¿Cómo pastorear el corazón de tu hijo? – Parte 12
Meditación bíblica por el Hno. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
La semana pasada estuvimos hablando de los diferentes métodos que llegamos a usar cuando educamos a los hijos y que dichos métodos no siempre cumplen su objetivo principal, el cual es cambiar el corazón del niño; es decir, que el niño sea capaz de comprender y cambiar aquello por lo cual hay en él un mal comportamiento, así mismo, también hablamos de la importancia de la comunicación y que debe ser multifacética, y que esta clase de comunicación se da de acuerdo a la persona y circunstancia, resultando ser muy efectiva.
Ya sea que se les tenga que corregir, alentar, instruir, advertir, enseñar e incluso orar por ellos.
Hoy hablaremos de una vida de comunicación.
La meta de la comunicación no solo es disciplinar a los niños, es también discipular por lo que se pastorea el corazón del niño en los caminos del señor, tal como se enseña en Deuteronomio 6, esta plena comunicación ocurre cuando nos acostamos, al levantarnos, al andar por el camino y al sentarnos.
Pero frecuentemente los padres están muy ocupados para hablar a menos de que algo ande mal, sin embargo, un hábito regular de diálogo con los hijos, preparará el camino para hacerlo en situaciones extremas.
Sus hijos no tendrán la confianza de acercase a usted si solo busca hacerlo cuando algo anda mal.
Antes de continuar, ¿qué es pastorear el corazón?
Es guiar a los hijos ayudándolos a que conozcan y se entiendan así mismos, las obras de Dios, los caminos de Dios y cómo opera el pecado en el corazón del hombre y cómo el Evangelio viene a ellos supliendo sus necesidades más profundas.
Pastorear su corazón también implica que los niños entiendan sus motivaciones, metas, deseos y anhelos. Además, revela la realidad de la naturaleza que los rodea estimulando su fe en Jesucristo como su Señor y Salvador. Todo esto se logra con una rica y multifacética comunicación.
Así, una comunicación real y verdadera requiere tiempo y flexibilidad, pues un niño no abre su corazón de acuerdo a nuestra agenda, un padre sabio hablará con el niño cuando él está dispuesto, mostrando interés y que su conciencia es movida, este es el momento para hacerlo, aproveche el momento y abandone todo lo demás, conviértase en un verdadero oidor, pues de lo contrario podría estar desaprovechando una valiosa oportunidad Proverbios 18:2 dice:” No toma placer el necio en la inteligencia, sino en que su corazón se descubra”.
Recuerde que el escuchar con atención le permitirá enfocarse pensando claramente en lo que ha oído y hacer las preguntas adecuadas antes de precipitarse y querer dar su opinión, mantenga una conversación enfocada y creativa. Una cosa más y de gran importancia, es que los hijos vean en usted que su relación con Dios es de padre e hijo, en donde usted demuestra arrepentimiento, admite sus temores y alegrías y como también encuentra consuelo y confía en Dios, reconoce cuando ha pecado y se ha equivocado, y esta dispuesto a pedir perdón porque el hecho de hacer una evaluación profunda con sus hijos, radica en la disposición que usted haga lo mismo.
Comunicación padre e hijo: una comunicación constante y multifacética establecerá los cimientos para una creciente unión pues ellos saben quienes realmente los conoce, entienden y aman, sin embargo, habrá desacuerdos y conflictos, pero estos se resuelven porque hay una comunicación abierta y ciertamente con los años sucederá cuando sean adolescentes y busquen relacionarse con aquellos que “los comprende”, usted deberá proveer dentro de la relación familiar que ellos son entendidos y aceptados.
Ellos son atraídos para estar en el “grupo malo” pues anhelan sentirse reconocidos, entendidos e incluso discipulados por sus compinches.
Cuando los hijos crecen no se puede garantizar la obediencia pues en la medida que un niño crece disminuye la capacidad de controlarlo, solo mediante una buena influencia hará que su hijo se coloque así mismo bajo la autoridad, a causa de la confianza en la que se ha trabajado poco a poco, los niños confían en los padres cuando se comprometen en su bienestar, los comprende, conoce sus fortalezas y debilidades, se ha dedicado a alentar, corregir, reprender, instruir, advertir, enseñar y suplicar a la luz de la oración. El niño sabrá que toda su vida usted lo ha procurado ´pues él ha vivido una relación de compañerismo y comunicación, así el niño crece en la comprensión, cuidado y amor de sus padres.
El resultado será obvio; sus palabras serán de mucho peso para su hijo, ha logrado una influencia positiva que ha crecido con el tiempo, y ha a prendido a confiar en sus padres.
En la medida que se involucra con su hijo con una plena y rica comunicación no solo lo educa, sino que también desarrolla una relación de unidad y confianza.
Aquí un ejemplo: imagine que usted es el consejero del presidente y que él no toma una decisión sin antes consultarlo, aquí surge una pregunta – ¿tengo autoridad en el gobierno? -, la realidad es que no, ninguna, pues yo no fui elegido para ningún cargo, pero “¡tengo influencia en el presidente? – por supuesto, mucho más que cualquiera.
Por muchas y distintas causas la autoridad con los años pierde peso con los hijos, pero si usted hace correctamente su trabajo de comunicación su influencia será de mucho peso ¿lo ha considerado?
Comprensión y redención: una comunicación sensata con sus hijos les capacitará para comprender que la vida no es tan simple y puede ser muy complicada y que está relacionada tanto con el mundo de los sentimientos como el de las ideas, llegando a la comprensión de sí mismos y de otros, y que tengan metas tanto a corto como a largo plazo y que no solo estén interesados en el qué de las cosas, sino también en el por qué. Todo esto será para ellos como un filtro bíblico para entender la vida y aprendan a ver que el problema de la humanidad es el pecado, así todos pecamos y otros pecan en nuestra contra, por tanto, somos tan perpetradores como víctimas. Por esta razón todo lo concerniente a la vida debe de ¿ser visto en términos de la restauración redentora del hombre por parte de Dios.
Ellos ven como conocer y amar a Dios y como encontrar gracia, poder y plenitud en Cristo es la respuesta a sus necesidades más profundas, pues todo lo concerniente a la vida se vive a través del poder y la gracia del Evangelio. Cristo es relevante en todo lugar y para todo.
De esta forma los niños son provistos de un filtro a través del cual pueden evaluar los eventos de la vida, cuando usted no este presente para darles dirección y corrección, los esta enseñando hacer independientes y valerse por sí mismos. Lo mejor que se les puede dar a los hijos es enseñarlos a que entiendan la vida a través de un filtro bíblico y redentor.
Los niños aprenderán a desarrollar relaciones saludables, y conforme crezcan y empiecen a salir del seno familiar, ellos descubrirán nuevas relaciones, y buscarán que sean como las que disfrutaron en el hogar.
Sin duda, podríamos enumerar otros beneficios, pues cada padre quiere para sus hijos cosas como las que hemos mencionado anteriormente, pero esto significa un costo y es grande; implica que usted este disponible y enteramente comprometido en la crianza de sus hijos.
La crianza es su más importante tarea, este es su llamamiento: criar a sus hijos en el temor y amonestación del Señor, esto requiere tiempo y una rica comunicación sensible que los ayude a comprender la vida y su relación con Dios. Para esto solo cuenta con un tiempo breve para invertir en esta tarea y solo hay una oportunidad, pues no puede volver el tiempo atrás y hacerlo de nuevo.
Esto quiere decir que no podrá hacer todo lo que antes podía hacer: su c asa y usted no lucirán como foto de revista, afectará su ascenso en su carrera laboral, alterará sus amistades, su tiempo libre, etc. significa dejar todo aquello que es de gran interés para otro tiempo. El costo es alto.
Hay muchos padres con sus caras tristes y sus corazones rotos que han visto a sus hijos apartarse de su hogar porque sus padres no se involucraron con ellos, sin embargo, hay hijos que han sido enseñados y tratados bíblicamente por sus padres, que dicen: yo estoy agradecidos por mis padres por haber sido preparado de forma tan completa para la vida, por lo que me han dado y el tiempo dedicado. ¿Qué precio puede poner un padre a esto? El costo es alto, pero el beneficio por mucho es mayor, además lo hace en obediencia.
Preguntas de reflexión:
- ¿qué tan efectiva es la comunicación entre usted y sus hijos?
- ¿reconoce cuando se han equivocado, ofrece una disculpa, y pide perdón?
- ¿dedica el tiempo suficiente a sus hijos?
- ¿Hay algo que pueda cambiar en cuanto a su crianza y comunicación?
- ¿está dispuesto a asumir el costo?