¿Dios responde la oración? – Salmos 20:1-2

Meditación bíblica sobre Salmos 20:1-2 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Introducción

Como buenos cristianos, esperaríamos que cada persona aquí dijera: «Por supuesto que sí».
Después de todo, Él promete responder la oración en Su Palabra y Dios cumple Su Palabra.
Sí, Dios responde la oración.

Y sin embargo, pregunto de nuevo: «¿Dios responde a la oración?«

Paro les pido que recuerden algunas de las oraciones y peticiones que han presentado a Dios en el pasado.
¿Ha respondido Dios a cada una de tus oraciones?
¿Te ha devuelto la salud cuando tú se lo pediste?
¿Ha salvado a aquellos por quienes has pedido la salvación?
Oramos específicamente y en confianza, pero las respuestas -en muchas ocasiones- no llegaron en el tiempo que queríamos ni tal como lo deseábamos.

La realidad es que, cada uno de nosotros sigue luchando un poco con la pregunta «¿Responde Dios la oración?»

Si responde, pero…

Hoy vamos a reflexionar sobre este dilema que muchos hemos tenido.

¿Dios responde la oración?

Primero hay que plantearse la siguiente pregunta:
¿Qué significa responder a la oración?
¿Significa: «pide y recibirás»?
¿Significa que podemos acercarnos a Dios como un niño con una moneda que coloca en la máquina de dulces y sabe que recibirá recibir la golosina que seleccionó? Sale automática e inmediatamente.

¿Podemos decir que Dios responde de esa manera? La respuesta es NO.

Sabemos que no siempre funciona así.
Sabemos que Dios nos da aquellas cosas que le glorifiquen y que tiene que ser según Su voluntad.

Alguien preguntaría: ¿por qué entonces le tenemos que pedir a Dios, si Él va a hacer lo que ya ha determinado que es Su voluntad y sabe lo que es mejor para nosotros?

El problema radica en cómo esperamos que Dios nos responda. Vemos la oración como algo en lo que nosotros pedimos y en Dios da.

Les invito a reflexionar conmigo sobre la respuesta de Dios a nuestra oración.

Pero en lugar de ver la respuesta de Dios como algo que Él siempre hace en respuesta a nuestra petición, veamos Sus respuestas como lo que Él nos dice.

Walter Wangerin, en su libro “Oración Integral” dice que la oración es comunicación. Que no es hablar a Dios, sino hablar con Dios.

[«Whole prayer,speaking and listening to god» (1998) por Walter Wangerin, autor y educador estadounidense mejor conocido por sus novelas religiosas y libros para niños.]

Y como tal, la oración tiene cuatro actividades

  1. Hablamos
  2. Dios escucha
  3. Dios habla
  4. Nosotros escuchamos

Me parece interesante cómo muchos suelen pensar equivocadamente que nuestras palabras son más importantes que las de Dios.
Cómo pasamos más tiempo hablando con Dios que escuchándolo.

Y luego nos preguntamos ¿Por qué no nos ha respondido?
Quizás respondió, pero ¿Qué tal si no lo escuchamos?.

Es necesario que reflexionemos sobre esto, porque Dios nos habla en respuesta a nuestras oraciones.

Y para que podamos escuchar tenemos que saber cómo es que Dios habla.

Voy a leer el Salmo 20 (NTV)

1 Que el Señor responda a tu clamor en tiempos de dificultad;
que el nombre del Dios de Jacob te proteja de todo mal.
2 Que te envíe ayuda desde su santuario
y te fortalezca desde Jerusalén.
3 Que se acuerde de todas tus ofrendas
y mire con agrado tus ofrendas quemadas. Interludio

4 Que él conceda los deseos de tu corazón
y haga que todos tus planes tengan éxito.
5 Que gritemos de alegría cuando escuchemos de tu triunfo
y levantemos una bandera de victoria en el nombre de nuestro Dios.
Que el Señor conteste a todas tus oraciones.

6 Ahora sé que el Señor rescata a su rey ungido.
Le responderá desde su santo cielo
y lo rescatará con su gran poder.
7 Algunas naciones se jactan de sus caballos y sus carros de guerra,
pero nosotros nos jactamos en el nombre del Señor nuestro Dios.
8 Esas naciones se derrumbarán y caerán,
pero nosotros nos levantaremos y estaremos firmes.
9 ¡Da la victoria a nuestro rey, oh Señor!
Responde a nuestro grito de auxilio.

Este es una oración del pueblo, posiblemente cuando se reunían David y su ejército justo antes de salir a la batalla. La oración comienza y termina con un llamado a Dios para que responda no solo a esta oración, sino también a futuras llamadas de ayuda.

En el verso 1 dice:
«Que el Señor responda a tu clamor en tiempos de dificultad»

La palabra hebrea para «respuesta» es עָנָה aná. Significa «mirar o prestar atención, es decir, prestar atención; responder; comenzar a hablar; cantar, gritar, testificar, anunciar: -dar cuenta, afligir, abatir, llorar, oír, enaltecer, decir, hablar, testificar, pronunciar, (dar) testimonio. Responder es prestar atención, responder con palabras y/o con acciones.»
En algunas versiones de la Biblia la han preducido como «oir»,

Y termina la oración en el verso 9, diciendo:
«¡Da la victoria a nuestro rey, oh Señor!
Responde a nuestro grito de auxilio.»

Termina con una petición: que Dios los proteja y les dé la victoria. Que sus planes tengan éxito. Que Él los salve de sus enemigos. Ésa es la respuesta que buscan.

Pero tienen necesidades más profundas, como nosotros.
Aún más profunda que la necesidad de victoria o los deseos de nuestro corazón es la necesidad de saber que Dios nos ha escuchado y que llegamos a conocer a Dios y Su perfecta voluntad para nuestras vidas.
Necesitamos escucharlo y saberlo.

Y entonces consideramos no sólo la respuesta a nuestra petición sino cómo Dios habla a cambio de nuestra petición. Para hacernos saber que Él nos ha escuchado.

Algunos de ustedes -como yo- son padres y como padres no queremos que nuestros hijos simplemente pidan cosas y se vayan y esperen que les demos a tiempo lo que piden.
Queremos hablar con ellos y saber por qué quieren lo que están pidiendo.
Queremos comunicar nuestro amor y en dado caso hacerles saber por qué lo que piden puede ser algo incorrecto o mala para ellos.

De la misma manera Dios nos habla en respuesta a nuestras peticiones.

En el versículo 2, la gente dice: «Que te envíe ayuda desde su santuario».
Esto podría significar enviar ayuda desde el cielo. O podría referirse a Dios mismo ya que Él se encuentra en el santuario, Su casa.

Pero el santuario es también el lugar donde el pueblo adoraba y donde Dios hablaba a su pueblo. En los Salmos, el santuario es siempre una imagen del lugar donde nos encontramos con Dios. En Israel ese lugar era el templo, el lugar donde los israelitas venían para poner en orden sus pensamientos y corregirlos.
Allí se encontraban con Dios, allí escuchaban la palabra de Dios, la mente y los pensamientos de Dios.

Para nosotros el santuario son las Escrituras y la proclamación de las Escrituras que es la predicación.
Es allí donde Dios nos habla. Al leer o escuchar las Escrituras, nuestras mentes reciben la luz de Dios. Comenzamos a ver el mundo a través de los ojos de Dios.
Cuando necesitamos ayuda, debemos escuchar a Dios.

¿Escuchamos su palabra?
Dios nos habla a través de Su palabra y muchas de las respuestas a las oraciones ya nos han sido dadas.
¿Qué deberíamos hacer?
Confiar en Él. Que nuestra esperanza no está en este mundo sino en el próximo.

Termino citando lo que está escrito en 2 Tim 3:16-17

Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto.

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