¡ACTIVOS!
Los eventos de esta semana tienen que dejarnos conmovidos. No podemos continuar como si nada hubiera pasado. Los discípulos, bajo la dirección de Pedro, hicieron el intento. Después de la muerte de Jesús, ¡y su resurrección!, ellos dijeron, «vamos a pescar» volvieron a su antiguo oficio, como si todo lo que pasó hubiera sido una experiencia interesante. Y nada más.
Pablo termina su gran capítulo sobre la resurrección (] Corintios 15) con una exhortación que exige actividad de parte de nosotros. Y es importante notar que este versículo Viene precisamente después de su exposición de la doctrina de la resurrección. Pablo escribe. «Así que hermanos míos amados, estad firmes y constantes creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.» (v.58).
El «así que» dirige nuestra atención a que lo que sigue es una consecuencia de la resurrección. Como resultado de la resurrección de Cristo, tenemos que estar activamente «firmes y constantes». Tenemos que esforzarnos para resistir las tendencias y doctrinas que nos harían vacilar.
Pero el estar firme y constante no es toda la obligación. Tenemos que crecer también, y nuestro crecimiento es crecimiento en «la obra». Y «la obra» es «obra del Señor». Esto quiero decir que la resurrección nos obliga a desarrollar las capacidades, habilidades y conocimientos para trabajar mejor, aún más, no es crecimiento hasta cierto punto: más bien es un crecimiento «siempre». Nunca podemos dejar de crecer en la obra.
Pablo nos motiva también. Por la resurrección, dice, nuestro trabajo en el Señor nunca es en vano. tendrá resultado: dejará sus efectos. Debemos saber que, por la resurrección de Cristo, podemos servir al Señor. Resucitados con Cristo lo podemos servir.
IGLESIA NACIONAL PRESBITERIANA BERITH, Publicado originalmente en BOLETIN BUEN ÓLEO, DOMINGO 19 ABRIL DE 1992