No me olvidaré de tus palabras – Salmo 119:9-16

Meditación bíblica sobre Salmo 119:9-16 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu palabra.
Con todo mi corazón te he buscado;
No me dejes desviarme de tus mandamientos.
En mi corazón he guardado tus dichos,
Para no pecar contra ti.
Bendito tú, oh Jehová;
Enséñame tus estatutos.
Con mis labios he contado
Todos los juicios de tu boca.
Me he gozado en el camino de tus testimonios
Más que de toda riqueza.
En tus mandamientos meditaré;
Consideraré tus caminos.
Me regocijaré en tus estatutos;
No me olvidaré de tus palabras.

Con el pasar del tiempo, acumulamos experiencia y corroboramos lo valiosa que es la palabra de Dios y atesoramos sus verdades.
Agradecemos a Dios por sus preceptos, que en la Biblia se encuentran claramente delineados y definidos para guiarnos en todo momento de nuestras vidas.
Agradecemos a Dios también por los principios que, con sabiduría, se pueden aplicar incluso en la época en que estamos viviendo, con ideas cada vez más radicales en contra de Dios, con cambios en todas las áreas de la vida humana. Cambios que hacen que el futuro sea intimidante y aterrador para mucha gente.

La palabra de Dios nos alumbra, dentro de la gran oscuridad que nos rodea.

La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples. Salmo 119:130

Dios nos habla a través de las Escrituras.
Nos damos cuenta de su relevancia al darnos cuenta de que la Biblia frecuentemente aborda con mucha precisión las necesidades de nuestras vidas.

Las Escrituras nos ayudan a disfrutar de lo que Dios nos da, en lugar de estar simplemente soportando nuestras circunstancias.
Vemos la belleza de los propósitos de Dios y nos damos cuenta todo tiene su lugar preciso dentro de un plan diseñado por Dios.

La Biblia, habla de dónde vivimos, cómo debemos vivir y de qué se trata la vida.

Nos brinda la guía y dirección que desesperadamente necesitamos.

En la cultura de nuestros días, a la palabra de Dios se le concede muy poca importancia.
Algunos creen que la Biblia está desactualizada y realmente no se aplica a nuestras vidas hoy.
En las películas y en todos los mensajes que vemos a través de los medios de comunicación, retratan a los cristianos como personas que necesitan ser liberadas de la religión.

Debido a esta fuerte influencia de los medios de comunicación y del mundo, muchos creyentes han relegado la lectura de la Biblia a la más baja prioridad en sus vidas.

Una de las principales cosas que tenemos que afirmar en nuestro corazón es que la palabra de Dios es verdad.
Independientemente de lo que veamos o escuchemos en el mundo, la palabra de Dios es la verdad.

La Biblia es perfecta y es verdadera. No es un libro ordinario. Realmente es la palabra inspirada de Dios.

En todo lo que hacemos, tomamos la palabra de Dios como punto de partida.
Ya sea que estemos tomando una decisión sobre el futuro o cualquier otra cosa, si no comenzamos con la palabra de Dios, entonces nos equivocaremos.
La palabra de Dios es el fundamento de todas nuestras elecciones, todas nuestras decisiones, todo lo que hacemos.
Y si no empezamos con la Biblia, entonces vamos a llegar a conclusiones equivocadas, con toda seguridad.

Cualquier pensamiento que tengamos debe filtrarse a través de la verdad que se encuentra en la palabra de Dios.

Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo2 Corintios 10:5

Si un pensamiento no se alinea, debemos reemplazar lo que creemos que es correcto con lo que dice la Biblia.
Eso sería tomar la palabra de Dios como punto de partida en todo lo que hacemos.

La Biblia es un libro como ningún otro. Te ayudará a interpretar el mundo que te rodea. Dará propósito y significado tu vida.
Te transformará en la persona que Dios tenía en mente cuando te creó.

Haz tuyas las palabras que leímos hoy en el Salmo 119:15, 16

En tus mandamientos meditaré;
Consideraré tus caminos.
Me regocijaré en tus estatutos;
No me olvidaré de tus palabras.

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