Dios renueva su pacto – Éxodo 33:1‭-‬23

Meditación sobre Éxodo 33:1‭-‬23 por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Lectura:

Jehová dijo a Moisés: Anda, sube de aquí, tú y el pueblo que sacaste de la tierra de Egipto, a la tierra de la cual juré a Abraham, Isaac y Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré; y yo enviaré delante de ti el ángel, y echaré fuera al cananeo y al amorreo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo (a la tierra que fluye leche y miel); pero yo no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que te consuma en el camino. Y oyendo el pueblo esta mala noticia, vistieron luto, y ninguno se puso sus atavíos. Porque Jehová había dicho a Moisés: Di a los hijos de Israel: Vosotros sois pueblo de dura cerviz; en un momento subiré en medio de ti, y te consumiré. Quítate, pues, ahora tus atavíos, para que yo sepa lo que te he de hacer. Entonces los hijos de Israel se despojaron de sus atavíos desde el monte Horeb. Y Moisés tomó el tabernáculo, y lo levantó lejos, fuera del campamento, y lo llamó el Tabernáculo de Reunión. Y cualquiera que buscaba a Jehová, salía al tabernáculo de reunión que estaba fuera del campamento. Y sucedía que cuando salía Moisés al tabernáculo, todo el pueblo se levantaba, y cada cual estaba en pie a la puerta de su tienda, y miraban en pos de Moisés, hasta que él entraba en el tabernáculo. Cuando Moisés entraba en el tabernáculo, la columna de nube descendía y se ponía a la puerta del tabernáculo, y Jehová hablaba con Moisés. Y viendo todo el pueblo la columna de nube que estaba a la puerta del tabernáculo, se levantaba cada uno a la puerta de su tienda y adoraba. Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento; pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo. Y dijo Moisés a Jehová: Mira, tú me dices a mí: Saca este pueblo; y tú no me has declarado a quién enviarás conmigo. Sin embargo, tú dices: Yo te he conocido por tu nombre, y has hallado también gracia en mis ojos. Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo. Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí. ¿Y en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus ojos, yo y tu pueblo, sino en que tú andes con nosotros, y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra? Y Jehová dijo a Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te he conocido por tu nombre. Él entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria. Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro.

La infidelidad del pueblo de Israel ha tenido una consecuencia muy grande y triste, perdieron de gozar la presencia de Dios entre ellos, su pecado los apartó de Él pues siendo tres veces santo y justo no puede habitar enmedio de un pueblo que se ha ido tras dioses falsos y olvidado lo que Jehová ha hecho por ellos. El tabernáculo fue montado, fuera de su campamento, lejos del campamento, la manifestación visible de que Dios va con ellos se ha alejado, ahora queda la tristeza y el dolor de perderlo, un gran vacío. Lo mismo que ocurre con nosotros cuando pecamos, cualquiera que esté sea.

El pueblo dio una manifestación visible de su arrepentimiento al vestir de luto, estar lejos del Señor es muerte, no se atavió, estaban al pendiente de cuando Moisés entraba al Tabernáculo y adoraban a Dios, reconocieron su falta y se arrepintieron. Jehová recordó su promesa y les aseguró cumplirla, darles esa tierra dónde podrían descansar seguros después de un viaje tan largo y tener una buena vida, pero su presencia seguía lejos.

Una vez más vemos que Dios pone en el corazón de Moisés interceder por un pueblo, actuando como un tipo de Jesús y el Espíritu Santo, pues ellos interceden por nosotros cuando pecamos y nos arrepentimos restaurando nuestra relación con Dios padre permitiéndonos estar nuevamente ante Él.

En su bendita misericordia y amor Dios perdona a su pueblo y le promete volver a estar enmedio de ellos renovando su pacto, el pacto que Él había respetado pero que su pueblo no, pero que sin embargo lo mantiene vigente pues el arrepentimiento del pueblo ha sido sincero.

Cuando nuestro arrepentimiento es sincero procuramos a toda costa no volver a cometer la falta y en nuestro corazón hay dolor por haber ofendido a nuestro Dios, reconocemos que solo Él puede limpiarnos y nosotros buscamos agradarle por agradecimiento y alabanza

Gracias al Señor porque hasta en esto es fiel y nos restaura y cumple sus promesas.

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