Felicidad y bendición – Salmo 128 – Parte 1

Meditación bíblica sobre Salmo 128 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Primero leamos el pasaje de hoy:

Salmo 128

Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová,
Que anda en sus caminos.
2 Cuando comieres el trabajo de tus manos,
Bienaventurado serás, y te irá bien.
3 Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa;
Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.
4 He aquí que así será bendecido el hombre
Que teme a Jehová.
5 Bendígate Jehová desde Sion,
Y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida,
6 Y veas a los hijos de tus hijos.
Paz sea sobre Israel.

Este Salmo es uno de los Salmos más alentadores de la Biblia.
No nos hacemos cristianos para ser más ricos y prósperos.

Nos convertimos en cristianos porque venimos con nuestro pecado ante un Dios y vemos la desesperanza de nuestra situación; entendemos que no hay manera de que podamos estar delante de Dios en este estado de pecado.

La Biblia revela la verdadera razón por la que Cristo vino a la tierra: para salvar a un pueblo que el escogió para sí mismo.
Solo Él puede pagar la deuda de nuestros pecados a través de su obra redentora en la cruz, permitiendo que Dios nos vea como justos porque Cristo ha pagado la deuda por el pecado.

Y al creer no intentamos salvarnos por nosotros mismos. Al creer entendemos ese mensaje del evangelio y por acción del Espíritu Santo, intentamos vivir de acuerdo a lo establecido por Dios en la Escritura.

Dios ve nuestro corazón y ve nuestro deseo de serle fieles, y envía bendiciones en abundancia.

Mire las bendiciones que menciona aquí el Salmo 128: El fruto del trabajo de sus manos comerá, su mujer será como vid fructífera, sus hijos serán como renuevos de olivo. Bendiciones enormes.

Esta bendición no solo le ocurre a familias individuales, sino también a toda una nación. Cuando una nación es fiel a los mandamientos de Dios, Él bendice a esa nación.

En el versículo 6 termina diciendo el Salmo 128: ¡La paz sea con Israel!

Nosotros, como creyentes en Cristo Jesús, experimentamos muchas pruebas y tiempos difíciles mientras estamos aquí en la tierra. El verdadero cumplimiento de la vida abundante que Dios promete, se realizará en la eternidad.

Hemos oído aquí que la palabra bienaventurado -con la que inicia este salmo- se traduce como feliz-

Felicidad, en nuestro idioma, proviene del latín felicitas, que significa felicidad, fortuna, placer, alegría, buena estrella, buen destino (en los escritos de Cicerón), fertilidad, fecundidad de la tierra y de las plantas según Plinio.
Y la palabra felicitas, a su vez, viene del adjetivo félix que significa fecundo, fértil, productivo, fructífero, también próspero, bienaventurado, afortunado, feliz, dichoso, favorable, rico, opulento, hábil, propicio. Todo esto es el sentido que toman las palabras feliz y felicidad en nuestro idioma. Es un sentido muy amplio.

En la palabra felicidad se usa el sufijo latino -tat (dad) que tiene que ver con cualidad, situación o condición. Como en bondad, crueldad, etc.

Pro otro lado, la palabra ‘feliz’ pareciera que no describe con precisión nuestra vida de continuos problemas y dificultades, que hasta algunos llaman ‘valle de lágrimas’ a esta vida.

Pero la palabra feliz o bienaventurado es una palabra bíblica perfectamente válida.

En el Salmo 128:1 la Escritura declara feliz al hombre que teme Dios.

1 Pedro 3:14 dice:

Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois.

Interesante la forma en que asocia la felicidad (el ser bienaventurados) con padecer por causa de la justicia.

y en 1 Pedro 4:14 dice:

Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros.

Otra vez asocia: sois vituperados por el nombre de Cristo y sois felices. Son ustedes felices porque son vituperados… porque… y el ‘porque’ nos dice de dónde viene esa bienaventuranza, esa felicidad. Dice: porque el glorioso Espíritu de Dios reposa en vosotros.

Hay una diferencia muy grande entre el concepto de felicidad ahora que vemos en la Escritura.

Ser un creyente, por lo tanto, es ser una persona feliz. Aunque los problemas no desaparecen, eres una persona feliz.

Por otro lado, las palabras hebreas y griegas traducidas como “felices” o «bienaventurados», se traducen en otras partes de la Escritura también se traducen como “bendecidos”.

Ser bendecido es ser feliz; para ser feliz, uno tiene que ser bendecido. Porque proviene esa felicidad de Dios.

Como vemos, las Escrituras presentan una noción de felicidad radicalmente diferente a la que dicta nuestra naturaleza carnal y el mundo, toda nuestra cultura, todo lo que escuchamos en todos los medios de comunicación. Hay una diferencia radical.

Leemos en Apocalipsis 1:3

Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.

y en Lucas 11:28, el señor Jesús dice:

Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.

Feliz, entonces, se refiere a un estado de gozo o alegría, pero pone énfasis en su relación con algunas circunstancias en particular.

El señor Jesús, en Las Bienaventuranzas, declara bienaventurados a:
los pobres de espíritu, los que lloran, los mansos, los hambrientos y sedientos de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los pacificadores y los perseguidos por causa de la justicia.

Todo eso lo encontramos en Mateo 5:1-11 y justamente terminando las bienaventuranzas, termina diciendo el versículo 12:

Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

¡Qué gran diferencia encontramos en las circunstancias de su felicidad y la razón de esa felicidad! con respecto alo que se maneja en nuestra cultura, en nuestro mundo.

Cuando la felicidad viene sin la bendición de Dios no es la felicidad de la que nos habla la Escritura.

Sentirse bendecido está de moda actualmente.

Si nosotros vemos rápidamente las redes sociales nos podemos dar cuenta cuántas personas hoy en día se sienten #bendecidas. En esas redes, decir que eres bendecido puede ser una forma de jactarte de que te va muy bien, mientras tener una posición de humildad.

De esto hablaremos la próxima semana.

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