
CRECIMIENTO ESPIRITUAL
Es la moda en el ambiente teológico hablar del crecimiento de la iglesia. De hecho, en casi todos los seminarios, dentro de los últimos veinte años o menos, se han agregado cursos sobre el crecimiento de la iglesia. No importa la orientación doctrinal del seminario, ni su lealtad a la Biblia, lo que importa es que los alumnos aprendan cómo crece la iglesia. Han puesto como título a estos cursos una palabra inventada, que es «iglecrecimiento», que de por si suena como que no pudiera pertenecer a ningún idioma.
El enfoque es totalmente pragmático, se busca resultados; lo que funciona es lo correcto y casi no hay criterio ético en cuanto a los métodos; lo importante es ser aceptado por la gente. En nuestra cultura, orientada hacia el pragmatismo en extremo, es muy fácil dejarse llevar por la corriente y pensar que las iglesias crecen por medio de técnicas, publicidad, manipuleo y por «dar a la gente lo que quiere» Sin pensar en ella, o sea, inconscientemente, usamos el antiguo lema «jesuítico», «el fin justifica a los medios» También la norma pragmática excluye ciertas prácticas y costumbres, por no parecer como «conveniente» a lo que se considera muy atractivo a mucha gente. El criterio nunca es la verdad, o lo correcto, sino lo que conviene o lo que conduce a nuestros conceptos del crecimiento de la iglesia.
Esta disciplina ha provocado mucha investigación, y los resultados de esta investigación, han sido publicados. Los libros publicados son sumamente interesantes y, de cuando en cuando, de provecho, pero los resultados que quieren alcanzar en la práctica (de acuerdo con su criterio pragmático) se les han eludido hasta la fecha.
Por otro lado, se ha notado que las iglesias que se dedican al crecimiento espiritual de sus miembros (y por medio de ellos, de la iglesia), por lo general, crecen. Es natural que el creyente crezca, tan natural como los niños, los árboles y los perros crecen. Lo que recibe la alimentación adecuada, la protección contra sus enemigos y/o las condiciones adversas para el crecimiento tiende a crecer. La alimentación necesaria para el crecimiento espiritual es la Palabra de Dios, no solamente la información en ella contenida, sino también sus enseñanzas, esto es, sus doctrinas. Por más que la gente se esfuerce en no recibirla, la doctrina bíblica sigue siendo una condición indispensable para el crecimiento espiritual. Esta doctrina nos da el conocimiento de Dios y de sus caminos, y de nosotros y nuestra condición, y este conocimiento es igualmente esencial para el crecimiento espiritual. También la actividad en los proyectos de Dios, el ejercicio de la fe, que nos proporciona la Palabra de Dios, es parte del crecimiento espiritual. En la iglesia Berith buscamos el crecimiento espiritual porque sabemos que sin él no va a haber crecimiento de la iglesia, nunca.
IGLESIA NACIONAL PRESBITERIANA BERITH, Publicado originalmente en BOLETIN BUEN ÓLEO, DOMINGO 1 ABRIL DE 2001.