¿Cómo pastorear el corazón de tu hijo? – Parte 13

Meditación bíblica por el Hno. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Hoy continuaremos con el tema de ¿cómo pastorear el corazón de nuestro hijo? Hemos estado hablando de la importancia de la comunicación que se debe de dar entre padres e hijos y que habrá de cuidarse y fortalecer con el tiempo y en donde a través de una comunicación sensible, enseñemos a los niños a confiar en DIOS y en su palabra al punto en el que ellos puedan tomar sus propias decisiones pues la enseñanza bíblica los provee de un filtro para esto y para todas y cada una de las distintas áreas de su vida y todo esto tiene que ver con el pastorear su corazón y cómo el conocer y amar a Dios les lleva a encontrar gracia, poder y plenitud en Cristo y donde Cristo es relevante en todo y para todo.

Esta es la tarea de que como padres debemos realizar, es un llamado y requiere tiempo y solo se cuenta con un corto periodo pues los niños crecen y ya no hay mucho por hacer.

Así, hasta el momento hemos hablado de los diferentes métodos de educación, de la comunicación y de la vara para la corrección.

Hoy retomaremos el tema de la vara y la razón de su uso.

Vivimos en un mundo que constantemente cambia, las ideas tienen su periodo de popularidad, del mismo modo que los colores, el estilo de la decoración, la moda, etc. así lo que hoy está de moda en algún tiempo ya no lo está.

La vara como forma de disciplina es algo que no está de moda, no así la comunicación, aunque en la época de los cincuenta, la comunicación no era relevante como lo era la vara, en esa época papá no hablaba mucho, pero usaba su fuerza para mantener a los hijos en la línea.

Hoy día vivimos en una ideología de los derechos humanos en la que pegarles a los hijos parece una barbarie y de ningún modo estamos promoviendo la idea de que los padres golpeen a sus hijos cada vez que quieran.

En nuestras mentes surgen muchas ideas acerca de la vara y su uso:

¿para qué está diseñado, realmente es necesario, no hay una mejor manera?,

¿hará que tus hijos se sientan resentidos?,

¿Cuál es la naturaleza de la necesidad más básica de los niños?

Los niños no nacen éticamente neutrales. La Biblia enseña que el corazón es engañoso, más que todas las cosas y perverso (Jeremías 17:9).

El problema del niño no es información, sino que él es pecador. Hay cosas dentro del corazón del infante que no se le puede permitir desarrollar y que crezcan hasta ser formadas. Le traerá su eventual destrucción. La vara funciona en este contexto pues está dirigida a las necesidades internas del niño, las cuales no pueden ser enteramente satisfechas solamente hablando.

Proverbios 22:15 dice:

“La necedad está ligada en el corazón del muchacho, más la vara de la corrección la alejará de él”.

En este sentido algo anda mal en el corazón del niño, la necedad o la simpleza está atada a su corazón y ha de ser removida porque pone al niño en peligro.

A lo largo del libro de los Proverbios, la necedad y la simpleza es usada para describir a la persona que no tiene temor de Dios, el simple no se somete a la autoridad, se burla de los caminos de Dios, el simple carece de sabiduría, es decir, temor de Dios.

Es muy común escuchar a niños de tres o cuatro años decir “yo quiero” o “yo no quiero”.

El necio vive en lo inmediato de sus apetitos carnales, sus antojos, sus expectativas, su esperanza y sus temores. Es cuestión de autoridad.

¿Vivirá el niño bajo la autoridad de Dios y, por consiguiente, de sus padres? O ¿bajo su propia autoridad llevado por sus deseos y pasiones?

Este es el estado natural de los hijos y puede ser sutilmente disimulado bajo un mechón de cabello despeinado o en imperceptible sonrisa de un bebé.

No importa el caso, en los niños hay necedad en su corazón, por tanto, rechazará la corrección y protestan contra sus intentos por gobernarlos.

La necedad está ligada a sus corazones y si se les permite que crezcan y echen raíces por 13 o 15 años producirá un adolescente rebelde y que no permitirá que nadie lo gobierne, esto pone al niño en peligro.

Dios ha destinado la vara de la corrección para esta condición. La vara es dada para este extremo.

Proverbios 23:14

“Lo castigaras con vara al niño y librarás su alma del seol”.

Los niños están en peligro de muerte, de muerte espiritual, desde luego y su tarea es rescatarlo de dicha muerte.

Un uso fiel, apropiado y oportuno es el medio para lograr el rescate. Recuerde que el uso de la vara no es el de un padre molesto, que descarga su ira o frustración sobre un niño pequeño e indefenso. Tal comportamiento no es un uso bíblico de la vara, sino que es abuso infantil.

Una disciplina balanceada nunca pone en peligro la integridad física del niño.

Como padres queremos pensar que nuestros hijos nos aprecian que piensan que papá y mamá son grandiosos y cariñosos, entonces el uso de la vara los hará pensar que ustedes actúan con crueldad y aspereza y que este tipo de disciplina sacará lo peor de ellos.

Proverbios 29:17 dice todo lo contrario:

“corrige a tu hijo y te dará descanso y te dará alegría a tu alma”.

La disciplina no produce hijos airados y malhumorados, produce hijos que están en paz con usted y en los cuales puede deleitarse. El uso consistente de la vara enseñará a los hijos el valor de la obediencia, así como las consecuencias de una mala conducta cuando se enfrenta la desobediencia, la consecuencia es dolorosa.

La vara es usada por un padre fiel en un acto de fe, pues Dios ha ordenado su uso, no porque los padres entiendan perfectamente como funciona, sino porque confían en la sabiduría de Dios, reiteramos que su uso no es la de un padre frustrado o enojado, su uso ha de ser siempre en un contexto de corrección y disciplina. No de un padre desahogándose.

 Santiago 1:20 dice: “Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios”.

La vara habrá de usarse como una misión de rescate, desde luego sin olvidarnos de la comunicación, pues la vara y la comunicación no son métodos que funcionen por separados. Están diseñados para trabajar juntos y este es el punto de Hebreos 12: 5 – 6 que dice: “Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige diciendo “hijo mío no menosprecies la disciplina del señor, ni desmayes cuando eres reprendido por Él, por que el Señor al que ama disciplina y azota a todo aquel que recibe por hijo.

Sus hijos necesitan ser conocidos y comprendidos, por lo tanto, una comunicación plena es necesaria, pero también necesitan autoridad, límites que sean claros y una corrección que sea predecible, por eso la necesidad de la v ara. Así mientras la vara preserva la autoridad pasada basada en la Biblia, el énfasis en una comunicación plena prohíbe la disciplina fría y tiránica. Desde luego, el uso de un método u otro también dependerá de las edades y circunstancias de cada caso.

Ahora algunas preguntas para reflexionar:

  1. ¿Hay algún problema en sus hijos que requieran el uso de la vara?
  2. ¿cuándo disciplina lo hace para corregir o desahogarse?
  3. ¿Como describiría la relación entre vara y comunicación?
  4. ¿cuál es método más fácil para usted?

Por el momento, hasta aquí llegamos. Me despido. Bendiciones y hasta la próxima.

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