos de sus vidas están ocultos.

Entonces lo importante y trascendente no es si oyeron la enseñanza de Cristo (ni siquiera si la respetan o la creen), sino si hacen lo que oyen. Y solamente las tormentas de esta vida revelarán la verdad acerca de ellos

Por eso el versículo 25 dice

25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa;

. A veces una tormenta de crisis o calamidades someten a prueba hasta lo más profundo de nuestro ser y pone de manifiesto qué clase de persona somos.

Hay quienes las palabras «y soplaron vientos’ Las interpretan como ataques concretos de Satanás y el diablo a veces nos ataca directamente; lanzándonos dudas y negaciones y nos puede bombardear con pensamientos sucios, malos y blasfemos y los tres grandes problemas que tenemos con el mundo son “los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida’

Por eso Efesios 6:12 dice

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes‘ Y en el mismo capítulo el apóstol Pablo nos dice que la única forma de resistir es vistiéndonos con toda la armadura de Dios.

La segunda parte del versículo 25 dice

 y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.

¿Cuál es la diferencia entre ambas casas?

Cualquier persona no habría notado la diferencia entre ambas casas una vez terminadas. Porque la diferencia está en los cimientos, y los cimientos no se ven.

26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;

¿Cuáles son algunas las características del seudo cristiano o del cristiano puramente nominal?

Son aquellos que en general admiran el Sermón del Monte y alaban su enseñanza, pero nunca lo ponen en práctica. O aprueban ciertas partes del mismo y no hacen caso de otras porque no les gustan. Algunos incluso desconocen su contenido

27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

Y solamente cuando una tormenta azotó ambas casas con gran ferocidad -«con lluvia en el techo, con viento en las paredes y con ríos en los cimientos, » se notó la diferencia fundamental y fatal. Porque la casa que estaba sobre la roca resistió el temporal, mientras la casa que estaba sobre la arena se derrumbó quedando como ruinas irreparables.

Y lo mismo ocurre con, los que profesan ser cristianos (verdaderos y falsos) con frecuencia lucen semejantes. No se puede distinguir fácilmente cuál es cuál. Ambos parecen estar construyendo vidas cristianas.

CONCLUYO

 La única diferencia entre la casa que cae y la casa que se queda en pie es el fundamento. Por lo que no se trata de pericia en el arte de la construcción, o de hombres demasiado tontos para construir.

La construcción es igual, las pruebas son las mismas, y el sitio también; es el cimiento o base lo que cambia y es diferente. Y el cimiento o base tiene dos elementos: 1.- Escuchar las palaras de Cristo y 2.- ser hacedores de la palabra.

Concluyo recordando a ustedes las palabras de nuestro Señor Jesucristo contenidas al final del Sermón del Monte:

24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. 25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.

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